Según la AAD, Bayer no reveló los riesgos reales del Trasylol

El gigante farmoquímico alemán Bayer no informó bien a la Administración de Alimentos y Drogas (en inglés, ADA). El específico involucrado se emplea en cirugías cardíacas y puede elevar el peligro de infarto fatal o colapso renal.

3 octubre, 2006

Según reveló la agencia federal, científicos de la empresa inclusive expusieron sobre el Trasylol durante una reunión pública y no dijeron palabra sobre sus riesgos. No mencionaron un estudio existente al respeto ni sus inquietantes resultados, que también ignoraba la AAD.

En una decisión poco usual, la administración difundió una advertencia pública, donde señala que se enteró de ese estudio recién el miércoles. Según sus conclusiones, “el uso del medicamento puede aumentar posibilidades de infarto fatal”. Otras fuentes mencionan además severos daños renales y diversas cardiopatías.

No obstante, la AAD no modificó sus recomendaciones generales, favorables el empleo de Trasylol en usarios sin problemas. Eso responde a una vieja tendencia del organismos: no interferir en negocios, salvo que sea inevitable. Paralelamente, empero, puso nuevamente un vigencia una medida anterior, que veda el uso de la droga en pacientes con riesgos de perder demasiada sangre durante una operación.

Estas revelaciones surgen justo a dos años de la crisis protagonizada por Merck y Vioxx. un analgésico para artritis y artrosis. En aquel momento, la farmoquímica norteamericana –no confundirla con su homónima germana- retiro ese compuesto porque elevaba riesgos de infarto en determinado grupo de usuarios.

Precisamente desde entonces, legisladores, reguladores y medios pusieron en la mira a la AAD, por falta de instrumentos o voluntad de ejercer sus facultades y proteger al público e influencia de “lobbies”. Las compañías también han sido y son muy criticadas por comercializar específicos sin explicar bien sus riesgos reales para los pacientes. Algunas ni siquiera son efectivos, otras son peligrosos.

Varios senadores y diputados han propuesto leyes que exijan dar estado público a casi todos los ensayos clínicos sobre medicamentos y sus verdaderos resultados. Pero el cabildeo del negocio es muy fuerte en el congreso y en el parlamento británico. Ahora, Bayer admite “no haber informado por error y, además, era un estudio preliminar” La firma no retirará Trasylol del mercado, pues sólo en 2005 vendió por US$ 200 millones y, para este año, espera 750 millones.

Sin embargo, la situación de la compañía puede agravarse, porque han aparecido otros dos estudios según los cuales el específico es muy riesgoso. Uno de ellos, publicado en el “New England journal of medicine”. enfatiza el peligro de transtornos renales. “Si dejara de aplicarse, habría 10/11.000 casos menos de ese tipo, lo cual ahorraría más de US$ 1.000 millones anuales en diálisis y 250 millones en compras de Trasylol. Como se sabe, la diálisis es una terapia terminal.

De acuerdo con el senador Charles Grassley (republicano, Iowa), jefe del comité de finanzas y viejo críticos de la AAD, “la inconducta de Bayer demuestra que las uñas de la agencia están desafiladas. La solución consiste en difusión obligatoria de todo ensayo clínico y, en tanto, la ADD debe hacer que las farmoquímicas no eludan responsabilidades”.

Según reveló la agencia federal, científicos de la empresa inclusive expusieron sobre el Trasylol durante una reunión pública y no dijeron palabra sobre sus riesgos. No mencionaron un estudio existente al respeto ni sus inquietantes resultados, que también ignoraba la AAD.

En una decisión poco usual, la administración difundió una advertencia pública, donde señala que se enteró de ese estudio recién el miércoles. Según sus conclusiones, “el uso del medicamento puede aumentar posibilidades de infarto fatal”. Otras fuentes mencionan además severos daños renales y diversas cardiopatías.

No obstante, la AAD no modificó sus recomendaciones generales, favorables el empleo de Trasylol en usarios sin problemas. Eso responde a una vieja tendencia del organismos: no interferir en negocios, salvo que sea inevitable. Paralelamente, empero, puso nuevamente un vigencia una medida anterior, que veda el uso de la droga en pacientes con riesgos de perder demasiada sangre durante una operación.

Estas revelaciones surgen justo a dos años de la crisis protagonizada por Merck y Vioxx. un analgésico para artritis y artrosis. En aquel momento, la farmoquímica norteamericana –no confundirla con su homónima germana- retiro ese compuesto porque elevaba riesgos de infarto en determinado grupo de usuarios.

Precisamente desde entonces, legisladores, reguladores y medios pusieron en la mira a la AAD, por falta de instrumentos o voluntad de ejercer sus facultades y proteger al público e influencia de “lobbies”. Las compañías también han sido y son muy criticadas por comercializar específicos sin explicar bien sus riesgos reales para los pacientes. Algunas ni siquiera son efectivos, otras son peligrosos.

Varios senadores y diputados han propuesto leyes que exijan dar estado público a casi todos los ensayos clínicos sobre medicamentos y sus verdaderos resultados. Pero el cabildeo del negocio es muy fuerte en el congreso y en el parlamento británico. Ahora, Bayer admite “no haber informado por error y, además, era un estudio preliminar” La firma no retirará Trasylol del mercado, pues sólo en 2005 vendió por US$ 200 millones y, para este año, espera 750 millones.

Sin embargo, la situación de la compañía puede agravarse, porque han aparecido otros dos estudios según los cuales el específico es muy riesgoso. Uno de ellos, publicado en el “New England journal of medicine”. enfatiza el peligro de transtornos renales. “Si dejara de aplicarse, habría 10/11.000 casos menos de ese tipo, lo cual ahorraría más de US$ 1.000 millones anuales en diálisis y 250 millones en compras de Trasylol. Como se sabe, la diálisis es una terapia terminal.

De acuerdo con el senador Charles Grassley (republicano, Iowa), jefe del comité de finanzas y viejo críticos de la AAD, “la inconducta de Bayer demuestra que las uñas de la agencia están desafiladas. La solución consiste en difusión obligatoria de todo ensayo clínico y, en tanto, la ADD debe hacer que las farmoquímicas no eludan responsabilidades”.

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