Según Ballmer, Microsoft no atraviesa problemas de caja

Presionado por accionistas para devolverles parte de los US$ 35.000 millones pasados a efectivo, el director ejecutivo defendió la política actual. A su juicio, no existe un problema por exceso de caja.

1 junio, 2006

Últimamente, Steve Ballmer pone la cara cuando suceden cosas poco agradables, en tanto William Gates pasa a segundo o tercer plano, Hablñando ante una reunión armada por la operadora Sanford C.Bernstein, el ejecutivo sostuvo que prefiere “disponer de caja a mano para afrontar riesgos tecnológicos, compras de activos y otras decisiones relevantes”.

“Probablemente sigamos debatiendo el tema durante muchos años. Al mismo tiempo –señaló por Internet-, creo que nos parece justo restituir parte de ese efectivo a los accionistas, aunque no al ritmo que algunos quisieran”. Ballmer observó, al respecto, que la compañía “ha devuelto US$ 87.000 millones en caja a los accionistas, desde julio de 2001”.

Pero omitió un pequeño detalle: buena parte de ese monto fue a manos de los dos accionistas mayores, Gates y él mismo. Microsoft, a la sazón, recién comenzó a distribuir utilidades anuales desde 2003, o sea cuando ya llevaba diecisiete años inscripta en el Nasdaq. Tras el cierre de 2004, abonó dividendos extraordinarios por US$ 32.000 millones, o sea tres dólares por acción.

En definitiva, admitió Ballmer, “la caja pertenece a los accionistas y no pensamos vaciarla, a pesar de ciertas presiones”. De por sí, se trata de un gesto muy raro en la cultura empresaria de Microsoft o, en general, la vanguardia tecnológica. Obviamente, esas presiones se relacionan mucho con los US$ 2.000 adicionales que la compañía piensa invertir en su creciente puja con Google.

Últimamente, Steve Ballmer pone la cara cuando suceden cosas poco agradables, en tanto William Gates pasa a segundo o tercer plano, Hablñando ante una reunión armada por la operadora Sanford C.Bernstein, el ejecutivo sostuvo que prefiere “disponer de caja a mano para afrontar riesgos tecnológicos, compras de activos y otras decisiones relevantes”.

“Probablemente sigamos debatiendo el tema durante muchos años. Al mismo tiempo –señaló por Internet-, creo que nos parece justo restituir parte de ese efectivo a los accionistas, aunque no al ritmo que algunos quisieran”. Ballmer observó, al respecto, que la compañía “ha devuelto US$ 87.000 millones en caja a los accionistas, desde julio de 2001”.

Pero omitió un pequeño detalle: buena parte de ese monto fue a manos de los dos accionistas mayores, Gates y él mismo. Microsoft, a la sazón, recién comenzó a distribuir utilidades anuales desde 2003, o sea cuando ya llevaba diecisiete años inscripta en el Nasdaq. Tras el cierre de 2004, abonó dividendos extraordinarios por US$ 32.000 millones, o sea tres dólares por acción.

En definitiva, admitió Ballmer, “la caja pertenece a los accionistas y no pensamos vaciarla, a pesar de ciertas presiones”. De por sí, se trata de un gesto muy raro en la cultura empresaria de Microsoft o, en general, la vanguardia tecnológica. Obviamente, esas presiones se relacionan mucho con los US$ 2.000 adicionales que la compañía piensa invertir en su creciente puja con Google.

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