Satyam: confesiones de un especulador obsesivo
Hace algunos días, Ramalinga Raju comunicaba a socios, ejecutivos, parientes y amigos en Haiderabad que iba a abandonar la conducción de Satyam. El magnate de la tercerización no había podido tomar dos firmas de su propio clan por US$ 1.600 millones.
30 enero, 2009
<p>El fracaso de Satyam en absorber Maytas Infra y Maytas Property, dos inmobiliarias, acabó con la carrera empresaria del potentado indio. Sucede que, en una carta al círculo íntimo, confesó estar implicado en un fraude tan amplio y complejo que la prensa local lo comparó con Enron.</p>
<p>En efecto, Raju había fraguado balances contables trucando números de arriba abajo. En siete años, había inventado más de US$ 1.000 millones en reservas de efectivo en una cuenta rotatoria.</p>
<p>Quienes conoce al audaz estafador, especialmente dirigentes de su provincia (Andhra), cree que todo empezó hace once años. Tras un máscara de plácido gurú, este adorador de Ghanesa –la diosa elefante drávida- era un ambicioso, feroz y megalómano jugador.</p>
<p>Obsedido por su propia capitalización, compartía una manía de sus compatriotas: figurar en la lista de potentados que publica “Forbes”. Aunque, fuera de las economías centrales, esa nómina no sea fiable.</p>
<p>Raju descubrió la credulidad de los mercados especulativos cuando registró en el panel Nasdaq a Satyam Infoway, entonces el mayor proveedor indio de Internet. Pese a ingresos por apenas dos millones, obtuvo 70 millones en la oferta pública accionaria (1999).</p>
<p>En semanas, destinó esos fondos a tomar una pequeña puntocom, IndiaWorld, por una cifra dos veces superior a los ingresos anuales de la firma. A partir de 2001, no paró hasta que la policía le allanó las oficinas (diciembre de 2008) y lo puso a la sombra. Ahora, el Nasdaq, la <em>Securities & Exchange Commission</em> (comisión federal de valores), dos auditoras externas y los reguladores indios deben dar explicaciones. </p>
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