Químicos: lobby diplomático norteamericano en la UE

Colin Powell, secretario de Estado, ordenó a su diplomacia cabildear ante gobiernos de la Unión Europea contra futuras regulaciones en el sector químico. Washington quiere bloquear un proyecto de la Comisión Europea.

30 marzo, 2004

Así señala un cable confidencial, remitido a las quince embajadas norteamericanas en la UE actual más los diez socios que se incorporan en mayo. La comunicación llegó a manos del “Financial Times” y manifiesta que el gobierno “sigue preocupado por propuestas que generarán un régimen regulatorio por demás costoso, engorroso y complejo”.

Según el texto, el esquema “es de impracticable instrumentación. Las exportaciones norteamericanas serían perjudicadas, en la mayoría de los sectores industriales, por miles de millones de dólares”. El cable agrega una lista de puntos “para conversar”, que los diplomáticos han de “explayar en un ambiente negociador propicio”. No sólo en gobiernos sino, además, en sectores industriales y comerciales”.

Estas polémicas instrucciones aparecen menos de seis meses tras la propuesta de la CE para reformar drásticamente las normas relativas a la actividad química. Bruselas quiere obligar a las empresas a registrar alrededor de 30.000 substancias ante una nueva agencia y demostrar que sus productos son seguros.

A partir de ello, los químicos de alto riesgo requerirían autorización especial, según especificaciones que deberán ser homologadas por cada gobierno y el Parlamento Europeo. A juicio de la CE, hay unos 100.000 compuestos en uso, no regulados. Por supuesto, el sector privado sostiene que el eventual régimen eliminaría puestos laborales y disminuiría competitividad.

Atento a las contribuciones de esa actividad a la campaña relectoral de George W.Bush, Powell –cuya secretaría no ha querido comentar el asunto- estima que las presiones diplomáticas podrían tornar los gobiernos europeos más sensibles a las preocupaciones norteamericanas.

Algunos observadores en Bruselas y París sospechan que el texto de las instrucciones proviene, realmente, de Gregory Lebedev, presidente del American Chemistry Council (no representa químicos sino empresarios). A la sazón, el ejecutivo sostuvo: “Los problemas que presenta el gobierno norteamericano sobre el impacto general de esa propuesta son perfectamente sensatos. Nuestras empresas tienen intereses en la UE como inversoras, fabricantes y proveedoras. Por tanto, estos asuntos debieran resolverse antes de que ese esquema avance”.

Así señala un cable confidencial, remitido a las quince embajadas norteamericanas en la UE actual más los diez socios que se incorporan en mayo. La comunicación llegó a manos del “Financial Times” y manifiesta que el gobierno “sigue preocupado por propuestas que generarán un régimen regulatorio por demás costoso, engorroso y complejo”.

Según el texto, el esquema “es de impracticable instrumentación. Las exportaciones norteamericanas serían perjudicadas, en la mayoría de los sectores industriales, por miles de millones de dólares”. El cable agrega una lista de puntos “para conversar”, que los diplomáticos han de “explayar en un ambiente negociador propicio”. No sólo en gobiernos sino, además, en sectores industriales y comerciales”.

Estas polémicas instrucciones aparecen menos de seis meses tras la propuesta de la CE para reformar drásticamente las normas relativas a la actividad química. Bruselas quiere obligar a las empresas a registrar alrededor de 30.000 substancias ante una nueva agencia y demostrar que sus productos son seguros.

A partir de ello, los químicos de alto riesgo requerirían autorización especial, según especificaciones que deberán ser homologadas por cada gobierno y el Parlamento Europeo. A juicio de la CE, hay unos 100.000 compuestos en uso, no regulados. Por supuesto, el sector privado sostiene que el eventual régimen eliminaría puestos laborales y disminuiría competitividad.

Atento a las contribuciones de esa actividad a la campaña relectoral de George W.Bush, Powell –cuya secretaría no ha querido comentar el asunto- estima que las presiones diplomáticas podrían tornar los gobiernos europeos más sensibles a las preocupaciones norteamericanas.

Algunos observadores en Bruselas y París sospechan que el texto de las instrucciones proviene, realmente, de Gregory Lebedev, presidente del American Chemistry Council (no representa químicos sino empresarios). A la sazón, el ejecutivo sostuvo: “Los problemas que presenta el gobierno norteamericano sobre el impacto general de esa propuesta son perfectamente sensatos. Nuestras empresas tienen intereses en la UE como inversoras, fabricantes y proveedoras. Por tanto, estos asuntos debieran resolverse antes de que ese esquema avance”.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades