¿Quién está quedándose con mi chocolate?

Alguien (persona o grupo) ha copado ya 7% de las existencias en el mercado mundial del cacao y el chocolate. En Londres se preguntan quién será, porque con esa participación, podría dictar el precio de la materia prima y sus innumerables derivados.

24 julio, 2002

¿Por qué semejante operador o grupo se oculta? No sin dejar un rastro: se mueve rápido, silenciosa pero eficazmente, sin revelar su identidad. En el proceso, además, ha adquirido control sobre 200,000 toneladas métricas de semillas, esenciales para la futura producción de cacao y una larga serie de productos donde entra como componente. Para no hablar del cacao en polvo.

En Londres, tradicional centro del negocio, nadie recuerda una operación como ésta. “Es algo absolutamente inaudito. Este fantasma –dicen operadores y analistas- pronto podrá imponer sus condiciones a la plaza entera. Los fabricantes de chocolate deberán comprarle a él (o ella) y los productores deberán negociar con él (o ella) los derechos sobre las semillas”.

Por de pronto, en los últimos quince meses, las cotizaciones se han duplicado y alcanzan cotas no vistas desde 1987. Esto hace sospechar, en círculos bursátiles, que la persona o el grupo de marras se ha centrado en el cacao como fuente de utilidades que bonos y acciones ya no deparan.

A su vez, los actores “normales” del mercado están presionando a la Financial Services Authority británica para que intervenga y ponga las cosas en claro. A diferencia de su contraparte norteamericana (la Securities & Exchange Comisión), la FSA tiene jurisdicción sobre mercados reales (cacao, café, metales, etc.).

También en Eurolandia –los doce miembros de la UE que adhieren a la moneda única-, los industriales usuarios de cacao protestan: “No se entiende por qué la FSA no se ha movido. En Nueva York, por ejemplo, los reguladores no habrían tolerado que un solo individuo o una sola firma llegasen a controlar semejante porción de un mercado”. Sea como fuere, el misterio continúa…

¿Por qué semejante operador o grupo se oculta? No sin dejar un rastro: se mueve rápido, silenciosa pero eficazmente, sin revelar su identidad. En el proceso, además, ha adquirido control sobre 200,000 toneladas métricas de semillas, esenciales para la futura producción de cacao y una larga serie de productos donde entra como componente. Para no hablar del cacao en polvo.

En Londres, tradicional centro del negocio, nadie recuerda una operación como ésta. “Es algo absolutamente inaudito. Este fantasma –dicen operadores y analistas- pronto podrá imponer sus condiciones a la plaza entera. Los fabricantes de chocolate deberán comprarle a él (o ella) y los productores deberán negociar con él (o ella) los derechos sobre las semillas”.

Por de pronto, en los últimos quince meses, las cotizaciones se han duplicado y alcanzan cotas no vistas desde 1987. Esto hace sospechar, en círculos bursátiles, que la persona o el grupo de marras se ha centrado en el cacao como fuente de utilidades que bonos y acciones ya no deparan.

A su vez, los actores “normales” del mercado están presionando a la Financial Services Authority británica para que intervenga y ponga las cosas en claro. A diferencia de su contraparte norteamericana (la Securities & Exchange Comisión), la FSA tiene jurisdicción sobre mercados reales (cacao, café, metales, etc.).

También en Eurolandia –los doce miembros de la UE que adhieren a la moneda única-, los industriales usuarios de cacao protestan: “No se entiende por qué la FSA no se ha movido. En Nueva York, por ejemplo, los reguladores no habrían tolerado que un solo individuo o una sola firma llegasen a controlar semejante porción de un mercado”. Sea como fuere, el misterio continúa…

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