¿Qué descubrieron en Enron los senadores?

Demasiadas irregularidades surgen en un informe difundido hace poco por el subcomité permanente de investigaciones del Senado. Comprometen a Arthur Andersen más de la cuenta y explican que haya renunciado a auditar firmas cotizantes en Wall Street.

2 septiembre, 2002

Editado en forma de libro, detalla seis meses de trabajo y presenta una larga serie de documentos y evidencias. Básicamente, se perfilan cuatro situaciones delicadas:

(1) Ya el 7 de febrero de 1999, Arthur Andersen informaba a su propio comité auditor, encabezado por Richard Jaedicke, que Enron era un cliente “en máximo riesgo” y jugaba “al límite en materia contable”. Ese comité nunca recomendó más prudencia al estudio ni a sus socios externos.

(2) En 2000, el comité de remuneraciones de Enron, presidido por Charles LeMaistre, aprobó un paquete de US$ 750 millones en bonificaciones en efectivo. Ese año, los ingresos netos sumaban US$ 975 millones. En apariencia, nadie hizo cuentas, comparó ambas cifras ni notó que la primera representaba 77% de la segunda.

(3) Ese mismo panel le otorgó al CEO Kenneth Lay una línea de crédito por US$ 7.500.000 y le permitió saldar ese préstamo y otros con acciones. Documentos hoy en evidencia muestran que Lay había embolsado US$ 77 millones en apenas doce meses.

(4) Cuando los directores se enteraron de que Sherron Watkins (la ejecutiva contable que primero advirtió irregularidades desde adentro, en 2001) había elevado un memorando al respecto, ninguno pidió explicaciones. Ni siquiera copias del texto. Entre otras cosas, Watkins denunciaba las sociedades cautivas o testaferros creadas por Andrew Fastow y “pasadas por alto” en el comité revisor de cuentas, que manejaba Herbert Winokur.

Editado en forma de libro, detalla seis meses de trabajo y presenta una larga serie de documentos y evidencias. Básicamente, se perfilan cuatro situaciones delicadas:

(1) Ya el 7 de febrero de 1999, Arthur Andersen informaba a su propio comité auditor, encabezado por Richard Jaedicke, que Enron era un cliente “en máximo riesgo” y jugaba “al límite en materia contable”. Ese comité nunca recomendó más prudencia al estudio ni a sus socios externos.

(2) En 2000, el comité de remuneraciones de Enron, presidido por Charles LeMaistre, aprobó un paquete de US$ 750 millones en bonificaciones en efectivo. Ese año, los ingresos netos sumaban US$ 975 millones. En apariencia, nadie hizo cuentas, comparó ambas cifras ni notó que la primera representaba 77% de la segunda.

(3) Ese mismo panel le otorgó al CEO Kenneth Lay una línea de crédito por US$ 7.500.000 y le permitió saldar ese préstamo y otros con acciones. Documentos hoy en evidencia muestran que Lay había embolsado US$ 77 millones en apenas doce meses.

(4) Cuando los directores se enteraron de que Sherron Watkins (la ejecutiva contable que primero advirtió irregularidades desde adentro, en 2001) había elevado un memorando al respecto, ninguno pidió explicaciones. Ni siquiera copias del texto. Entre otras cosas, Watkins denunciaba las sociedades cautivas o testaferros creadas por Andrew Fastow y “pasadas por alto” en el comité revisor de cuentas, que manejaba Herbert Winokur.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades