Preocupa a Londres el poder de los Botín en el Santander

La familia Botín lleva ya cuatro generaciones de excelentes banqueros. Ese punto, justamente, crea resquemores entre accionistas y managers de Abbey National. Algunos preferirían otro comprador; por ejemplo, HSBC.

5 agosto, 2004

Banco Santander Central Hispano (BSCH) ha ofrecido US$ 14.700 millones por Abbey National. Pero “antes de dar una respuesta
en firme –observa el “Wall Street Journal”-, los accionistas británicos estudian cuidadosamente si podrían convivir con los Botín”. Tanto ese medio neoyorquino como tres londinenses (“Financial Times”, “The Times”, “The independent”) emplean el mismo término: “nepotismo”.

La familia está en la cúpula del entonces Banco de Santander desde el ingreso (1910) de Emilio Botín López, yerno de Marcelino Sanz Sautuola, cofundador de la banca en 1857. Luego la condujeron Emilio Botín Sautuola, hijo del otro (1950/86), y Emilio Botín García Ríos (desde 1986). Sus tres vástagos, Ana Patricia, Emilio y Javier Botín O’Shea, ocupan altos cargos en el directorio del grupo BSCH. Sólo Jaime está fuera.

El presidente actual ha sido audaz en materia de adquisiciones: dieciséis bancos en dieciocho años. Aunque el clan controlen menos de 3% del paquete, Botín ha puesto tres de sus hijos en un directorio de veintiún vocales. Ana Patricia también encabeza Banesto, división minorista local, pero se prepara para suceder a su padre.

“¿Qué aportarán al eventual directorio conjunto”, se pregunta Jonathan Clase, accionista de Abbey que espera conocer los términos de la propuesta española. Al respecto, una fusión gestaría la banca transfronteriza en la Unión Europea. Lo sería por partida doble: angloespañola y UE-Eurozona.

Esta clase de objeciones y dudas pesará si, como desea un grupo de accionistas y, se dice, los gerentes de Abbey, se opta por Honkong- Shanghai Banking Corporation (HSBC, entidad de origen anglochino registrada como británica). Este banco admitió estar analizando posibilidades y ha entrado en contacto con autoridades de Abbey. La gran prensa especializada a ambos lados de Atlántico norte no disimula sus preferencias por el HSBC.

Existen otras razones en desmedro de BSCH. La plaza financiera londinense no tiene casi nada en común con la latinoamericana, donde los Botín han invertido US$ 15.000 millones en absorber entidades financieras, algunas con larga historia local. Por cierto, el grupo ha crecido vía la expansión transcontinental, pero algunas adquisiciones tienen dudoso futuro. Entre ellas, el enorme Banco do Estado de São Paulo (Banespa) por US$ 4.700 millones. En realidad, lo de Abbey forma parte de un intento para reducir la exposición de BSCH en Latinoamérica.

Hasta ahora, el perfil familiar del grupo le ha conferido agilidad y reflejos para aprovechar oportunidades. Si la fusión cristaliza, los Botín deberán mostrarse capaces de hacer lo mismo en un líder paneuropeo que también será octavo del mundo en activos. Antes, empero, el clan tiene que persuadir a pequeños accionistas británicos, remisos a cambiar sus papeles en esterlinas por papeles en euros de una banca controlada desde Madrid.

En España tampoco faltan dudas. Tras revelarse la oferta de BSCH por Abbey, la acción del primero cedió hasta 6,7%, al cierre del jueves. Por el contrario, las del británico acumulan 20% al alza. En otras palabras, los inversores londinenses no comparten las aprensiones de sus compatriotas accionistas…

Banco Santander Central Hispano (BSCH) ha ofrecido US$ 14.700 millones por Abbey National. Pero “antes de dar una respuesta
en firme –observa el “Wall Street Journal”-, los accionistas británicos estudian cuidadosamente si podrían convivir con los Botín”. Tanto ese medio neoyorquino como tres londinenses (“Financial Times”, “The Times”, “The independent”) emplean el mismo término: “nepotismo”.

La familia está en la cúpula del entonces Banco de Santander desde el ingreso (1910) de Emilio Botín López, yerno de Marcelino Sanz Sautuola, cofundador de la banca en 1857. Luego la condujeron Emilio Botín Sautuola, hijo del otro (1950/86), y Emilio Botín García Ríos (desde 1986). Sus tres vástagos, Ana Patricia, Emilio y Javier Botín O’Shea, ocupan altos cargos en el directorio del grupo BSCH. Sólo Jaime está fuera.

El presidente actual ha sido audaz en materia de adquisiciones: dieciséis bancos en dieciocho años. Aunque el clan controlen menos de 3% del paquete, Botín ha puesto tres de sus hijos en un directorio de veintiún vocales. Ana Patricia también encabeza Banesto, división minorista local, pero se prepara para suceder a su padre.

“¿Qué aportarán al eventual directorio conjunto”, se pregunta Jonathan Clase, accionista de Abbey que espera conocer los términos de la propuesta española. Al respecto, una fusión gestaría la banca transfronteriza en la Unión Europea. Lo sería por partida doble: angloespañola y UE-Eurozona.

Esta clase de objeciones y dudas pesará si, como desea un grupo de accionistas y, se dice, los gerentes de Abbey, se opta por Honkong- Shanghai Banking Corporation (HSBC, entidad de origen anglochino registrada como británica). Este banco admitió estar analizando posibilidades y ha entrado en contacto con autoridades de Abbey. La gran prensa especializada a ambos lados de Atlántico norte no disimula sus preferencias por el HSBC.

Existen otras razones en desmedro de BSCH. La plaza financiera londinense no tiene casi nada en común con la latinoamericana, donde los Botín han invertido US$ 15.000 millones en absorber entidades financieras, algunas con larga historia local. Por cierto, el grupo ha crecido vía la expansión transcontinental, pero algunas adquisiciones tienen dudoso futuro. Entre ellas, el enorme Banco do Estado de São Paulo (Banespa) por US$ 4.700 millones. En realidad, lo de Abbey forma parte de un intento para reducir la exposición de BSCH en Latinoamérica.

Hasta ahora, el perfil familiar del grupo le ha conferido agilidad y reflejos para aprovechar oportunidades. Si la fusión cristaliza, los Botín deberán mostrarse capaces de hacer lo mismo en un líder paneuropeo que también será octavo del mundo en activos. Antes, empero, el clan tiene que persuadir a pequeños accionistas británicos, remisos a cambiar sus papeles en esterlinas por papeles en euros de una banca controlada desde Madrid.

En España tampoco faltan dudas. Tras revelarse la oferta de BSCH por Abbey, la acción del primero cedió hasta 6,7%, al cierre del jueves. Por el contrario, las del británico acumulan 20% al alza. En otras palabras, los inversores londinenses no comparten las aprensiones de sus compatriotas accionistas…

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