Piden mayor seguridad en Petrobras
Los trabajadores de la compañía brasileña decretaron un paro de 24 horas en reclamo de mayores medidas de seguridad. El detonante fue el accidente del pasado martes que causó la muerte de 10 compañeros.
(EFE).- Los trabajadores de la empresa pública brasileña Petrobras realizarán el jueves 22 un paro de 24 horas para exigir mayor seguridad laboral, una semana después de la muerte de diez compañeros en la plataforma petrolera marítima P-36, que se hundió el martes.
La huelga comenzará en la medianoche del jueves y será secundada por unos 15.000 empleados, casi la mitad del personal de Petróleo Brasileiro (Petrobras) en todo el país, dijo la Federación Unica de Petroleros (FUP).
“El objetivo es exigir mejores condiciones de trabajo”, dijo el secretario general de la FUP, Mauricio Rubens. “No será una huelga total, pues nuestra intención no es detener la producción”.
El paro, que tiene el apoyo de la Central Unica de Trabajadores, afectará a las once refinerías y 80 plataformas marítimas de Petrobras en todo Brasil.
La P-36, la mayor plataforma marítima del mundo, se hundió el martes a 125 kilómetros de la costa de Macaé (norte de Río de Janeiro) a causa de los daños producidos por tres potentes explosiones sucedidas en la madrugada del 15 de marzo, que mataron a diez de los 175 operarios a bordo.
Sólo uno de los cadáveres fue rescatado. El resto descansa ahora a unos 1.360 metros de profundidad, atrapado en la instalación petrolífera, de 31.400 toneladas de peso, el tamaño de un campo de fútbol y la altura de un edificio de 40 pisos.
Petrobras intenta descubrir las causas del accidente que la ha privado de unos 84.000 barriles diarios de petróleo, equivalentes a 5% de la producción nacional.
“No queremos especular con las razones del siniestro”, dijo el sindicalista Rubens, “pero manejamos varias hipótesis, que van desde fallas en el montaje y planificación de la P-36 hasta posibles errores en la producción”.
La FUP dice que el suceso de la semana pasada elevó a 91 el número de trabajadores de Petrobras muertos en accidentes laborales en los últimos tres años.
Salvo en el caso de la P-36, donde todas las víctimas eran empleados de la compañía pública, la mayoría de los muertos y heridos en los accidentes suelen ser trabajadores de subcontratas y obreros eventuales.
La movilización del jueves pretende presionar a Petrobras para que regule la situación de los empleados “tercerizados” (de las subcontratas) y capacitarlos para que desempeñen su labor con garantías.
Según datos de la FUP, por cada uno de sus 32.000 empleados, Petrobras tiene a otros tres contratados por empresas de servicios.
Un equipo de 40 buzos contratados por Petrobras intentó salvar la P-36 inyectando nitrógeno y aire comprimido para expulsar el agua de los compartimentos inundados. Sin embargo, los esfuerzos fueron en vano.
La FUP sostiene que la pérdida de la plataforma complicará las investigaciones para aclarar qué provocó las explosiones. Los diez muertos formaban parte de una brigada de incendio accionada tras la primera detonación, ocurrida poco después de la medianoche.
Parientes de las víctimas denunciaron que sus familiares estaban cansados y carecían de preparación.
(EFE).- Los trabajadores de la empresa pública brasileña Petrobras realizarán el jueves 22 un paro de 24 horas para exigir mayor seguridad laboral, una semana después de la muerte de diez compañeros en la plataforma petrolera marítima P-36, que se hundió el martes.
La huelga comenzará en la medianoche del jueves y será secundada por unos 15.000 empleados, casi la mitad del personal de Petróleo Brasileiro (Petrobras) en todo el país, dijo la Federación Unica de Petroleros (FUP).
“El objetivo es exigir mejores condiciones de trabajo”, dijo el secretario general de la FUP, Mauricio Rubens. “No será una huelga total, pues nuestra intención no es detener la producción”.
El paro, que tiene el apoyo de la Central Unica de Trabajadores, afectará a las once refinerías y 80 plataformas marítimas de Petrobras en todo Brasil.
La P-36, la mayor plataforma marítima del mundo, se hundió el martes a 125 kilómetros de la costa de Macaé (norte de Río de Janeiro) a causa de los daños producidos por tres potentes explosiones sucedidas en la madrugada del 15 de marzo, que mataron a diez de los 175 operarios a bordo.
Sólo uno de los cadáveres fue rescatado. El resto descansa ahora a unos 1.360 metros de profundidad, atrapado en la instalación petrolífera, de 31.400 toneladas de peso, el tamaño de un campo de fútbol y la altura de un edificio de 40 pisos.
Petrobras intenta descubrir las causas del accidente que la ha privado de unos 84.000 barriles diarios de petróleo, equivalentes a 5% de la producción nacional.
“No queremos especular con las razones del siniestro”, dijo el sindicalista Rubens, “pero manejamos varias hipótesis, que van desde fallas en el montaje y planificación de la P-36 hasta posibles errores en la producción”.
La FUP dice que el suceso de la semana pasada elevó a 91 el número de trabajadores de Petrobras muertos en accidentes laborales en los últimos tres años.
Salvo en el caso de la P-36, donde todas las víctimas eran empleados de la compañía pública, la mayoría de los muertos y heridos en los accidentes suelen ser trabajadores de subcontratas y obreros eventuales.
La movilización del jueves pretende presionar a Petrobras para que regule la situación de los empleados “tercerizados” (de las subcontratas) y capacitarlos para que desempeñen su labor con garantías.
Según datos de la FUP, por cada uno de sus 32.000 empleados, Petrobras tiene a otros tres contratados por empresas de servicios.
Un equipo de 40 buzos contratados por Petrobras intentó salvar la P-36 inyectando nitrógeno y aire comprimido para expulsar el agua de los compartimentos inundados. Sin embargo, los esfuerzos fueron en vano.
La FUP sostiene que la pérdida de la plataforma complicará las investigaciones para aclarar qué provocó las explosiones. Los diez muertos formaban parte de una brigada de incendio accionada tras la primera detonación, ocurrida poco después de la medianoche.
Parientes de las víctimas denunciaron que sus familiares estaban cansados y carecían de preparación.
