Péchiney se suma a la ola y rechaza una oferta hostil
El directorio de Péchiney aconsejó ayer a los accionistas rechazar la oferta hostil de Aluminium du Canada (Alcan) por 3.400 millones. Ya lo había hecho la conducción ejecutiva de la firma francesa, calificándola de incierta, poco clara.
11 julio, 2003
El director gerente (CEO) Jean-Pierre Rodier afirmó que la iniciativa de
su rival canadiense "va contra los intereses de accionistas, conducción,
personal y socios de la compañía". Además, la junta
estima que el monto (US$ 3.850 millones a la paridad del día) "resulta
a todas luces insuficiente, al no reflejar la capitalización del paquete
ni su valor estratégico".
En una movida tendiente a consolidar su posición ante el ataque de Alcan,
Péchiney compra ya mismo por € 250 millones el control de su socia
Aluminium Dunkerque, una fundición que le significa € 135 millones
de deuda adicional. "Los canadienses encararon mal la propuesta. En vez de
un matrimonio, pretendían raptar la novia sin su consentimiento",
comentaban allegados a la compañía francesa.
Resulta sugestivo que las acciones de Péchiney siguieran subiendo tras
conocerse el rechazo de la oferta. Estaban ayer alrededor de € 44 en París,
contra los 41 que implicaba la propuesta de Alcan. A juicio de analistas bursátiles
en esa plaza y Londres, ello quiere decir que el mercado espera una oferta mayor
de los canadienses o de otro gigante (podría ser el mismísimo líder
mundial, la norteamericana Alcoa). No obstante, ya existe un antecedente favorable
a Alcan: el intento de triple fusión (ambas firmas más Algroupe),
bloqueado en 2002 por la Comisión Europea. "Los de Montreal debieran
cambiar de táctica. En Francia -apuntaban dos banqueros parisinos-, las
tomas hostiles son tan raras que sólo recordamos una: la de Perrier por
parte de Nestlé en 1992".
El director gerente (CEO) Jean-Pierre Rodier afirmó que la iniciativa de
su rival canadiense "va contra los intereses de accionistas, conducción,
personal y socios de la compañía". Además, la junta
estima que el monto (US$ 3.850 millones a la paridad del día) "resulta
a todas luces insuficiente, al no reflejar la capitalización del paquete
ni su valor estratégico".
En una movida tendiente a consolidar su posición ante el ataque de Alcan,
Péchiney compra ya mismo por € 250 millones el control de su socia
Aluminium Dunkerque, una fundición que le significa € 135 millones
de deuda adicional. "Los canadienses encararon mal la propuesta. En vez de
un matrimonio, pretendían raptar la novia sin su consentimiento",
comentaban allegados a la compañía francesa.
Resulta sugestivo que las acciones de Péchiney siguieran subiendo tras
conocerse el rechazo de la oferta. Estaban ayer alrededor de € 44 en París,
contra los 41 que implicaba la propuesta de Alcan. A juicio de analistas bursátiles
en esa plaza y Londres, ello quiere decir que el mercado espera una oferta mayor
de los canadienses o de otro gigante (podría ser el mismísimo líder
mundial, la norteamericana Alcoa). No obstante, ya existe un antecedente favorable
a Alcan: el intento de triple fusión (ambas firmas más Algroupe),
bloqueado en 2002 por la Comisión Europea. "Los de Montreal debieran
cambiar de táctica. En Francia -apuntaban dos banqueros parisinos-, las
tomas hostiles son tan raras que sólo recordamos una: la de Perrier por
parte de Nestlé en 1992".