Oracle: copar PeopleSoft puede acarrearle problemas

Oracle logró una sorpresiva victoria en primera instancia sobre el departamento de Justicia. Esto abre paso a la compra hostil de PeopleSoft-JD Edwards, la segunda firma mundial de software empresario, pero puede crear graves problemas.

13 septiembre, 2004

Los esfuerzos de los fiscales federales y PS-JDE se estrellaron contra una postura claramente sesgada en favor de Oracle. Irónicamente, mientras en el mundo ejecutivo declina el estilo agresivo que encarna Lawrence Ellison. Contra sus propios dictámenes anteriores, el juez Vaughn Walker se pronunció en favor de la tercera firma en el sector.

El magistrado aceptó la posición de Ellison en la mayoría de cuestiones. Inclusive hizo lugar a un argumento tan debatible como el de que “el gobierno norteamericano intenta reformular en forma injustificadamente estrecha el segmento en juego”. La demanda federal se inició en junio y se basaba en el riego de que, tras absorber PeopleSoft –y eliminar sus marcas, patentes, etc.-, Oracle podría manipular precios ilegalmente.

Por su parte, Ellison opuso que eso no sería factible, porque existen rivales tan grande como la alemana SAP (líder en software empresario) y otros, menores pero influyentes. Walker coincidió y decidió que no hay evidencias de que la eventual fusión le permita a Oracle generar un oligopolio. Sin duda, el magistrado no recordó la cartelización en petróleo, telecomunicaciones (hasta la división forzosa de Bell Telephone), etc.

Si bien Justicia tiene hasta el 20 para apelar, el fallo le permita a Ellison seguir adelante con el ataque sobre PeopleSoft-JDE. De acuerdo con su última oferta, la aventura le insumirá US$ 7.700 millones (aunque recientemente proponía elevar la oferta a 9.400 millones). Por de pronto, Oracle le exigió al directorio de su futura víctima desmontar el plan de defensa preparado. Es decir, la “píldora envenenada”.

Nadie espera que PS-JDE acepte fácilmente esa presión, destinada a prevenir una caída bursátil de Oracle. Eso y las probables acciones judiciales subsiguientes pueden desencadenar un escándalo, que será aprovechado por SAP y Siebel Systems. Pero Ellison confían en imponerse vía accionistas deseosos de vender al desorbitado precio fijado. “Vengarse de Craig Conway, su ex segundo, puede costarle su propio futuro a Ellison”, señalaban dos o tres analistas en Wall Street. “Aparte, este lío beneficiará a Siebel. El liderazgo alemán sigue siendo demasiado amplio, pero la cuarta concurrente podría ganar uno o dos puntos de participación en el mercado”.

En primera instancia, el precio de la venganza (sea US$ 7.700 millones, sea 9.400 millones) obtendrá una empresa debilitada, precisamente, por la largo, obsesivo hostigamiento de Ellison. Aun sin ese factores, todos saben que la “fusión” será como ocurriera entre Hwelett-Packard y Compaq Computers: la firma absorbida fue borrada, marcas inclusive.

En un segmento tan complejo y delicado como el software institucional, la suma PeopleSoft + Oracle quizá no se refleje en la participación de mercado. Hacia junio, según International Data Consulting (IDC), SAP tenía 62% contra 14% de PS-JDE, 13% de Oracle y 11% de de Siebel Systems. Pero el deterioro de PS posiblemente haga que la porción conjunta de mercado sea bastante inferior a 27% y Siebel pase a 12 o 13%.

Hay una señal contable muy clara al respecto: en el II trimestre, las utilidades netas de PeopleSoft-JD Edwards resultaron 70% inferiores a las de un año antes. Justamente por los despiadados ataques de Ellison. La propia política de Oracle lo confirma. Cuando su segunda oferta (US$ 7.300 millones) aumentó de 21 a 26 el precio de la acción, debió llevarla a 9.400 millones. Al saberse que el hostigamiento de Ellison perjudicaba la acción de PS, redujo la oferta a US$ 7.700 millones. Pero, tras el fallo de Walker, las propias firmas de valores creen que la oferta rebotará a más de 8.500 millones.

Cabe recordar que el veredicto judicial le permite a Ellison comprar todo lo que pueda. Pero no obliga a nadie a venderle. Dicho de otro modo, los accionistas exigirán determinado precio y tal vez no acepten menos. También está el problema de la “píldora envenenada”: para dificultar la toma hostil, Conway piensa emitir opciones destinadas a los accionistas, que les permitan comprar con descuento si un tercero quiere controlar el paquete. Eso (a) reduciría la cantidad de papeles disponibles para vender a ese tercero, (b) elevaría el precio al cual los tenedores le venderían acciones.

Los esfuerzos de los fiscales federales y PS-JDE se estrellaron contra una postura claramente sesgada en favor de Oracle. Irónicamente, mientras en el mundo ejecutivo declina el estilo agresivo que encarna Lawrence Ellison. Contra sus propios dictámenes anteriores, el juez Vaughn Walker se pronunció en favor de la tercera firma en el sector.

El magistrado aceptó la posición de Ellison en la mayoría de cuestiones. Inclusive hizo lugar a un argumento tan debatible como el de que “el gobierno norteamericano intenta reformular en forma injustificadamente estrecha el segmento en juego”. La demanda federal se inició en junio y se basaba en el riego de que, tras absorber PeopleSoft –y eliminar sus marcas, patentes, etc.-, Oracle podría manipular precios ilegalmente.

Por su parte, Ellison opuso que eso no sería factible, porque existen rivales tan grande como la alemana SAP (líder en software empresario) y otros, menores pero influyentes. Walker coincidió y decidió que no hay evidencias de que la eventual fusión le permita a Oracle generar un oligopolio. Sin duda, el magistrado no recordó la cartelización en petróleo, telecomunicaciones (hasta la división forzosa de Bell Telephone), etc.

Si bien Justicia tiene hasta el 20 para apelar, el fallo le permita a Ellison seguir adelante con el ataque sobre PeopleSoft-JDE. De acuerdo con su última oferta, la aventura le insumirá US$ 7.700 millones (aunque recientemente proponía elevar la oferta a 9.400 millones). Por de pronto, Oracle le exigió al directorio de su futura víctima desmontar el plan de defensa preparado. Es decir, la “píldora envenenada”.

Nadie espera que PS-JDE acepte fácilmente esa presión, destinada a prevenir una caída bursátil de Oracle. Eso y las probables acciones judiciales subsiguientes pueden desencadenar un escándalo, que será aprovechado por SAP y Siebel Systems. Pero Ellison confían en imponerse vía accionistas deseosos de vender al desorbitado precio fijado. “Vengarse de Craig Conway, su ex segundo, puede costarle su propio futuro a Ellison”, señalaban dos o tres analistas en Wall Street. “Aparte, este lío beneficiará a Siebel. El liderazgo alemán sigue siendo demasiado amplio, pero la cuarta concurrente podría ganar uno o dos puntos de participación en el mercado”.

En primera instancia, el precio de la venganza (sea US$ 7.700 millones, sea 9.400 millones) obtendrá una empresa debilitada, precisamente, por la largo, obsesivo hostigamiento de Ellison. Aun sin ese factores, todos saben que la “fusión” será como ocurriera entre Hwelett-Packard y Compaq Computers: la firma absorbida fue borrada, marcas inclusive.

En un segmento tan complejo y delicado como el software institucional, la suma PeopleSoft + Oracle quizá no se refleje en la participación de mercado. Hacia junio, según International Data Consulting (IDC), SAP tenía 62% contra 14% de PS-JDE, 13% de Oracle y 11% de de Siebel Systems. Pero el deterioro de PS posiblemente haga que la porción conjunta de mercado sea bastante inferior a 27% y Siebel pase a 12 o 13%.

Hay una señal contable muy clara al respecto: en el II trimestre, las utilidades netas de PeopleSoft-JD Edwards resultaron 70% inferiores a las de un año antes. Justamente por los despiadados ataques de Ellison. La propia política de Oracle lo confirma. Cuando su segunda oferta (US$ 7.300 millones) aumentó de 21 a 26 el precio de la acción, debió llevarla a 9.400 millones. Al saberse que el hostigamiento de Ellison perjudicaba la acción de PS, redujo la oferta a US$ 7.700 millones. Pero, tras el fallo de Walker, las propias firmas de valores creen que la oferta rebotará a más de 8.500 millones.

Cabe recordar que el veredicto judicial le permite a Ellison comprar todo lo que pueda. Pero no obliga a nadie a venderle. Dicho de otro modo, los accionistas exigirán determinado precio y tal vez no acepten menos. También está el problema de la “píldora envenenada”: para dificultar la toma hostil, Conway piensa emitir opciones destinadas a los accionistas, que les permitan comprar con descuento si un tercero quiere controlar el paquete. Eso (a) reduciría la cantidad de papeles disponibles para vender a ese tercero, (b) elevaría el precio al cual los tenedores le venderían acciones.

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