Novartis planea una gran planta farmoquímica en Singapur

El poderoso grupo suizo elige a Singapur para instalar su fábrica de especialidades medicinales más grande en Asia-Pacífico. A su vez, la isla-estado está resuelta a ser núcleo farmoquímico de una región donde viven 450 millones de personas.

6 julio, 2004

El gobierno de esta “democracia” –manejada por una élite étnicamente china- ha estado atrayendo ese tipo de empresas mediante un plan quinquenal por US$ 1.800 millones. Esto incluye financiamiento de investigaciones y desarrollo, capital para emprendedores de vanguardia biotecnológica y facilidades comerciales, tributarias e inmobiliarias.

Daniel Vasella, director gerente de Novartis, se niega a revelar qué incentivos percibirá su compañía, si finalmente erige la planta (sólo resalta la estabilidad institucional y el desarrollo económico de la isla). Pero admite que las instalaciones abarcarán un instituto para investigar enfermedades tropicales. Este tema le interesa mucho al gobierno local, embarcado en una política de influencia regional vía asistencia de todo tipo.

Novartis es la quinta farmoquímica del mundo y será la cuarta en abordar Singapur. Ya lo han hecho GlaxoSmithKline (la segunda), Wyeth y Schering-Plough. Esta movida de los suizos también responde al fracaso en absorber la firma francogermana Aventis, proyecto bloqueado por Francia.

Singapur apela a los laboratorios para ir reduciendo su dependencia de la electrónica y la refinación petrolera, principales fuentes de divisas vía exportación. Según proyecciones privadas, la venta de farmoquímicos al exterior podría superar los US$ 5.000 millones este mismo año. No obstante, analistas en Hongkong y Tokio puntualizan que la industria farmacéutica es bastante inestable y puede llegar a ser volátil.

El gobierno de esta “democracia” –manejada por una élite étnicamente china- ha estado atrayendo ese tipo de empresas mediante un plan quinquenal por US$ 1.800 millones. Esto incluye financiamiento de investigaciones y desarrollo, capital para emprendedores de vanguardia biotecnológica y facilidades comerciales, tributarias e inmobiliarias.

Daniel Vasella, director gerente de Novartis, se niega a revelar qué incentivos percibirá su compañía, si finalmente erige la planta (sólo resalta la estabilidad institucional y el desarrollo económico de la isla). Pero admite que las instalaciones abarcarán un instituto para investigar enfermedades tropicales. Este tema le interesa mucho al gobierno local, embarcado en una política de influencia regional vía asistencia de todo tipo.

Novartis es la quinta farmoquímica del mundo y será la cuarta en abordar Singapur. Ya lo han hecho GlaxoSmithKline (la segunda), Wyeth y Schering-Plough. Esta movida de los suizos también responde al fracaso en absorber la firma francogermana Aventis, proyecto bloqueado por Francia.

Singapur apela a los laboratorios para ir reduciendo su dependencia de la electrónica y la refinación petrolera, principales fuentes de divisas vía exportación. Según proyecciones privadas, la venta de farmoquímicos al exterior podría superar los US$ 5.000 millones este mismo año. No obstante, analistas en Hongkong y Tokio puntualizan que la industria farmacéutica es bastante inestable y puede llegar a ser volátil.

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