Morgan Stanley, LVHM y un fallo salomónico en París

Un tribunal de apelación francés confirmó un fallo un primera instancia, acusando a Morgan Stanley de perjudicar a LVMH cuando trataba de quedarse con Gucci. Pero desechó cargos contra una analista de la entidad financiera.

3 julio, 2006

LVHM Louis Vuitton Moët Hennesy, combinación tan redundante como díficil de recordar, identifica a un grupo líder en champagne, cognac, zapatos, carteras y otros artículos de cuero. La firma entabló en 2002 un pleito contra Morgan Stanley, por opiniones negativas de una de sus principales analistas sobre la empresa. El largo litigio fue seguido estrechamente, pues enfrentaba a una reconocida experta con una de las empresas más grandes que solía cubrir.

Hace cuatro años, LVMH sostenía que había habido conflicto de intereses. La analista Claire Kent dictaminó desfavorablemente contra LVMH cuando MS asesoraba a Gucci, objeto de una oferta hostil por parle de LVMH. A raíz de ello, dos años más tarde la cadena Pinault Printemps Redoute se quedó con Gucci.

Desde entonces, MS y LVMH se trabaron en una dura batalla ante los tribunales y los medios de prensa. En 2004, un juez civil y comercial de París dispuso que Morgan Stanley pagase a LVMH € 30 millones (unops US$ 38.300.000) en concepto de daño moral, o sea prejuicio causados con intencionalidad a la imagen de Louis Vuitton Moët Hennessy.

La semana pasada un tribunal de alzada dictaminó que la conducta de MS hacia LVMH era pasible de dos cargos: describir inexactamente sus relaciones con la compañía litigante y dar información incorrecta sobre sus deudas, en una entrevista publicada. Pero desechó la acusación que ponía en tela de juicio la labor profesional de Kent y su imparcialidad.

Aparte del monto aludido, se ha nombrado a un árbitro independiente para evaluar daños morales. Esto incluye gastos de difundir públicamente una admisión de culpas por parte del banco. Por su parte, LVMH exigirá por vía judicial otros € 100 millones (US$ 127 millones) en daños materiales. Entretanto, Kent podría demandar a la empresa por haber puesto en duda su honorabilidad.

Expertos e investigadores en varios bancos de Europa occidental dieron un suspiro de alivio. Estaban especialmente inquietos por el veredicto de 2004 y sus efectos en los analistas. “Nos preocupaba que esto obligase a los bancos a replantearse si sería conveniente seguir atendiendo compañías francesas”, señalaba un profesional de Dresdner Kleinwort.. “No le conviene a una empresa –agregó- lanzarse contra un experto sólo porque haya emitido dictámenes negativos. Una estrategia más inteligente es demostrar que el desempeño de la firma era cortrecto”.

LVHM Louis Vuitton Moët Hennesy, combinación tan redundante como díficil de recordar, identifica a un grupo líder en champagne, cognac, zapatos, carteras y otros artículos de cuero. La firma entabló en 2002 un pleito contra Morgan Stanley, por opiniones negativas de una de sus principales analistas sobre la empresa. El largo litigio fue seguido estrechamente, pues enfrentaba a una reconocida experta con una de las empresas más grandes que solía cubrir.

Hace cuatro años, LVMH sostenía que había habido conflicto de intereses. La analista Claire Kent dictaminó desfavorablemente contra LVMH cuando MS asesoraba a Gucci, objeto de una oferta hostil por parle de LVMH. A raíz de ello, dos años más tarde la cadena Pinault Printemps Redoute se quedó con Gucci.

Desde entonces, MS y LVMH se trabaron en una dura batalla ante los tribunales y los medios de prensa. En 2004, un juez civil y comercial de París dispuso que Morgan Stanley pagase a LVMH € 30 millones (unops US$ 38.300.000) en concepto de daño moral, o sea prejuicio causados con intencionalidad a la imagen de Louis Vuitton Moët Hennessy.

La semana pasada un tribunal de alzada dictaminó que la conducta de MS hacia LVMH era pasible de dos cargos: describir inexactamente sus relaciones con la compañía litigante y dar información incorrecta sobre sus deudas, en una entrevista publicada. Pero desechó la acusación que ponía en tela de juicio la labor profesional de Kent y su imparcialidad.

Aparte del monto aludido, se ha nombrado a un árbitro independiente para evaluar daños morales. Esto incluye gastos de difundir públicamente una admisión de culpas por parte del banco. Por su parte, LVMH exigirá por vía judicial otros € 100 millones (US$ 127 millones) en daños materiales. Entretanto, Kent podría demandar a la empresa por haber puesto en duda su honorabilidad.

Expertos e investigadores en varios bancos de Europa occidental dieron un suspiro de alivio. Estaban especialmente inquietos por el veredicto de 2004 y sus efectos en los analistas. “Nos preocupaba que esto obligase a los bancos a replantearse si sería conveniente seguir atendiendo compañías francesas”, señalaba un profesional de Dresdner Kleinwort.. “No le conviene a una empresa –agregó- lanzarse contra un experto sólo porque haya emitido dictámenes negativos. Una estrategia más inteligente es demostrar que el desempeño de la firma era cortrecto”.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades