Microsoft reanuda la batalla contra la Comisión Europea
Como se preveía, William Gates inició este lunes el segundo combate en la guerra con Bruselas. Ante el tribunal europeo (Luxemburgo), pide la suspensión pro tempore de sanciones que le impiden restringir el mercado de sistemas operativos.
La compañía sostiene que su caso se consolida debido a nuevos datos. Por ejemplo, el lanzamiento –días atrás- del servicio iTunes (Apple) para bajar contenidos de Internet y un arreglo por US$ 1.600 millones en la larga disputa con Sun Microsystems. Ambos hechos, en apariencia, desvirtúan el cargo por predominio de mercado.
Por supuesto, la Comisión Europea resistirá tenazmente el embate jurídico de Microsoft. No obstante, Mario Monti –comisionado pro defensa de mercados- aclaró al juez de alzada que Bruselas no tratará de aplicar sanciones mientras se tramite la apelación. En lo formal, la firma solicita al llamado “tribunal de primera instancia” (en realidad, actúa como apelación en cuanto a resoluciones de la CE) suspenda los efectos de las medidas mientras otro juez resuelve sobre los méritos de la causa íntegra.
Los segundo puede llevar hasta cinco años, empero. Por ende, si la instancia “ocasional” hiciese lugar a la presentación, el efecto real de las sanciones iría licuándose con el tiempo. Este riesgo jurídico y las próxima constitución de la Unión Europea ampliada son dos de los argumentos de Monti para oponerse al pedido de Gates.
En marzo, la CE dictaminó que la simbiosis compulsiva de Windows-MediaPlayer y otras decisiones comerciales restringen la competencia en segmentos adyacentes. Por tanto, se dispuso que Microsoft compartiera información con sus rivales y ofreciera a los fabricantes europeos de hardware una versión de Windows sin MediaPlayer adentro. También impuso una multa de € 497 millones.
La apelación en pleno se interpuso el 7 de junio, pero recién ahora se solicita suspensión de ciertas sanciones mientras dure el trámite del recurso. Eso obliga al tribunal a dictaminar si la compañía ha sometido un caso “prima facie” razonable en la apelación general. Ésta se basa en que, a criterio de Microsoft, las medidas de la CE tendrán efectos irreparables en sus negocios.
La compañía sostiene que su caso se consolida debido a nuevos datos. Por ejemplo, el lanzamiento –días atrás- del servicio iTunes (Apple) para bajar contenidos de Internet y un arreglo por US$ 1.600 millones en la larga disputa con Sun Microsystems. Ambos hechos, en apariencia, desvirtúan el cargo por predominio de mercado.
Por supuesto, la Comisión Europea resistirá tenazmente el embate jurídico de Microsoft. No obstante, Mario Monti –comisionado pro defensa de mercados- aclaró al juez de alzada que Bruselas no tratará de aplicar sanciones mientras se tramite la apelación. En lo formal, la firma solicita al llamado “tribunal de primera instancia” (en realidad, actúa como apelación en cuanto a resoluciones de la CE) suspenda los efectos de las medidas mientras otro juez resuelve sobre los méritos de la causa íntegra.
Los segundo puede llevar hasta cinco años, empero. Por ende, si la instancia “ocasional” hiciese lugar a la presentación, el efecto real de las sanciones iría licuándose con el tiempo. Este riesgo jurídico y las próxima constitución de la Unión Europea ampliada son dos de los argumentos de Monti para oponerse al pedido de Gates.
En marzo, la CE dictaminó que la simbiosis compulsiva de Windows-MediaPlayer y otras decisiones comerciales restringen la competencia en segmentos adyacentes. Por tanto, se dispuso que Microsoft compartiera información con sus rivales y ofreciera a los fabricantes europeos de hardware una versión de Windows sin MediaPlayer adentro. También impuso una multa de € 497 millones.
La apelación en pleno se interpuso el 7 de junio, pero recién ahora se solicita suspensión de ciertas sanciones mientras dure el trámite del recurso. Eso obliga al tribunal a dictaminar si la compañía ha sometido un caso “prima facie” razonable en la apelación general. Ésta se basa en que, a criterio de Microsoft, las medidas de la CE tendrán efectos irreparables en sus negocios.
