Microsoft emprende una batalla para dominar nuevos mercados

La telefonía móvil aún le debe al usuario mensajes con imagen, navegación por Internet y otras promesas. Este año, varias empresas se aprestan a ofrecer esos servicios. Pero comienza una dura lucha por el control de los nuevos segmentos.

17 marzo, 2003

La primera batalla enfrenta a Microsoft con las firmas dominantes en materia de
dispositivos manuales; por ejemplo, Nokia y Samsung. La piedra de toque es el
sistema operativo de los celulares, esencial para que funcionen como PC. William
Gates quiere convertir los teléfonos móviles en base de su futura
expansión y su objeto es dominar esa franja. A primera vista, su contrincante
de turno es la británica Symbian, una firma dedicada a software. Pero,
tras ellas, están sus fundadores de 1998: Ericsson, Nokia, Motorola y Psion
(una compañía londinense de vanguardia tecnológica).

En el medio se mueven operadores de redes -o sea, telcos- tales como Sprint, Orange,
Vodafone e ITT DoCoMo. Todos tienen la misma meta: asegurarse de que la III generación
inalámbrica (3G), ese sueño esquivo, consolide sus marcas en lugar
de diluirlas. Las apuestas son enormes. Sólo en Europa (o sea, del Atlántico
a los Urales), los grupos de telecomunicaciones han invertido más de €
100.000 millones en licencias de espectros radiales, necesarias para operar en
3G. Todavía deberán gastar varios miles de millones en infraestructura.

En realidad, todo ese sector viene hipotecando su futuro desde 1999/2000, suponiendo
que los usuarios se pasarán casi automáticamente a servicios tan
avanzados como seductores. Ya lo han hecho con la telefonía celular de
2G. Históricamente, por supuesto, la telefonía de voz tradicional
beneficiaba a fabricantes de aparatos, equipos e insumos. Por ende, los futuros
dispositivos -más complejos y versátiles- debieran hacer la fortuna
de quienes ofrezcan juegos, e-mail y demás ingredientes de vanguardia tecnológica.

Microsoft así lo espera, según demuestra sus sistema operativo Smartphones,
que incluye aplicaciones como Internet Explorer y Exchange E-mail, además
de mensajes instantáneos y demás software que -parece- será
irresistible para el público. Esto representa una amenaza a la industria
de celulares, rubro clave en ventas, utilidades y márgenes de ganancia
operativa (80, 90 y 20%, respectivamente, en el caso de Nokia).

El peligro es que Microsoft transforme los dispositivos 3G en rubros básicos
(“commodities”), donde se vende mucho pero se gana poco por unidad.
“Microsoft e Intel tienden a podar el valor agregado de cualquier cosa y
nos convierte en fabricantes de clones”, ha dicho -con franqueza inusitada-
San-Jing Park, vicepresidente para inalámbricos en la surcoreana Samsung.

Symbian, en efecto, encarna la reacción de ese mismo sector, parece que
con cierto éxito inicial, pues acaba de incorporar como socios inversores
a Siemens, Panasonic, SonyEricsson y Samsung. En síntesis, una formidable
coalición contra las aspiraciones monopólicas de Gates, cuya firma
había fracasado en un intento de sumar varios de los hoy diez aliados de
Symbian.

Sin perjuicio de esa coalición, Nokia trata de usar un sistema abierto
compatible con una amplia gama de aplicaciones (tal vez un preludio a las grillas
computadas), inclusive las ofrecidas por Microsoft. En cuanto a ésta, su
búsqueda de socio ha resultado positiva sólo en el caso de Sendo,
una firma británica poco conocida. De modo que, en lugar de trabajar con
productores de dispositivos manuales, Gates no tuvo más remedio que apelar
directamente a las telcos para poner en mercado Smartphone -afirma haber firmado
acuerdos con veintidós-, mientras deja la fabricación de los aparatitos
a HTC y Wistron, dos contratistas de Taiwán con pocos antecedentes.

La lista de empresas que operarán con Microsoft abarca, entre otras, T-Mobile,
Cingular, Verizon, AT&T Wireless, Sprinto, Vodafone, Sonera, Telefónica
Móviles, NTT DoCoMo, SingTel y Orange. Precisamente, en noviembre esta
firma lanzó espectacularmente su SPV en Gran Bretaña, Francia, Suiza
y Dinamarca. La sigla significa sonido, imagen (picture) y video -sin recordar
que lo última engloba el resto-, el celular se destina a uso comercial
y, por el monto, la propia firma admite que sus pilas se agotan muy rápido
(el defecto más común y silenciado de los celulares). Además,
problemas de fábrica redujeron a apenas 50.000 unidades la oferta inicial.

Pero la guerra en torno de sistemas operativos no será una batalla frontal
entre Symbian y Microsoft. Motorola -fabricante estadounidense de inalámbricos-
decidió estos días desarrollar una plataforma basada en el sistema
operativo abierto Linux y el lenguaje Java, para desafiar a Symbian (donde sigue
siendo accionista). Curiosamente, Motorola era el candidato justo para Microsoft
y hoy es otro rival suyo.

La primera batalla enfrenta a Microsoft con las firmas dominantes en materia de
dispositivos manuales; por ejemplo, Nokia y Samsung. La piedra de toque es el
sistema operativo de los celulares, esencial para que funcionen como PC. William
Gates quiere convertir los teléfonos móviles en base de su futura
expansión y su objeto es dominar esa franja. A primera vista, su contrincante
de turno es la británica Symbian, una firma dedicada a software. Pero,
tras ellas, están sus fundadores de 1998: Ericsson, Nokia, Motorola y Psion
(una compañía londinense de vanguardia tecnológica).

En el medio se mueven operadores de redes -o sea, telcos- tales como Sprint, Orange,
Vodafone e ITT DoCoMo. Todos tienen la misma meta: asegurarse de que la III generación
inalámbrica (3G), ese sueño esquivo, consolide sus marcas en lugar
de diluirlas. Las apuestas son enormes. Sólo en Europa (o sea, del Atlántico
a los Urales), los grupos de telecomunicaciones han invertido más de €
100.000 millones en licencias de espectros radiales, necesarias para operar en
3G. Todavía deberán gastar varios miles de millones en infraestructura.

En realidad, todo ese sector viene hipotecando su futuro desde 1999/2000, suponiendo
que los usuarios se pasarán casi automáticamente a servicios tan
avanzados como seductores. Ya lo han hecho con la telefonía celular de
2G. Históricamente, por supuesto, la telefonía de voz tradicional
beneficiaba a fabricantes de aparatos, equipos e insumos. Por ende, los futuros
dispositivos -más complejos y versátiles- debieran hacer la fortuna
de quienes ofrezcan juegos, e-mail y demás ingredientes de vanguardia tecnológica.

Microsoft así lo espera, según demuestra sus sistema operativo Smartphones,
que incluye aplicaciones como Internet Explorer y Exchange E-mail, además
de mensajes instantáneos y demás software que -parece- será
irresistible para el público. Esto representa una amenaza a la industria
de celulares, rubro clave en ventas, utilidades y márgenes de ganancia
operativa (80, 90 y 20%, respectivamente, en el caso de Nokia).

El peligro es que Microsoft transforme los dispositivos 3G en rubros básicos
(“commodities”), donde se vende mucho pero se gana poco por unidad.
“Microsoft e Intel tienden a podar el valor agregado de cualquier cosa y
nos convierte en fabricantes de clones”, ha dicho -con franqueza inusitada-
San-Jing Park, vicepresidente para inalámbricos en la surcoreana Samsung.

Symbian, en efecto, encarna la reacción de ese mismo sector, parece que
con cierto éxito inicial, pues acaba de incorporar como socios inversores
a Siemens, Panasonic, SonyEricsson y Samsung. En síntesis, una formidable
coalición contra las aspiraciones monopólicas de Gates, cuya firma
había fracasado en un intento de sumar varios de los hoy diez aliados de
Symbian.

Sin perjuicio de esa coalición, Nokia trata de usar un sistema abierto
compatible con una amplia gama de aplicaciones (tal vez un preludio a las grillas
computadas), inclusive las ofrecidas por Microsoft. En cuanto a ésta, su
búsqueda de socio ha resultado positiva sólo en el caso de Sendo,
una firma británica poco conocida. De modo que, en lugar de trabajar con
productores de dispositivos manuales, Gates no tuvo más remedio que apelar
directamente a las telcos para poner en mercado Smartphone -afirma haber firmado
acuerdos con veintidós-, mientras deja la fabricación de los aparatitos
a HTC y Wistron, dos contratistas de Taiwán con pocos antecedentes.

La lista de empresas que operarán con Microsoft abarca, entre otras, T-Mobile,
Cingular, Verizon, AT&T Wireless, Sprinto, Vodafone, Sonera, Telefónica
Móviles, NTT DoCoMo, SingTel y Orange. Precisamente, en noviembre esta
firma lanzó espectacularmente su SPV en Gran Bretaña, Francia, Suiza
y Dinamarca. La sigla significa sonido, imagen (picture) y video -sin recordar
que lo última engloba el resto-, el celular se destina a uso comercial
y, por el monto, la propia firma admite que sus pilas se agotan muy rápido
(el defecto más común y silenciado de los celulares). Además,
problemas de fábrica redujeron a apenas 50.000 unidades la oferta inicial.

Pero la guerra en torno de sistemas operativos no será una batalla frontal
entre Symbian y Microsoft. Motorola -fabricante estadounidense de inalámbricos-
decidió estos días desarrollar una plataforma basada en el sistema
operativo abierto Linux y el lenguaje Java, para desafiar a Symbian (donde sigue
siendo accionista). Curiosamente, Motorola era el candidato justo para Microsoft
y hoy es otro rival suyo.

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