Las auditoras ahora compiten entre sí.

El sector de las auditorías está en medio de una conmoción  porque las firmas se ven obligadas a competir e invertir en tecnología para conseguir contratos.

27 junio, 2016

Cuando en 1896,  la Reina Victoria superó a su abuelo el Rey Jorge III  como la monarca que más tiempo reinó en Gran Bretaña la firma de servicios profesionales PwC, entonces llamada Coopers Brothers, comenzaba a auditar al Barclays Bank.

 

En 2014, PwC seguía siendo el auditor del Barclays, cuando el banco anunció que llamaba a licitación su contrato por primera ve en casi 120 años. La decisión había sido motivada por las nuevas regulaciones europeas diseñadas para sacudir a las auditoras luego de la crisis financiera.  La relación entre PWC y Barclays es uno de los ejemplos más claros  de la tedencia de las compañías a mantener  a sus auditoras durante décadas sin cambiarlas.

 

Pero eso ahora está cambiando.  Bajo las nuevas regulaciones de la UE que entraron en vigencia en junio  las empreas tienen que licitar auditorías cada diez años y cambiar de proovedor cada 20 años por lo menos.

 

El resultado es una nueva situación de feroz competencia  donde las firmas de servicios profesionales  ponen dinero y tecnología tratando de conseguir las cuentas de sus rivales.

 

Las cuatro grandes,  PwC, Deloitte, EY y KPMG, que manejan 98% de las 350 de la lista del FT, auditan 95%de las 500 de Fortune. .

Los servicios personales, ante estos desafíos están adoptando todos los desarrollos tecnológicos.

Los cambios están dejando obsoletes muchas de sus prácticas, como el muestreo, en el que muchas confiaron durante tanto tiempo. Amenazan el modelo de empleo, que hasta ahora consistió en contratar legiones de graduados para realizar trabajo administrativo bastante común.  Y presentan un gran peligro para los reguladores que controlan la profesión.

Los cambios se van a sentir mucho más en áreas donde los auditores usan tecnología para reemplazar esas partes del proceso que previamente se hacían manualmente. EY, que contrató 1.200 graduados  en Gran Bretaña e Irlanda en 2015, calcula que el número va a caer para 2020. Los avances tecnológicos incluyen usar aplicaciones que permitan a dispositivos móviles controlar el inventario físico y transmitan los resultados desde el lugar mismo. Tanto EY como PwC están investigando  el uso de drones para la cuenta de inventario de activos de capital.

Las herramientas de inteligencia artificial  están en pañales pero el negocio de servicios profesionales  está creando modelos para leer miles de documentos complejos, buscando palabras clave y patrones.

 

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