Jean-Marie Messier, por fin en el banquillo de los acusados

Se inició el proceso formal contra el ex inventor y presidente ejecutivo de Vivendi Universal. La causa incluye manipulación de cotizaciones bursátiles, abuso de activos societarios, difusión de datos falsos y amiguismo en 2000-2.

24 junio, 2004

Jean-Marie Messier fue detenido el lunes, aunque la generalidad de medios omitió la noticia, al parecer por gestiones y presiones tanto del grupo francés como de ex filiales norteamericanas. De todas maneras, la estrella de las fusiones y adquisiciones recobró el miércoles la libertad, tras depositar una fianza de € 1.330.000 (aunque no puede abandonar Francia sin comunicarlo a los jueces Henri Pons y René Cros).

El escándalo VU estalló hace dos años y, en julio de 2002, Messier fue obligado a renunciar. Luego perdió una “indemnización especial”, dispuesta por él mismo y sus compinches, de € 20.500.000. Entretanto, una grave crisis financiera e irregularidades contables pusieron el grupo al borde de la quiebra.

Sólo una veloz venta de activos impidió la liquidación traumática. Volviendo a Messier, está inhibido de ponerse en contacto con los otros cuatro procesados en el caso ni con ex colaboradores o funcionarios de la comisión de valores (“authorité des marchés financières”).

Las maniobras con cotizaciones consistían en recomprar títulos antes de conocerse públicamente los balances. Todavía hoy, los abogados de Messier sostienen que esa operativa había sido autorizada por la Comisión Federal de Valores (Securities & Exchange Commission) y su equivalente francesa, tras los ataques del 11-IX-01.

Jean-Marie Messier fue detenido el lunes, aunque la generalidad de medios omitió la noticia, al parecer por gestiones y presiones tanto del grupo francés como de ex filiales norteamericanas. De todas maneras, la estrella de las fusiones y adquisiciones recobró el miércoles la libertad, tras depositar una fianza de € 1.330.000 (aunque no puede abandonar Francia sin comunicarlo a los jueces Henri Pons y René Cros).

El escándalo VU estalló hace dos años y, en julio de 2002, Messier fue obligado a renunciar. Luego perdió una “indemnización especial”, dispuesta por él mismo y sus compinches, de € 20.500.000. Entretanto, una grave crisis financiera e irregularidades contables pusieron el grupo al borde de la quiebra.

Sólo una veloz venta de activos impidió la liquidación traumática. Volviendo a Messier, está inhibido de ponerse en contacto con los otros cuatro procesados en el caso ni con ex colaboradores o funcionarios de la comisión de valores (“authorité des marchés financières”).

Las maniobras con cotizaciones consistían en recomprar títulos antes de conocerse públicamente los balances. Todavía hoy, los abogados de Messier sostienen que esa operativa había sido autorizada por la Comisión Federal de Valores (Securities & Exchange Commission) y su equivalente francesa, tras los ataques del 11-IX-01.

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