Hoy cuesta más un campo que un departamento en Manhattan o Londres

Por primera vez en treinta años, los campos – en los países con buena tierra para cultivo -- están más caros que Manhattan o Londres. La razón, dicen analistas, es la gran demanda de maíz para convertir en etanol, un combustible no contaminante.

1 marzo, 2007

Pergam Finance, un grupo de inversiones de París, abrió hace dos
años Campos Orientales, un fondo que compra campos en Argentina y Uruguay.
La compañía se asoció con Bellamar Estancias, grupo perteneciente
a la familia Hirsch de Argentina, que ya manejaba 120.000 hectáreas y planeaba
reunir otros US$ 70 millones para comprar más tierras.

Marc Faber, un inversor con oficinas en Hong Kong, menciona como uno de sus paneles
favoritos a Cresud, una empresa cuya actividad principal se concentra en la explotación
agropecuaria en las pampas argentinas. Sus acciones crecieron 63% el año
pasado. Los campos están “muy baratos en un mundo de activos con
precios inflados”, dijo este mes durante una entrevista en Bermuda.

En 2006 la demanda de maíz que se usa para convertir en etanol aumentó
16% el precio de la tierra cultivable en Indiana y 35% en Idaho, según
demuestran cifras oficiales. El precio de un loft en Manhattan creció
12%, mientras que un mono-ambiente en Islington, cerca del distrito financiero
en Londres, subió 11%, según información proporcionada
por inmobiliarias locales.

Las ganancias provenientes de la tierra “pegarán un gran salto
en los próximos 18 meses” debido a que los precios del maíz
alcanzaron en febrero su tope máximo en los últimos10 años,
advierte Murray Wise, presidente y director ejecutivo del Westchester Group
en Champaign, Illinois, que se ocupa de inversiones en campos.

Wise, quien se crió en una granja canadiense y ahora administra 85.000
acres, o 34.400 hectáreas, dice que los precios en el medio oeste de
Estados Unidos podrían subir 12% al año de aquí al 2017.
El valor de los campos subió en 34 de los últimos 37 años,
según datos compilados por UBSAgriVest, una unidad de la UBS (Unión
de Bancos Suizos), la sociedad financiera más grande del mundo. Los retornos
que generan esos campos despertaron el interés de fondos de cobertura
y de inversión.

El Hancock Agricultural Investment Group en Boston compró el año
pasado tierras por valor de US$ 100 millones, aumentando 13% el valor de sus
tenencias, a US$ 865 millones. Macquarie Bank, el banco de inversión
más grande de Australia, proyecta gastar hasta 100,000 millones de dólares
australianos, o US$ 787 millones, en ranchos en Australia para un nuevo fondo
agrícola.

En Queensland, el mayor estado ganadero de Australia, el precio de la tierra
subió 10% a 500 o 550 dólares australianos el acre (0,4046 hectárea)
en 2006, cuenta Dick Allpass, asesor en compra de campos de Elders Australia,
en Adelaide.

Los pedidos de alimentos y forraje que hizo China en los últimos cinco
años contribuyeron a elevar hasta 300% el precio de las mejores tierras
australianas, dice Wayne Carlson, gerente general de agronegocios del Banco
Nacional de Australia en Melbourne, el mayor prestamista del país.

“La suba de los últimos años hizo que algunos de esos administradores
de fondos y grupos de inversiones se preguntaran “y cómo no estamos
nosotros en esto?”, relata Carlson.

En Estados Unidos, el precio promedio de la tierra aumentó 15% en 2006,
según cifras del Departamento de Agricultura. El costo de comprar campos
para el cultivo de maíz en Argentina, segundo exportador de ese grano,
saltó 27%, según Márgenes Agropecuarios, una carta de noticias
especializada de Buenos Aires.
La demanda de maíz para etanol creció de la mano del presidente
George W. Bush cuando el mes pasado instó a quintuplicar los combustibles
renovables para 2017. Para alcanzar esa meta, haría falta obtener 12.500
millones de fanegas de maíz, 19% más de lo cosechado el año
pasado en Estados Unidos, el más grande productor del mundo.

“No es el inversor el que está inflando los precios de la tierra,
sino la suba de los precios del maíz debido a la demanda de etanol”,
opina Jim Farrell, director ejecutivo de Farmers National en Omaha, Nebraska,
que administra casi 1,2 millones de acres de tierra en 3.700 campos.

La escalada recibió la ayuda de una reducción en el número
de acres disponibles para sembrado. Entre 5 y 8 millones de hectáreas
del total mundial de 1.500 millones, o 3.700 millones de acres de tierra cultivable(1.497.000
hectáreas) se mantiene inactiva todos los años debido al deterioro
de su calidad, según el Worldwatch Institute en Washington, que se dedica
a la investigación de producción de alimentos.

“El etanol no es el único tema aquí, aunque sí es
el único que llega a los diarios,” dice Jeff Conrad, presidente
y director gerente de Hancock Agricultural, una unidad de Manulife Financial.
“La oferta es el gran desconocido porque sabemos que aumenta la demanda.”

En Estados Unidos las tierras cultivables se redujeron en 9,6 millones de acres,
o 2,8%, en las dos décadas que finalizaron en 2001, según los
datos más recientes proporcionados por el gobierno.

Jim Rogers, el gerente del fondo de cobertura que predijo el comienzo de la
escalada de las materias primas en 1999, dijo que el calentamiento global dificultaría
los cultivos y aconsejó comprar tierras para por lo menos una década.

“Debido a varios tipos de alteraciones, los precios de los productos agrícolas
se van a ir por las nubes, dijo a la prensa en Melbourne a principios de este
mes.

Los retornos de la tierra han promediado 10,9% al año durante los últimos
15 años, dijo el National Council of Real Estate Investment Fiduciaries
en Chicago. El índice bursátil de la Standard & Poor´s 500
subió 10,7% por año, mientras el retorno del índice de
los bonos Lehman del gobierno norteamericano fue de 6,3%.

Los precios nacionales cayeron en la mitad de las ciudades estadounidenses en
Estados Unidos el último trimestre, dijo a principios de febrero la National
Association of Realtors. Los precios en 70 ciudades de Estados Unidos inclusive
Las Vegas y Washington pueden caer 10% o más de aquí al 2009 debido
al encarecimiento de los préstamos, dijo un estudio de Economy.com, una
unidad de Moody.

La tierra en Iowa, mayor productor de maíz de Estados Unidos y sede
de la mayor cantidad de plantas de etanol, superó los US$ 5.000 el acre,
todavía más que los US$ 4.200 de hace un año, dijo Monty
Meusch, un vicepresidente de Farmers National, agencia inmobiliaria y administradora
de campos en Omaha, Nebraska. Un campo de 200 acres en Iowa aumentó su
valor 14% en un mes cuando en octubre se vendió a US$ 5.700 el acre,
dijo.
“Hace tres años la gente no creía conveniente invertir en
el campo,” dijo Olivier Combastet, fundador de Pergam. “Hoy se ha
vuelto mucho más atractivo.”

Combastet anticipa retornos anuales de 15% en los próximos cinco años
provenientes de sus inversiones en campos sudamericanos.

Pergam Finance, un grupo de inversiones de París, abrió hace dos
años Campos Orientales, un fondo que compra campos en Argentina y Uruguay.
La compañía se asoció con Bellamar Estancias, grupo perteneciente
a la familia Hirsch de Argentina, que ya manejaba 120.000 hectáreas y planeaba
reunir otros US$ 70 millones para comprar más tierras.

Marc Faber, un inversor con oficinas en Hong Kong, menciona como uno de sus paneles
favoritos a Cresud, una empresa cuya actividad principal se concentra en la explotación
agropecuaria en las pampas argentinas. Sus acciones crecieron 63% el año
pasado. Los campos están “muy baratos en un mundo de activos con
precios inflados”, dijo este mes durante una entrevista en Bermuda.

En 2006 la demanda de maíz que se usa para convertir en etanol aumentó
16% el precio de la tierra cultivable en Indiana y 35% en Idaho, según
demuestran cifras oficiales. El precio de un loft en Manhattan creció
12%, mientras que un mono-ambiente en Islington, cerca del distrito financiero
en Londres, subió 11%, según información proporcionada
por inmobiliarias locales.

Las ganancias provenientes de la tierra “pegarán un gran salto
en los próximos 18 meses” debido a que los precios del maíz
alcanzaron en febrero su tope máximo en los últimos10 años,
advierte Murray Wise, presidente y director ejecutivo del Westchester Group
en Champaign, Illinois, que se ocupa de inversiones en campos.

Wise, quien se crió en una granja canadiense y ahora administra 85.000
acres, o 34.400 hectáreas, dice que los precios en el medio oeste de
Estados Unidos podrían subir 12% al año de aquí al 2017.
El valor de los campos subió en 34 de los últimos 37 años,
según datos compilados por UBSAgriVest, una unidad de la UBS (Unión
de Bancos Suizos), la sociedad financiera más grande del mundo. Los retornos
que generan esos campos despertaron el interés de fondos de cobertura
y de inversión.

El Hancock Agricultural Investment Group en Boston compró el año
pasado tierras por valor de US$ 100 millones, aumentando 13% el valor de sus
tenencias, a US$ 865 millones. Macquarie Bank, el banco de inversión
más grande de Australia, proyecta gastar hasta 100,000 millones de dólares
australianos, o US$ 787 millones, en ranchos en Australia para un nuevo fondo
agrícola.

En Queensland, el mayor estado ganadero de Australia, el precio de la tierra
subió 10% a 500 o 550 dólares australianos el acre (0,4046 hectárea)
en 2006, cuenta Dick Allpass, asesor en compra de campos de Elders Australia,
en Adelaide.

Los pedidos de alimentos y forraje que hizo China en los últimos cinco
años contribuyeron a elevar hasta 300% el precio de las mejores tierras
australianas, dice Wayne Carlson, gerente general de agronegocios del Banco
Nacional de Australia en Melbourne, el mayor prestamista del país.

“La suba de los últimos años hizo que algunos de esos administradores
de fondos y grupos de inversiones se preguntaran “y cómo no estamos
nosotros en esto?”, relata Carlson.

En Estados Unidos, el precio promedio de la tierra aumentó 15% en 2006,
según cifras del Departamento de Agricultura. El costo de comprar campos
para el cultivo de maíz en Argentina, segundo exportador de ese grano,
saltó 27%, según Márgenes Agropecuarios, una carta de noticias
especializada de Buenos Aires.
La demanda de maíz para etanol creció de la mano del presidente
George W. Bush cuando el mes pasado instó a quintuplicar los combustibles
renovables para 2017. Para alcanzar esa meta, haría falta obtener 12.500
millones de fanegas de maíz, 19% más de lo cosechado el año
pasado en Estados Unidos, el más grande productor del mundo.

“No es el inversor el que está inflando los precios de la tierra,
sino la suba de los precios del maíz debido a la demanda de etanol”,
opina Jim Farrell, director ejecutivo de Farmers National en Omaha, Nebraska,
que administra casi 1,2 millones de acres de tierra en 3.700 campos.

La escalada recibió la ayuda de una reducción en el número
de acres disponibles para sembrado. Entre 5 y 8 millones de hectáreas
del total mundial de 1.500 millones, o 3.700 millones de acres de tierra cultivable(1.497.000
hectáreas) se mantiene inactiva todos los años debido al deterioro
de su calidad, según el Worldwatch Institute en Washington, que se dedica
a la investigación de producción de alimentos.

“El etanol no es el único tema aquí, aunque sí es
el único que llega a los diarios,” dice Jeff Conrad, presidente
y director gerente de Hancock Agricultural, una unidad de Manulife Financial.
“La oferta es el gran desconocido porque sabemos que aumenta la demanda.”

En Estados Unidos las tierras cultivables se redujeron en 9,6 millones de acres,
o 2,8%, en las dos décadas que finalizaron en 2001, según los
datos más recientes proporcionados por el gobierno.

Jim Rogers, el gerente del fondo de cobertura que predijo el comienzo de la
escalada de las materias primas en 1999, dijo que el calentamiento global dificultaría
los cultivos y aconsejó comprar tierras para por lo menos una década.

“Debido a varios tipos de alteraciones, los precios de los productos agrícolas
se van a ir por las nubes, dijo a la prensa en Melbourne a principios de este
mes.

Los retornos de la tierra han promediado 10,9% al año durante los últimos
15 años, dijo el National Council of Real Estate Investment Fiduciaries
en Chicago. El índice bursátil de la Standard & Poor´s 500
subió 10,7% por año, mientras el retorno del índice de
los bonos Lehman del gobierno norteamericano fue de 6,3%.

Los precios nacionales cayeron en la mitad de las ciudades estadounidenses en
Estados Unidos el último trimestre, dijo a principios de febrero la National
Association of Realtors. Los precios en 70 ciudades de Estados Unidos inclusive
Las Vegas y Washington pueden caer 10% o más de aquí al 2009 debido
al encarecimiento de los préstamos, dijo un estudio de Economy.com, una
unidad de Moody.

La tierra en Iowa, mayor productor de maíz de Estados Unidos y sede
de la mayor cantidad de plantas de etanol, superó los US$ 5.000 el acre,
todavía más que los US$ 4.200 de hace un año, dijo Monty
Meusch, un vicepresidente de Farmers National, agencia inmobiliaria y administradora
de campos en Omaha, Nebraska. Un campo de 200 acres en Iowa aumentó su
valor 14% en un mes cuando en octubre se vendió a US$ 5.700 el acre,
dijo.
“Hace tres años la gente no creía conveniente invertir en
el campo,” dijo Olivier Combastet, fundador de Pergam. “Hoy se ha
vuelto mucho más atractivo.”

Combastet anticipa retornos anuales de 15% en los próximos cinco años
provenientes de sus inversiones en campos sudamericanos.

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