Hacia un doble negocio, electricidad y petróleo

La evolución de los mercados obligará a los gigantes en hidrocarburos a diversificarse hacia la generación eléctrica. Este proceso diversificador posiblemente tome menos tiempo que el supuesto por muchos analistas, aunque no resulte muy fácil.

30 junio, 2011

<p>En el pasado, las grandes compa&ntilde;&iacute;as dedicadas a hidrocarburos eran remisas a desempe&ntilde;ar papeles significativos en materia de electricidad. Para disimularlo, se hizo habitual llamar &ldquo;energ&iacute;a&rdquo; a los combustibles, un equ&iacute;voco todav&iacute;a vigente.<br />
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Por lo com&uacute;n, las petroleras pose&iacute;an y operaban plantas el&eacute;ctricas. No para el consumo dom&eacute;stico, sino para alimentar sus propias refiner&iacute;as y dem&aacute;s instalaciones conexas. En ciertos casos, esas petroleras pod&iacute;an sacar ventajas de su estructura financiera o experiencia para ofrecer otras formas de energ&iacute;a no vinculadas a los hidrocarburos.<br />
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Pero, salvo a fines de los a&ntilde;os 90 &ndash;cuando algunas petroleras mayores invirtieron ef&iacute;meramente en electricidad-, estas empresas se han mantenido aferradas a su negocio central, extraer o producir hidrocarburos y vender productos refinados. <br />
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Ese esquema parece en v&iacute;as de cambio. Diversos factores han colocado a las firmas de crudos y gas natural en posici&oacute;n de redefinir su perfil y convertirse en &ldquo;supercompa&ntilde;&iacute;as&rdquo;. Vale decir, diversificar estrategias y a&ntilde;adir generaci&oacute;n el&eacute;ctrica a sus tradicionales actividades en hidrocarburos. <br />
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Un s&iacute;ntoma es el gradual desplazamiento hacia veh&iacute;culos el&eacute;ctricos e h&iacute;bridos. Tarde o temprano, estos autom&oacute;viles quebrar&aacute;n la hegemon&iacute;a de los combustibles f&oacute;siles, proceso que tomar&aacute; unos pocos decenios. Otra se&ntilde;al es el avance de energ&iacute;as limpias en las pautas de consumo, debido a inquietudes ante cambios clim&aacute;ticos. Un grupo de petroleras tambi&eacute;n podr&aacute;n aprovechar su fuerte posici&oacute;n en cuanto a gas natural, un combustible mucho m&aacute;s &ldquo;verde&rdquo; y superior al carb&oacute;n o el petr&oacute;leo como generador de electricidad y locomoci&oacute;n. <br />
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<p>Sin embargo, excepto el italiano Ente nazionale idrocarburi (paraestatal), ninguna otra petrolera sigue por ahora ese camino. Pero la lógica, para quienes sean capaces de encarar la transición, está de su lado. Una movida oportuna o apropiada permitiría a las petroleras eludir presiones gestadas en sus actuales modelos de negocios.<br />
Por ejemplo, podría surgir una fuente de ingresos diversificada, en momentos cuando las habituales actividades de exploración y explotación se tornen aun más costosas y difíciles que al presente. En parte, porque compañías estatales controlan hoy los yacimientos más accesibles del planeta.<br />
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Asimismo, la eventual reconversión pondrá en uso los tipos de infraestructura que las grandes petroleras han desarrollado. No sólo ductos, refinerías y terminales, sino todas las instalaciones involucradas en el mayoreo y la distribución minorista. Eso abarca nexos con gasolineras capaces de atender vehículos eléctricos e híbridos.<br />
Semejante potencial de cambios drásticos en el mercado presenta una serie de incógnitas para los mandos superiores. A saber, ¿es el momento para asumir papeles más amplios como proveedores de energía, no sólo de hidrocarburos?, ¿qué fuentes de ingresos se abrirán?, ¿deberán asociarse a empresas eléctricas preexistentes, competir con ellas o reinventar los fundamentos de ambos negocios?<br />
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Por cierto, invertir en generación eléctrica, como se señala más arriba, no es una idea totalmente novedosa en el sector petrolero. Terminando el siglo XX, varias compañías grandes (inclusive British Petroleum, ExxonMobil, Royal Dutch/Shell y ENI) tomaron posiciones estratégicas en el sector eléctrico. Con variantes, la meta común era ser vistas como firmas de este sector, no ya como meros negocios petroleros.<br />
Hacia mediados de la primera década del siglo XXI, el interés de esas compañías se esfumaba. En esencia, accionistas e inversores exigían más foco en la parte financiera, o sea en el negocio tradicional. Hoy el tema vuelve a plantearse, aunque con final abierto.<br />
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