Guerra de ambulancias aéreas

Hace unos años era raro ver un helicóptero-ambulancia. Hoy se ha desatado en Estados Unidos una verdadera guerra entre servicios aéreos que compiten por recoger pacientes en las áreas ricas. El negocio, cada vez más común, es muy rentable.

4 mayo, 2005

El servicio, indudablemente útil para determinadas circunstancias, se está
usando también en muchos casos donde una ambulancia terrestre cumpliría
con la misma función a menor costo. El precio de un rescate aéreo
oscila entre US$ 5.000 y US$ 10.000, o sea entre cinco y diez veces más
que el de un rescate terrestre.

Según Brad Lancaster, director de servicios de emergencias médicas
del condado de Murray, al sur de la ciudad de Oklahoma, “los helicópteros
revolotean alrededor como moscardones”. Cuenta también el reciente
caso en el cual el jefe de bomberos voluntarios de la zona, tuvo que caminar más
de un cuarto de milla junto a un hombre mayor con dolor de hombro para que pudiera
abordar un helicóptero de una empresa llamada Air Evac Lifeteam. El hombre,
asociado a esa empresa, tenía derecho al traslado sin costo adicional.

Según el Departamento de Bomberos, Air Evac ha hecho más de 12 vuelos
a la zona en los últimos años y sólo uno de ellos obedeció
a una emergencia seria. Por su parte, el CEO de Air Evac – Colin C. Collins —
manifestó en un comunicado que Air Evac sólo hace vuelos necesarios
y que la compañía había salvado innumerables vidas. Aclaró,
también, que no intercepta llamadas de emergencia.

En todo el territorio de Estados Unidos operan unos 700 helicópteros
médicos, el doble que hace diez años. El año pasado, el
número de vuelos pagados sólo por Medicare fue 58% más
alto que en 2001. En algunos casos, los helicópteros son más eficientes
y rápidos que las ambulancias terrestres para transportar pacientes enfermos
o accidentados a un hospital. Pero tal parece que se los está usando
para más casos que los estrictamente necesarios. Además, la rápida
expansión del negocio se produjo con poca supervisión de las condiciones
de seguridad de vuelo y de calidad médica. La capacidad del personal
paramédico de las empresas que compiten varía notablemente entre
unas y otras.

En el pasado, los helicópteros médicos eran operados fundamentalmente
por hospitales Pero ahora el negocio quedó en manos de empresas de aviación
que lo manejan como agencias de taxis aéreos independientes que responden
a llamadas de emergencia o transportan pacientes.

El negocio está formado por operadores grandes y pequeños y por
dos empresas cotizantes: la Air Methods Corporation y Petroleum Helicopters
Inc. Pero si hay una empresa que ejemplifica el crecimiento del sector, así
como sus excesos y problemas, ésa es Air Evac Lifeteam, una de las operadoras
más grandes del país.

Fue fundada en 1985 con un solo helicóptero en West Plains, un pequeño
pueblo en las montañas de Missouri, para transportar pacientes de las
zonas rurales a los hospitales de las ciudades. Pagando una cuota anual de US$
50 por núcleo familiar, en una emergencia se puede llamar a Air Evac
en lugar de hacerlo al 911, y la compañía envía un helicóptero.
El plan funciona como un seguro. Varias comunidades aplaudieron la llegada de
Air Evac como un servicio necesario, y el año pasado dos grupos de intereses
privados compraron la compañía por un precio no revelado. Su fórmula
resultó tan exitosa que ahora opera desde 54 lugares en nueva estados
del centro y sudeste del país.

Entre sus críticos figuran competidores, médicos y funcionarios
de servicios de emergencia, quienes argumentan que Air Evac ha utilizado una
serie de tácticas para ganarse vuelos, inclusive innecesarios. La compañía
también es activa combatiendo los esfuerzos del gobierno por incrementar
la vigilancia y regulación del negocio médico aéreo.

El control del gobierno es desparejo. Mientras la Federal Aviation Administration
fija algunos estándares básicos de seguridad en vuelo, hay mucha
variación en las regulaciones estaduales sobre cuadado del paciente,
capacitación del personal de a bordo y seguridad de vuelo. Algunos estados
carecen de regulación.

El servicio, indudablemente útil para determinadas circunstancias, se está
usando también en muchos casos donde una ambulancia terrestre cumpliría
con la misma función a menor costo. El precio de un rescate aéreo
oscila entre US$ 5.000 y US$ 10.000, o sea entre cinco y diez veces más
que el de un rescate terrestre.

Según Brad Lancaster, director de servicios de emergencias médicas
del condado de Murray, al sur de la ciudad de Oklahoma, “los helicópteros
revolotean alrededor como moscardones”. Cuenta también el reciente
caso en el cual el jefe de bomberos voluntarios de la zona, tuvo que caminar más
de un cuarto de milla junto a un hombre mayor con dolor de hombro para que pudiera
abordar un helicóptero de una empresa llamada Air Evac Lifeteam. El hombre,
asociado a esa empresa, tenía derecho al traslado sin costo adicional.

Según el Departamento de Bomberos, Air Evac ha hecho más de 12 vuelos
a la zona en los últimos años y sólo uno de ellos obedeció
a una emergencia seria. Por su parte, el CEO de Air Evac – Colin C. Collins —
manifestó en un comunicado que Air Evac sólo hace vuelos necesarios
y que la compañía había salvado innumerables vidas. Aclaró,
también, que no intercepta llamadas de emergencia.

En todo el territorio de Estados Unidos operan unos 700 helicópteros
médicos, el doble que hace diez años. El año pasado, el
número de vuelos pagados sólo por Medicare fue 58% más
alto que en 2001. En algunos casos, los helicópteros son más eficientes
y rápidos que las ambulancias terrestres para transportar pacientes enfermos
o accidentados a un hospital. Pero tal parece que se los está usando
para más casos que los estrictamente necesarios. Además, la rápida
expansión del negocio se produjo con poca supervisión de las condiciones
de seguridad de vuelo y de calidad médica. La capacidad del personal
paramédico de las empresas que compiten varía notablemente entre
unas y otras.

En el pasado, los helicópteros médicos eran operados fundamentalmente
por hospitales Pero ahora el negocio quedó en manos de empresas de aviación
que lo manejan como agencias de taxis aéreos independientes que responden
a llamadas de emergencia o transportan pacientes.

El negocio está formado por operadores grandes y pequeños y por
dos empresas cotizantes: la Air Methods Corporation y Petroleum Helicopters
Inc. Pero si hay una empresa que ejemplifica el crecimiento del sector, así
como sus excesos y problemas, ésa es Air Evac Lifeteam, una de las operadoras
más grandes del país.

Fue fundada en 1985 con un solo helicóptero en West Plains, un pequeño
pueblo en las montañas de Missouri, para transportar pacientes de las
zonas rurales a los hospitales de las ciudades. Pagando una cuota anual de US$
50 por núcleo familiar, en una emergencia se puede llamar a Air Evac
en lugar de hacerlo al 911, y la compañía envía un helicóptero.
El plan funciona como un seguro. Varias comunidades aplaudieron la llegada de
Air Evac como un servicio necesario, y el año pasado dos grupos de intereses
privados compraron la compañía por un precio no revelado. Su fórmula
resultó tan exitosa que ahora opera desde 54 lugares en nueva estados
del centro y sudeste del país.

Entre sus críticos figuran competidores, médicos y funcionarios
de servicios de emergencia, quienes argumentan que Air Evac ha utilizado una
serie de tácticas para ganarse vuelos, inclusive innecesarios. La compañía
también es activa combatiendo los esfuerzos del gobierno por incrementar
la vigilancia y regulación del negocio médico aéreo.

El control del gobierno es desparejo. Mientras la Federal Aviation Administration
fija algunos estándares básicos de seguridad en vuelo, hay mucha
variación en las regulaciones estaduales sobre cuadado del paciente,
capacitación del personal de a bordo y seguridad de vuelo. Algunos estados
carecen de regulación.

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