GM: Wall Street y las calificadoras siguen con dudas sobre el plan

La ambicioso programa de restructuración lanzado el lunes por General Motors no ha sido aplaudido por los mercados, en parte porque faltan detalles relevantes. Las agencias calificadoras, en compás de espera.

23 noviembre, 2005

Por de pronto, Fitch Ratings no ve claro la estimación de ahorros por US$ 7.000 millones; de ahí que mantenga los bonos de deuda institucional en categoría chatarra. Esta decisión hizo ceder 1,3% las acciones en Wall Street. A US$ 23,27, el papel ha perdido poco más de 43% desde el 22 de noviembre de 2004.

El gesto ensayado el lunes por Richard Wagones, dejando a un lado la política de medidas graduales y a un mes de las fiestas, no parece impresionar a los mercados especulativos. En efecto, General Motors anunció que eliminará 30.000 empleos y cerrará una docena de plantas. Esto afecta a 25% de la fuerza laboral en la división norteamericana y responde al avance de Toyota en la región. Pero también da a entender que los problemas aceleran tiempos y apuran decisiones incómodas, impuesta por la situación.

Los recortes son los más amplios desde que, en diciembre de 1991, se eliminaron 21 fábricas y 74.000 puestos. Hace, pues, casi catorce años. Sólo que, por entonces, la razón determinante no era un competidor japonés.

Esta dosis de aceite de ricino alcanza instalaciones y dotaciones en Estados Unidos y Canadá. Su objeto consiste en reducciones de costos por US$ 7.000 millones durante 2006. Vale decir, mil millones sobre la proyección original difundida en octubre. La purga laboral es más pronunciada: pasa de 25.000 a 30.000 empleos. Ésos son los puntos acerca de los cuales las calificadores tienen dudas.

Pero falta un dato, clave para las agencias: los costos por despidos y otras formas de restructuración. Wagoner, un CEO bajo fuego, aún no aporta cifras concretas al respecto. En un plano general, éste será el mayor número de despidos desde los 37.000 dispuestos por Kmart en enero de 2003.

Por de pronto, Fitch Ratings no ve claro la estimación de ahorros por US$ 7.000 millones; de ahí que mantenga los bonos de deuda institucional en categoría chatarra. Esta decisión hizo ceder 1,3% las acciones en Wall Street. A US$ 23,27, el papel ha perdido poco más de 43% desde el 22 de noviembre de 2004.

El gesto ensayado el lunes por Richard Wagones, dejando a un lado la política de medidas graduales y a un mes de las fiestas, no parece impresionar a los mercados especulativos. En efecto, General Motors anunció que eliminará 30.000 empleos y cerrará una docena de plantas. Esto afecta a 25% de la fuerza laboral en la división norteamericana y responde al avance de Toyota en la región. Pero también da a entender que los problemas aceleran tiempos y apuran decisiones incómodas, impuesta por la situación.

Los recortes son los más amplios desde que, en diciembre de 1991, se eliminaron 21 fábricas y 74.000 puestos. Hace, pues, casi catorce años. Sólo que, por entonces, la razón determinante no era un competidor japonés.

Esta dosis de aceite de ricino alcanza instalaciones y dotaciones en Estados Unidos y Canadá. Su objeto consiste en reducciones de costos por US$ 7.000 millones durante 2006. Vale decir, mil millones sobre la proyección original difundida en octubre. La purga laboral es más pronunciada: pasa de 25.000 a 30.000 empleos. Ésos son los puntos acerca de los cuales las calificadores tienen dudas.

Pero falta un dato, clave para las agencias: los costos por despidos y otras formas de restructuración. Wagoner, un CEO bajo fuego, aún no aporta cifras concretas al respecto. En un plano general, éste será el mayor número de despidos desde los 37.000 dispuestos por Kmart en enero de 2003.

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