Fusión de petroleras estadounidenses

Chevron y Texaco votaran hoy, domingo, un acuerdo de fusión. Según analistas, la operación beneficiará a la primera, debido al bajo precio al que realizará la compra de acciones.

16 octubre, 2000

(EFE).- Las direcciones de las compañías petroleras estadounidenses Chevron y Texaco tienen previsto votar hoy (domingo 15) la fusión de ambas empresas, en una operación que se calcula en los US$ 35.000 millones y que daría lugar a la cuarta firma mundial del sector.

Fuentes de la prensa local especializada señalaron que la fusión se haría mediante la adquisición de Texaco, segunda compañía petrolera de Estados Unidos, por parte de Chevron, la tercera empresa de la industria petrolera en el país.

No obstante, el anuncio de la fusión podría retrasarse hasta mañana, lunes, según las fuentes consultadas por los diarios y cadenas de televisión.

Según los términos de la unión, Chevron, cuyos títulos cerraron el viernes en la Bolsa de Nueva York en US$ 84,25, ofrecería 0,77 de sus acciones por cada título de Texaco.

Eso supone valorar en US$ 64,87 cada acción de Texaco, un precio muy por encima del que tenía al cierre de Wall Street el pasado viernes, que era de US$ 55,12, para un total de títulos calculado en 545 millones.

La noticia es más que probable que cause el malestar de los consumidores y de los políticos estadounidenses, ya que la fusión se produce en un momento en el que los precios del crudo están muy elevados y coincide con la celebración de la campaña a la Presidencia del país.

De hecho, las dos compañías están en negociaciones acerca de lo que harán con sus alianzas estratégicas con otras firmas del sector petrolero para no encontrar objeciones de los organismos reguladores del sector que pueden bloquear la operación si no cumple las normas antimonopolio.

Sin embargo, la alianza de ambas empresas era esperada en el sector como una forma de responder a las fusiones llevadas a cabo en su día por las grandes firmas Exxon Mobil y BP Amoco.

Ambas compañías negociaron hace un año otro acuerdo de fusión, que no se logró al pedir Texaco el pago de US$ 80 por cada acción mientras que Chevron ofrecía 70.

Por ello, los expertos bursátiles consideran que un acuerdo en los nuevos términos tiene unas grandes ventajas para Chevron por el bajo precio al que realizará la compra.

Ambas firmas ya tenían una alianza estratégica en la refinería conjunta Caltex que poseían en Asia.

Cada una de ellas tiene plataformas de explotación y exploración en Africa Occidental, los países que formaban la antigua Unión Soviética y América latina.

El nuevo gigante contará con unos ingresos de US$ 66.500 millones, según cifras de 1999, y controlará unas reservas de gas y petróleo de unos 11.300 millones de barriles, ligeramente por debajo de las de BP Amoco, pero menos de la mitad de las que tiene Exxon Mobil, de acuerdo con los analistas.

Entre las dos empresas emplean en este momento a 55.000 trabajadores y personal técnico en todo el mundo, aunque los analistas creen que tras la fusión habrá un gran recorte de empleos.

Chevron, la antigua Standard Oil Company, con base en San Francisco, en el Estado de California, y Texaco, con base en White Plains, en el de Nueva York, calculan que la operación les permitirá ahorrar US$ 1.000 millones en costes.

Otra de las ventajas que ofrece la fusión para las empresas es la de poder invertir en la explotación de plataformas en aguas profundas del Golfo de México, la costa occidental de Africa y Kazastán, que requieren de complejas y costosas infraestructuras.

Al parecer, ayer las direcciones de ambas compañías no habían negociado un mecanismo de protección de la fusión para asegurarla frente a la volatilidad del mercado.

(EFE).- Las direcciones de las compañías petroleras estadounidenses Chevron y Texaco tienen previsto votar hoy (domingo 15) la fusión de ambas empresas, en una operación que se calcula en los US$ 35.000 millones y que daría lugar a la cuarta firma mundial del sector.

Fuentes de la prensa local especializada señalaron que la fusión se haría mediante la adquisición de Texaco, segunda compañía petrolera de Estados Unidos, por parte de Chevron, la tercera empresa de la industria petrolera en el país.

No obstante, el anuncio de la fusión podría retrasarse hasta mañana, lunes, según las fuentes consultadas por los diarios y cadenas de televisión.

Según los términos de la unión, Chevron, cuyos títulos cerraron el viernes en la Bolsa de Nueva York en US$ 84,25, ofrecería 0,77 de sus acciones por cada título de Texaco.

Eso supone valorar en US$ 64,87 cada acción de Texaco, un precio muy por encima del que tenía al cierre de Wall Street el pasado viernes, que era de US$ 55,12, para un total de títulos calculado en 545 millones.

La noticia es más que probable que cause el malestar de los consumidores y de los políticos estadounidenses, ya que la fusión se produce en un momento en el que los precios del crudo están muy elevados y coincide con la celebración de la campaña a la Presidencia del país.

De hecho, las dos compañías están en negociaciones acerca de lo que harán con sus alianzas estratégicas con otras firmas del sector petrolero para no encontrar objeciones de los organismos reguladores del sector que pueden bloquear la operación si no cumple las normas antimonopolio.

Sin embargo, la alianza de ambas empresas era esperada en el sector como una forma de responder a las fusiones llevadas a cabo en su día por las grandes firmas Exxon Mobil y BP Amoco.

Ambas compañías negociaron hace un año otro acuerdo de fusión, que no se logró al pedir Texaco el pago de US$ 80 por cada acción mientras que Chevron ofrecía 70.

Por ello, los expertos bursátiles consideran que un acuerdo en los nuevos términos tiene unas grandes ventajas para Chevron por el bajo precio al que realizará la compra.

Ambas firmas ya tenían una alianza estratégica en la refinería conjunta Caltex que poseían en Asia.

Cada una de ellas tiene plataformas de explotación y exploración en Africa Occidental, los países que formaban la antigua Unión Soviética y América latina.

El nuevo gigante contará con unos ingresos de US$ 66.500 millones, según cifras de 1999, y controlará unas reservas de gas y petróleo de unos 11.300 millones de barriles, ligeramente por debajo de las de BP Amoco, pero menos de la mitad de las que tiene Exxon Mobil, de acuerdo con los analistas.

Entre las dos empresas emplean en este momento a 55.000 trabajadores y personal técnico en todo el mundo, aunque los analistas creen que tras la fusión habrá un gran recorte de empleos.

Chevron, la antigua Standard Oil Company, con base en San Francisco, en el Estado de California, y Texaco, con base en White Plains, en el de Nueva York, calculan que la operación les permitirá ahorrar US$ 1.000 millones en costes.

Otra de las ventajas que ofrece la fusión para las empresas es la de poder invertir en la explotación de plataformas en aguas profundas del Golfo de México, la costa occidental de Africa y Kazastán, que requieren de complejas y costosas infraestructuras.

Al parecer, ayer las direcciones de ambas compañías no habían negociado un mecanismo de protección de la fusión para asegurarla frente a la volatilidad del mercado.

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