Frustró Italia un proyecto gasífero que financiaba la Mafia

Cuando la policía detuvo al jefe mafioso Bernardo Provenzano en Sicilia, abril, llevaba una Biblia y mil euros. Pero, en el refugio cerca de Corleone –su aldea natal- también había pruebas de negocios globables, entre ellos uno con gas.

22 noviembre, 2006

La historia es compleja. Provenzano controlaba un gasoducto siciliano que un testaferro de la Mafia vendió por € 116 millones a la firma española Gas Natural SDG, en 2004. Así consta en deposiciones de personas implicadas y cartas halladas en el escondrijo de don Bernardo.

Más tarde, otros testaferros emplearon el producido de la venta para financiar una compañía que trató de comprarle fluido a Kadzajstán para revendérselo a British Gas (BG Group), tercera empresa británica de hidrocarburos. Esa transacción hubiese apelado a ductos propiedad de Gazprom, la mayor firma mundial en su tipo, según documentos judiciales, entrevistas –efectuadas por la agencia Bloomberg’s- y copia autenticada de una garantia bancaria londinense sobre la operación.

La frustrada venta a BG ascendía a mil millones de metros cúbicos y al equivalente de US$ 146 millones (unos € 114 millones), según quien había armado la triangulación. Pero esto es sólo parte del mayor caso de lavado de dinero en manos de los tribunales de Palermo. La firma siciliana intermediaria planeaba colocar 6.000.000 de m3 anuales de gas, alrededor de US$ 876 millones o € 684 millones. La reciente alianza Gazprom-ENI no involucra volúmenes mucho mayores.

Este vasto negocio, destapado por investigadores italianos –los ingleses no sabían nada-, subraya los cambios sufridos por la Mafia siciliana en el tiempo. En verdad, la Cosa nostra ha dominado la economía insular desde su ascenso a mediados del siglo XIX, bajo el manto de luchas políticas. Varias olas de emigrantes italianos la llevaron a ambas Américas. En el norte, la prohibición de alcohol la convirtió en una maquinaria prospera, papel que las drogas desempeñarán desde los años sesenta (algo demostrado brillantemente por el difunto Milton Friedman, no en vano hombre de Chicago).

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No obstante, recién hace algunos años la Mafia y sus rivales de Calabria (‘ndranghetta) o Nápoles (Camorra) han entrado en contacto con agentes capaces de encarar transacciones legítimas con dinero sucio, generalmente vía Suiza u otros paraísos bancarios. El “negocio kadzajo” es un ejemplo típico, pues implicaba empresas europeas grandes y uno de los insumos básicos más buscados en el mundo actual. “Estos nuevos mafiosos tratan de crear negocios lícitos para pasar inadvertidos”, explica a Bloomberg’s Pietro Grasso, máximo experto italiano en materia de Mafia y organizaciones similares. Fue fiscal en Palermo, donde le llevó siete años ubicar a Provenzano.

“Es cada vez más común que, cuando incautamos activos de algún jerarca mafioso, 40% se componga de operaciones lícitas”, señala el funcionario. A medida como crecía su complejidad económica, ‘ndrangheta, Cosa nostra y Camorra fueron acudiendo a aliados externos. Eran o son políticos u hombres de negocios sin antecedentes penales, a menudo ni siquiera miembros de esas sociedades. Ningún jerarca se ha apoyado más que Provenzano en “consiglieri laici”,

El favorito de don Bernardo era otro nativo de Corleone, Vito Ciancimino, primer político sentenciado por cooperar con la Cosa nostra, en 1993. Afiliado a la democracia cristiana (como Giulio Andreotti y otros proceros), que gobernó Italia durante 47 años –sin caracterizarse por luchar contra las mafias-, Ciancimino llegó a ser intedente de Palermo, en 1970.

La historia es compleja. Provenzano controlaba un gasoducto siciliano que un testaferro de la Mafia vendió por € 116 millones a la firma española Gas Natural SDG, en 2004. Así consta en deposiciones de personas implicadas y cartas halladas en el escondrijo de don Bernardo.

Más tarde, otros testaferros emplearon el producido de la venta para financiar una compañía que trató de comprarle fluido a Kadzajstán para revendérselo a British Gas (BG Group), tercera empresa británica de hidrocarburos. Esa transacción hubiese apelado a ductos propiedad de Gazprom, la mayor firma mundial en su tipo, según documentos judiciales, entrevistas –efectuadas por la agencia Bloomberg’s- y copia autenticada de una garantia bancaria londinense sobre la operación.

La frustrada venta a BG ascendía a mil millones de metros cúbicos y al equivalente de US$ 146 millones (unos € 114 millones), según quien había armado la triangulación. Pero esto es sólo parte del mayor caso de lavado de dinero en manos de los tribunales de Palermo. La firma siciliana intermediaria planeaba colocar 6.000.000 de m3 anuales de gas, alrededor de US$ 876 millones o € 684 millones. La reciente alianza Gazprom-ENI no involucra volúmenes mucho mayores.

Este vasto negocio, destapado por investigadores italianos –los ingleses no sabían nada-, subraya los cambios sufridos por la Mafia siciliana en el tiempo. En verdad, la Cosa nostra ha dominado la economía insular desde su ascenso a mediados del siglo XIX, bajo el manto de luchas políticas. Varias olas de emigrantes italianos la llevaron a ambas Américas. En el norte, la prohibición de alcohol la convirtió en una maquinaria prospera, papel que las drogas desempeñarán desde los años sesenta (algo demostrado brillantemente por el difunto Milton Friedman, no en vano hombre de Chicago).

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No obstante, recién hace algunos años la Mafia y sus rivales de Calabria (‘ndranghetta) o Nápoles (Camorra) han entrado en contacto con agentes capaces de encarar transacciones legítimas con dinero sucio, generalmente vía Suiza u otros paraísos bancarios. El “negocio kadzajo” es un ejemplo típico, pues implicaba empresas europeas grandes y uno de los insumos básicos más buscados en el mundo actual. “Estos nuevos mafiosos tratan de crear negocios lícitos para pasar inadvertidos”, explica a Bloomberg’s Pietro Grasso, máximo experto italiano en materia de Mafia y organizaciones similares. Fue fiscal en Palermo, donde le llevó siete años ubicar a Provenzano.

“Es cada vez más común que, cuando incautamos activos de algún jerarca mafioso, 40% se componga de operaciones lícitas”, señala el funcionario. A medida como crecía su complejidad económica, ‘ndrangheta, Cosa nostra y Camorra fueron acudiendo a aliados externos. Eran o son políticos u hombres de negocios sin antecedentes penales, a menudo ni siquiera miembros de esas sociedades. Ningún jerarca se ha apoyado más que Provenzano en “consiglieri laici”,

El favorito de don Bernardo era otro nativo de Corleone, Vito Ciancimino, primer político sentenciado por cooperar con la Cosa nostra, en 1993. Afiliado a la democracia cristiana (como Giulio Andreotti y otros proceros), que gobernó Italia durante 47 años –sin caracterizarse por luchar contra las mafias-, Ciancimino llegó a ser intedente de Palermo, en 1970.

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