Ford planea vender Aston Martin, una marca de lujo

La firma dirigida por William Clay Ford proyecta desprenderse de una subsidiaria británica, Aston Martin. Fue uno de los coches deportivos emblemáticos de Sean O’Connery –007- y Roger Moore (el Santo).

3 septiembre, 2006

Al margen de nostalgias, es otro intento de Ford Motor para achicarse y perder menos plata. A juicio de la compañías, vender parte o toda esa división es una alternativa bastante lógica. En efecto, sus línea de fábrica y su red de concesionarios no tienen casi nexos con los negocios centrales de la empresa.

Este punto fue admitido por Clay, presidente ejecutivo y biznieto del fundador por línea materna. El Aston Martin cuesta al público un promedio de US$ 110.000, pero su venta le representa a Ford menos de 1% del total mundial.

Mientras tanto, la conducción de la compañía todavía no resuelve qué hacer con otras marcas europeas de alto precio. Dos de ellas, Jaguar y Land Rover, son objeto de negociaciones con Jacques Nasser, antecesor de Clay despedido en 2003 por disidencias con el clan Ford. Ahora, Nasser encabeza un consorcio con One Equity Partners, Carlyle Group y JP Morgan Chase.

La firma compró la mayoría del paquete Aston Martin en 1987 y el resto en 1994. Eventualmente, esta marca, Volvo, Lincoln y otras pasaron a integrar la división Premier, creada por Nasser. En 2005, la unida tuvo pérdias britas por US$ 100 millones, por culpa de Jaguar y Lincoln.

Al margen de nostalgias, es otro intento de Ford Motor para achicarse y perder menos plata. A juicio de la compañías, vender parte o toda esa división es una alternativa bastante lógica. En efecto, sus línea de fábrica y su red de concesionarios no tienen casi nexos con los negocios centrales de la empresa.

Este punto fue admitido por Clay, presidente ejecutivo y biznieto del fundador por línea materna. El Aston Martin cuesta al público un promedio de US$ 110.000, pero su venta le representa a Ford menos de 1% del total mundial.

Mientras tanto, la conducción de la compañía todavía no resuelve qué hacer con otras marcas europeas de alto precio. Dos de ellas, Jaguar y Land Rover, son objeto de negociaciones con Jacques Nasser, antecesor de Clay despedido en 2003 por disidencias con el clan Ford. Ahora, Nasser encabeza un consorcio con One Equity Partners, Carlyle Group y JP Morgan Chase.

La firma compró la mayoría del paquete Aston Martin en 1987 y el resto en 1994. Eventualmente, esta marca, Volvo, Lincoln y otras pasaron a integrar la división Premier, creada por Nasser. En 2005, la unida tuvo pérdias britas por US$ 100 millones, por culpa de Jaguar y Lincoln.

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