Finalmente, Volkswagen despide al adalid de las reformas

Tras meses de intrigas, idas y vueltas, el “equipo Porsche-Audi” se sacó de encima a Wolfgang Bernhardt. Dos años antes, este “duro” había sido traído de Mercedes-Benz para reorganizar Volkswagen. El sueño ha terminado.

13 enero, 2007

Los nuevos cambios en la cúpula de la mayor automotriz europea le añaden poder al flamante presidente, Martin Winterkorn. Ex Audi, es un incondicional de Ferdinand Piëch (Porsche). Ahora, accionistas inversores y mercados se preguntan cuál será el plan de negocios y si la firma continuará recortando costos, como era el compromiso de Bernd Pischetsrieder y Bernhardt. Muchos son pesimistas al respecto.

“Por mutuo acuerdo”, Bernhardt abandonará el cargo a fin de este mismo mes. En realidad, hace semanas que no lo ejerce. Con exactitud. desde la renuncia de Pischetsrieder, en noviembre. Por su parte, la partida del entonces presidente ejecutivo (confirmado hasta 2012 por la junta supervisora, tiempo antes) fue ocasionada por serias divergencias con Piëch, presidente del directorio y factótum de Porsche. Nieto del epónimo (diseñó el “escabajo” en 1934, a pedido de Adolf Hitler), Ferdinand tiene inclinaciones autoritarias de viejo estilo.

Si bien su actuación en Audi fue positiva, el silencio de Winterkorn sobre el futuro de Volskwagen preocupa en Alemania. Esto se deba a que el nuevo presidente y su mentor no les tienen simpatía a los “aburridos” diseños de Volkswagen, una marca de lejos mucho más vendedora que Audi (semilujo) o Porsche (lujo),

Otro indicio inquietante es que Winterkorn ha hablado de “nuevas sinergias” entre ambas marcas, Volkswagen y Audi (Porsche no pertenece al grupo, pero Volkswagen es accionista principal). Por otro lado, está reorganizando tres marcas de lujo extremo, Bentley, Bugatti y Lamborghini. En la punta “popular”, el grupo controla la tambaleante española Seat y la sólida checa Škoda.

Esta misma semana, Wendelin Wiedeking, director ejecutivo de Porsche, vocero informal de Piëch y miembro de junta en Volkswagen, fue bastante más claro. Aludiendo al cambio de cúpula, señaló que “se impulsarán modificaciones relevantes”. Los antecedentes de Winterkorn no son muy brillantes, salvo en Audi. Por ejemplo, tuvo papel importante en proyectos que terminaron mal, sobre todo el del sedán VW Phaëton, destinado en 2004 a EE.UU., que costaba US$ 68.000 y debió retirarse en 2005 por la escasa venta.

A Winterkorn lo aguarda una tarea compleja. Para empezar, sacar del déficit a las operaciones norteamericanas, recomponer su presencia en China (otrora dominante) y competir con rivales tan flexibles como Peugeot, Toyota Motor o Nissan-Renault.

Los nuevos cambios en la cúpula de la mayor automotriz europea le añaden poder al flamante presidente, Martin Winterkorn. Ex Audi, es un incondicional de Ferdinand Piëch (Porsche). Ahora, accionistas inversores y mercados se preguntan cuál será el plan de negocios y si la firma continuará recortando costos, como era el compromiso de Bernd Pischetsrieder y Bernhardt. Muchos son pesimistas al respecto.

“Por mutuo acuerdo”, Bernhardt abandonará el cargo a fin de este mismo mes. En realidad, hace semanas que no lo ejerce. Con exactitud. desde la renuncia de Pischetsrieder, en noviembre. Por su parte, la partida del entonces presidente ejecutivo (confirmado hasta 2012 por la junta supervisora, tiempo antes) fue ocasionada por serias divergencias con Piëch, presidente del directorio y factótum de Porsche. Nieto del epónimo (diseñó el “escabajo” en 1934, a pedido de Adolf Hitler), Ferdinand tiene inclinaciones autoritarias de viejo estilo.

Si bien su actuación en Audi fue positiva, el silencio de Winterkorn sobre el futuro de Volskwagen preocupa en Alemania. Esto se deba a que el nuevo presidente y su mentor no les tienen simpatía a los “aburridos” diseños de Volkswagen, una marca de lejos mucho más vendedora que Audi (semilujo) o Porsche (lujo),

Otro indicio inquietante es que Winterkorn ha hablado de “nuevas sinergias” entre ambas marcas, Volkswagen y Audi (Porsche no pertenece al grupo, pero Volkswagen es accionista principal). Por otro lado, está reorganizando tres marcas de lujo extremo, Bentley, Bugatti y Lamborghini. En la punta “popular”, el grupo controla la tambaleante española Seat y la sólida checa Škoda.

Esta misma semana, Wendelin Wiedeking, director ejecutivo de Porsche, vocero informal de Piëch y miembro de junta en Volkswagen, fue bastante más claro. Aludiendo al cambio de cúpula, señaló que “se impulsarán modificaciones relevantes”. Los antecedentes de Winterkorn no son muy brillantes, salvo en Audi. Por ejemplo, tuvo papel importante en proyectos que terminaron mal, sobre todo el del sedán VW Phaëton, destinado en 2004 a EE.UU., que costaba US$ 68.000 y debió retirarse en 2005 por la escasa venta.

A Winterkorn lo aguarda una tarea compleja. Para empezar, sacar del déficit a las operaciones norteamericanas, recomponer su presencia en China (otrora dominante) y competir con rivales tan flexibles como Peugeot, Toyota Motor o Nissan-Renault.

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