Finalmente, MCI opta por Verizon en nombre de sus clientes

Verizon Communications elevó a unos US$ 8.500 millones la oferta por Mobile Communications International. De inmediato, la junta la aceptó, aunque siguiese lejos de los 9.600 millones propuestos por Qwest Communications International.

2 mayo, 2005

Ahora queda claro –si Qwest no sale con una oferta más loca que la anterior- que el juego de Michael Capellas (MCI) consistía en sacarle a Verizon la mayor suma posible. La explicación de la eventual adquisida tiene su lógica: arguye los intereses de la clientela y la solidez de Verizon en relación con los problemas financieros de Qwest.

En plata, Verizon ofrece US$ 26 por acción de MCI, de los cuales 5,60 en efectivo y el resto en papeles de la compradora a la par. El paquete sigue siendo inferior a los US$ 30 de Qwest (también efectivo y canje). Pero la disyuntiva era entre incorporarse a una compañía financieramente sana o a una que adeuda todavía US$ 8.000 millones de su propia convocatoria. En cuanto a Verizon, estaba dispuesta a aumentar su oferta previa (US$ 7.600 millones), aunque no al nivel de Qwest, si MCI admitía públicamente que algunos de los principales clientes se oponían a Qwest. Eso es lo que ocurrió entre el jueves 28 y el domingo 1 de mayo.

A su vez, la junta directiva afirma haber considerado algunos factores. Entre ellos: el nuevo marco de competencia en telecomunicaciones, las mejores posibilidades de una unión Verizon-MCI (ex WorldCom), la creciente necesidad de economías de escala y, claro, los compromisos financieros de Qwest. Con la deuda señalada ¿de dónde sacaría la parte en efectivo de su oferta?

Entretanto, los grandes clientes hacían su juego. Desde marzo y a medida como se acercaba el vencimiento de contratos con MCI, exigían la opción de dar por extintas las renovaciones si la firma se vendía a Qwest. Esto fue decisivo y pudo más que el grupo de accionistas que, tentados por aquellos US$ 9.600 millones, querían vender a Qwest obetner el mayor rédicto posible (pero Qwest pensaba abonar la parte en efectivo en cómodas cuotas).

Por su parte, la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores) investiga presuntas manioobras con acciones por parte de Qwest mientras se libraba la batalla. En particular, especulaciones a fines de marzo, cuando la cotización de Qwest quedaba por debajo del nivel a partir del cual los accionistas de MCI recibirían compensaciones por ese declive (según una cláusula de la oferta hecha por Qwest tiempo antes). Al precer, las maniobran involucraron a los mismos grandesaccionistas que buscaban vender a toda costa. Al margen de todo eso, queda por verse cuál será el destino de Qwest. Sola, no resistirá mucho y hasta es posible que Verizon se quede con ella a precio de remate (o sea, por la deuda).

Ahora queda claro –si Qwest no sale con una oferta más loca que la anterior- que el juego de Michael Capellas (MCI) consistía en sacarle a Verizon la mayor suma posible. La explicación de la eventual adquisida tiene su lógica: arguye los intereses de la clientela y la solidez de Verizon en relación con los problemas financieros de Qwest.

En plata, Verizon ofrece US$ 26 por acción de MCI, de los cuales 5,60 en efectivo y el resto en papeles de la compradora a la par. El paquete sigue siendo inferior a los US$ 30 de Qwest (también efectivo y canje). Pero la disyuntiva era entre incorporarse a una compañía financieramente sana o a una que adeuda todavía US$ 8.000 millones de su propia convocatoria. En cuanto a Verizon, estaba dispuesta a aumentar su oferta previa (US$ 7.600 millones), aunque no al nivel de Qwest, si MCI admitía públicamente que algunos de los principales clientes se oponían a Qwest. Eso es lo que ocurrió entre el jueves 28 y el domingo 1 de mayo.

A su vez, la junta directiva afirma haber considerado algunos factores. Entre ellos: el nuevo marco de competencia en telecomunicaciones, las mejores posibilidades de una unión Verizon-MCI (ex WorldCom), la creciente necesidad de economías de escala y, claro, los compromisos financieros de Qwest. Con la deuda señalada ¿de dónde sacaría la parte en efectivo de su oferta?

Entretanto, los grandes clientes hacían su juego. Desde marzo y a medida como se acercaba el vencimiento de contratos con MCI, exigían la opción de dar por extintas las renovaciones si la firma se vendía a Qwest. Esto fue decisivo y pudo más que el grupo de accionistas que, tentados por aquellos US$ 9.600 millones, querían vender a Qwest obetner el mayor rédicto posible (pero Qwest pensaba abonar la parte en efectivo en cómodas cuotas).

Por su parte, la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores) investiga presuntas manioobras con acciones por parte de Qwest mientras se libraba la batalla. En particular, especulaciones a fines de marzo, cuando la cotización de Qwest quedaba por debajo del nivel a partir del cual los accionistas de MCI recibirían compensaciones por ese declive (según una cláusula de la oferta hecha por Qwest tiempo antes). Al precer, las maniobran involucraron a los mismos grandesaccionistas que buscaban vender a toda costa. Al margen de todo eso, queda por verse cuál será el destino de Qwest. Sola, no resistirá mucho y hasta es posible que Verizon se quede con ella a precio de remate (o sea, por la deuda).

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