Fiat: nueva alianza en China, desembarco en Sudamérica

Estaba cantado: el grupo firmó acuerdo con la empresa china Chery para fabricar 175.000 vehículos anuales y desiste de un fallido emprendimiento conjunto en Nanjing. En el sur, habrá un eje Brasil-Argentina.

8 agosto, 2007

Sergio Marchionne, director ejecutivo, y Yin Tong-yao (su colega local) incluyeron en el convenio 100.000 motores. Hasta ahora, Nanjing producía apenas 30.000 coches al año. Este acuerdo lleva todas las operaciones a Wuhu, sede de Chery (chinos, italianos y anglosajones lo pronuncian igual que “cherry”, guinda).

Pero hay otro as en la manga de Fiat: desde 2009, los coches Alfa Romeo se venderán en el gigante oriental. Entre ahora y ese momento, es posible que los italianos presenten en Beijing el “Punto” grande. En un plano muy distinto, Unicredito-Capitalia –el mayor banco de la península- desmintió en Milán rumores de que vendería el 0,93% que retiene en el paquete Fiat.

En lo atinente a las operaciones sudamericanas, el Lingote opera a pleno las instalaciones en Betim, Brasil, y planea un relanzamiento simbólico en Buenos Aires. En efecto, hace casi cincuenta años Argentina era la niña mimada del grupo y su caballito de batalla fue el 600, que sigue viéndose en las calles.

Su original italiano era el 500 que, hoy, se reencarna en un coche de similar cilindraje. Pero no parece haber planes para fabricarlo en el río de la Plata. A menos que Marchionne dé una sorpresa y quiebre el tabú sobre autos económicos que impera en Argentina y Uruguay desde hace mucho tiempo.

El director ejecutivo de Fiat visitará esta región y, se sabe, trae planes. Uno consiste en que la planta de Córdoba, finalmente, trabaje a plena capacidad. No obstante, la clave parece ser una camioneta Tata. El “Punto” se reserva a Brasil, donde Fiat tiene 25% del mercado y sufre un solo inconveniente relevantes: la sobrepreciación del real, o sea un dólar escandalosamente barato.

Sergio Marchionne, director ejecutivo, y Yin Tong-yao (su colega local) incluyeron en el convenio 100.000 motores. Hasta ahora, Nanjing producía apenas 30.000 coches al año. Este acuerdo lleva todas las operaciones a Wuhu, sede de Chery (chinos, italianos y anglosajones lo pronuncian igual que “cherry”, guinda).

Pero hay otro as en la manga de Fiat: desde 2009, los coches Alfa Romeo se venderán en el gigante oriental. Entre ahora y ese momento, es posible que los italianos presenten en Beijing el “Punto” grande. En un plano muy distinto, Unicredito-Capitalia –el mayor banco de la península- desmintió en Milán rumores de que vendería el 0,93% que retiene en el paquete Fiat.

En lo atinente a las operaciones sudamericanas, el Lingote opera a pleno las instalaciones en Betim, Brasil, y planea un relanzamiento simbólico en Buenos Aires. En efecto, hace casi cincuenta años Argentina era la niña mimada del grupo y su caballito de batalla fue el 600, que sigue viéndose en las calles.

Su original italiano era el 500 que, hoy, se reencarna en un coche de similar cilindraje. Pero no parece haber planes para fabricarlo en el río de la Plata. A menos que Marchionne dé una sorpresa y quiebre el tabú sobre autos económicos que impera en Argentina y Uruguay desde hace mucho tiempo.

El director ejecutivo de Fiat visitará esta región y, se sabe, trae planes. Uno consiste en que la planta de Córdoba, finalmente, trabaje a plena capacidad. No obstante, la clave parece ser una camioneta Tata. El “Punto” se reserva a Brasil, donde Fiat tiene 25% del mercado y sufre un solo inconveniente relevantes: la sobrepreciación del real, o sea un dólar escandalosamente barato.

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