Espectacular vuelta de Fiat a Rusia, aliada con Syévyerstal

Desde septiembre vende cuatro modelos, aspirando a 5% del mercado, vía cincuenta concesionarias, hacia fines de 2007. Más tarde, comenzará a fabricar vehículos comerciales livianos y algún coche, hasta alcanzar 36.000 unidades.

30 agosto, 2006

Al cabo de varios intentos frustrados, Fabbrica Italiana d’Automobili Torino (o sea, Fiat) se asocia a la siderúrgica Syévyerstal para desembarcar nuevamente en el mercado ruso. En tiempos de la Unión Soviética, los italianos eran importantes en esa plaza, donde impusieron desde 1970 el coche para público masivo.

Al principio, importarán Punto, Panda, Croma y Doblò. De ahora a fin de 2007, irán abriendo cincuenta concesionarias, desde Petersburgo y Moscú hasta Yekatyeríñenburg y Krásnoyarsk. El primer objeto del programa es llegar a 36.000 unidades, o sea 5% de la demanda local.

La historia está de parte de Fiat, sin duda. Hace más de 35 años, se firmó un acuerdo para instalar una fábrica en Stávropol, de inmediato rebautizada “Tolyáttigrad”, homenaje a Palmiro Togiatti, entonces líder del poderoso partido Comunista italiano. En esas instalaciones se montaba una Fiat 124 bajo la marca “Dyiguli”, versión adaptada al terrible invierno y los caminos rusos. Continuó produciéndose hasta hace poco y sumó 23 millones de unidades.

Hoy el panorama ha cambiado radicalmente. Compite en ese vasto país una larga lista de marcas europeas, norteamericanas, japoneses y surcoreanas. La venta de vehículos importados alcanzó en 2005 a casi 50.000 unidades. Por otra parte, han surgido emprendedores rusos, provenientes de la siderometalurgia y la industria pesada.

Entra en ese punto Alyexyéi Mordáshov, magnate del acero (su fortuna se calcula en US$ 8.500 millones) a quien se sindica como operador por cuenta del presidente Vladyímir Putin. Esto se notó cuando, meses atrás, de pronto trató de bloquear la compra de Arcelor por parte de Mittal Steel. Ahora, Mordáshov ha subscripto un acuerdo con Sergio Marchionne, administrador delegado –o sea, presidente ejecutivo- de Fiat.

De hecho, Syévyerstal pasa a ser brazo operativo del holding italiano, una relación similar a la encarada ya con una empresa china. En la fase siguiente, los rusos fabricarán la Doblò, el Albea (un sedán cuatro puertas) y la camioneta Ducato. En el fondo y según decía Luca Cordero Montezemolo (presidente del directorio e ideólogo de la nueva etapa internacional), la intención es clara: que Fiat vuelva a ser sinónimo de auto en Rusia.

Al cabo de varios intentos frustrados, Fabbrica Italiana d’Automobili Torino (o sea, Fiat) se asocia a la siderúrgica Syévyerstal para desembarcar nuevamente en el mercado ruso. En tiempos de la Unión Soviética, los italianos eran importantes en esa plaza, donde impusieron desde 1970 el coche para público masivo.

Al principio, importarán Punto, Panda, Croma y Doblò. De ahora a fin de 2007, irán abriendo cincuenta concesionarias, desde Petersburgo y Moscú hasta Yekatyeríñenburg y Krásnoyarsk. El primer objeto del programa es llegar a 36.000 unidades, o sea 5% de la demanda local.

La historia está de parte de Fiat, sin duda. Hace más de 35 años, se firmó un acuerdo para instalar una fábrica en Stávropol, de inmediato rebautizada “Tolyáttigrad”, homenaje a Palmiro Togiatti, entonces líder del poderoso partido Comunista italiano. En esas instalaciones se montaba una Fiat 124 bajo la marca “Dyiguli”, versión adaptada al terrible invierno y los caminos rusos. Continuó produciéndose hasta hace poco y sumó 23 millones de unidades.

Hoy el panorama ha cambiado radicalmente. Compite en ese vasto país una larga lista de marcas europeas, norteamericanas, japoneses y surcoreanas. La venta de vehículos importados alcanzó en 2005 a casi 50.000 unidades. Por otra parte, han surgido emprendedores rusos, provenientes de la siderometalurgia y la industria pesada.

Entra en ese punto Alyexyéi Mordáshov, magnate del acero (su fortuna se calcula en US$ 8.500 millones) a quien se sindica como operador por cuenta del presidente Vladyímir Putin. Esto se notó cuando, meses atrás, de pronto trató de bloquear la compra de Arcelor por parte de Mittal Steel. Ahora, Mordáshov ha subscripto un acuerdo con Sergio Marchionne, administrador delegado –o sea, presidente ejecutivo- de Fiat.

De hecho, Syévyerstal pasa a ser brazo operativo del holding italiano, una relación similar a la encarada ya con una empresa china. En la fase siguiente, los rusos fabricarán la Doblò, el Albea (un sedán cuatro puertas) y la camioneta Ducato. En el fondo y según decía Luca Cordero Montezemolo (presidente del directorio e ideólogo de la nueva etapa internacional), la intención es clara: que Fiat vuelva a ser sinónimo de auto en Rusia.

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