España, Cataluña y los servicios públicos

“Los servicios públicos españoles quizá deban, pronto, rendirle homenaje a Cataluña”. Así arranca la “columna de Lex”, un rincón del “Financial Times” tan bien escrita como informado y, a veces, con sesgo peculiar.

5 junio, 2004

El tema se ventila en los corrillos políticos y empresarios de la península y su rincón noreste. Detrás hay una historia, cifrada en la tradicional renuencia de Madrid a las fusiones en ese sector, en nombre de salvaguardar la competencia.

Pero el cambio de orientación política en el gobierno central corre el fiel de la balanza a Cataluña. En materia de servicios públicos, la región autónoma traza una “ménage à trois” entre Endesa –la compañía eléctrica-, Gas Natural y Aguas de Barcelona.

Las especulaciones al respecto arrecian y no carecen de sustento. El nuevo gobierno nacional, que precisa el apoyo de sus socios catalanes, ha dado a entender que llegaría a arreglo, siempre y cuando éstos no resientan la competencia.

Motivos de inquietud existen, pues la barcelonesa Gas Natural viene presionando desde hace tiempo para diversificarse y Endesa se manifiesta abierta a alianzas locales. El intermediario sería la Caixa, un banco catalán que tiene 32% de GN y 5% de la eléctrica. Ocurre que la entidad está replanteando su estrategia, basada en pequeñas participaciones en muchos paquetes.

No obstante, hay obstáculos regulatorios. Resulta difícil aventar las preocupaciones por la competencia que bloquearon intentos anteriores. Por ejemplo, la Comisión Nacional de Energía Eléctrica seguirá hasta 2005 controlada por funcionarios ligados al antiguo gobierno conservador. Por otra parte, accionistas e inversores –sostiene Lex- no ven mucha lógica en un nexo con Aguas y temen interferencias políticas en materia de tarifas. Sin contar con las inevitables liquidaciones mutuas de activos.

El tema se ventila en los corrillos políticos y empresarios de la península y su rincón noreste. Detrás hay una historia, cifrada en la tradicional renuencia de Madrid a las fusiones en ese sector, en nombre de salvaguardar la competencia.

Pero el cambio de orientación política en el gobierno central corre el fiel de la balanza a Cataluña. En materia de servicios públicos, la región autónoma traza una “ménage à trois” entre Endesa –la compañía eléctrica-, Gas Natural y Aguas de Barcelona.

Las especulaciones al respecto arrecian y no carecen de sustento. El nuevo gobierno nacional, que precisa el apoyo de sus socios catalanes, ha dado a entender que llegaría a arreglo, siempre y cuando éstos no resientan la competencia.

Motivos de inquietud existen, pues la barcelonesa Gas Natural viene presionando desde hace tiempo para diversificarse y Endesa se manifiesta abierta a alianzas locales. El intermediario sería la Caixa, un banco catalán que tiene 32% de GN y 5% de la eléctrica. Ocurre que la entidad está replanteando su estrategia, basada en pequeñas participaciones en muchos paquetes.

No obstante, hay obstáculos regulatorios. Resulta difícil aventar las preocupaciones por la competencia que bloquearon intentos anteriores. Por ejemplo, la Comisión Nacional de Energía Eléctrica seguirá hasta 2005 controlada por funcionarios ligados al antiguo gobierno conservador. Por otra parte, accionistas e inversores –sostiene Lex- no ven mucha lógica en un nexo con Aguas y temen interferencias políticas en materia de tarifas. Sin contar con las inevitables liquidaciones mutuas de activos.

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