Entre signos contradictorias, GM abre tratativas por Chrysler

Todavía sin recobrarse del todo tras pérdidas por US$ 10.600 millones sufridas en 2005, General Motors parece interesada en Chrysler Group. Pero había factores todavía poco claros, por lo menos hasta la noche del viernes.

16 febrero, 2007

Primero fue “Management”, una revista alemana. Luego, “Automotive news” amplió datos por Internet. Ambas fuentes invocaban fuentes en Alemania y Estados Unidos, respectivamente. Pero, en tanto Reuters habla de una compra lisa y llana, Bloomberg’s descarta el ala financiera de Chysler Group, pues GM ya se había desprendido de la suya en 2006.

Hay, empero, otro factor de confusión. Señalando que ambas firmas ya estaban discutiendo el diseño en común de cierto modelos, la agencia neoyorquina .citando informantes propios- habla de utilitarios deportivos. Precisamente la categoría que ha causado desastres en GM y Ford Motor (pérdidas por US$ 12.750 millones en 2006).

En medio de tantas especies, las acciones de DM recobraban 3,6% y las de GM; cedían 2,1%. Ahora bien ¿existe salidas para los problemas de Chrysler, si lo de GM no cristaliza?… Algunos han llegado, el viernes, a mencionar el “modelo Iacocca”, cuya claves era el subsidio federal concedido por James Carter en 1978. Pero, hoy, la industria no tiene el poder político de entonces, George W.Bush se licúa y, además, Chrysler ni siquiera es norteamericana.

Las insuficientes economías de escala, el retraso técnico y la iliquidez trazan un panorama parecido al de hace treinta años. En tanto, Daimler-Benz encara la venta de Chrsyler Group. El jueves, medios británicos hablaban de Toyota, que ha destronado del liderazgo mundial a GM. El viernes, ésta aparece al rescate.

En verdad, Lee Iacocca apeló a Carter para evitar la quiebra, pero el entonces mandatario era un demócrata, por ende proclive a esa clase de intervenciones, y el fisco no estaba agobiado por los actuales déficit. Cuando, meses atrás, el trío de Detroit se entrevistó con Bush sólo para descubrir (por si no lo sabía) que el presidente es republicano y de Tejas. O sea, sensible al “lobby” petrolero, pero no al automotor ni, en general, al industrial.

Además, Iacocca tenía lo que les falta a Zetsche y LaSorda: ideas. En aquella oportunidad, lanzó la exitosa línea K-car, junto con un audaz recorte de costos. Pero todo giraba en torno de subsidios federales; sin ellos, habría sido un fracaso, aunque no tan grande como los actuales “utilitarios deportivos” que nadie les compra a DaimlerChrysler, GM (Richard Wagoner) ni Ford Motor (Alan Mulally). Ero una de las versiones más fuertes del viernes pivoteaba justamente en esas lujosas camionetas todo terreno.

Por supuesto, la opción Iacocca tal vez cuajase en un congreso controlado por demócratas. Pero a éstos les basta y sobra, por ahora, su puja con Bush en torno de Irak y otras aventuras bélicas. Naturalmente, gente de United Auto Workers ha sugerido a contactos demócratas contemplar una solución estilo 1978.

En el extremo opuesto, Wall Street no veía mal una venta de Chrysler. Según apunta Ronald Tadross (Bank of America), “la empresa vale apenas US$ 5.000 millones. Es un bocado apetitoso, máxime recordando que Daimler pagó en 1998 una exorbitancia, 36.000 millones”. Aun así ¿quién se tentaría? Para Stefano Aversa (consultoría sectorial AlixPartners), “el candidato adecuado era Nissan-Renault. Su presidente, Carlos Ghosn, ha dicho varias veces que quiere aumentar capacidad instalada en Estados Unidos-Canadá”.

Otros imaginaban que Volkswagen tenía la gama perfecta para complementarse con Chrysler, pero es alemana y el fracaso de Daimler –que puede liquidar su cúpula- pesará mucho en términos psicológicos. Tampoco cabía descartar especuladores como One Equity Partners, fondo manejado por Jacob Nasser, ex CEO de Ford.

Primero fue “Management”, una revista alemana. Luego, “Automotive news” amplió datos por Internet. Ambas fuentes invocaban fuentes en Alemania y Estados Unidos, respectivamente. Pero, en tanto Reuters habla de una compra lisa y llana, Bloomberg’s descarta el ala financiera de Chysler Group, pues GM ya se había desprendido de la suya en 2006.

Hay, empero, otro factor de confusión. Señalando que ambas firmas ya estaban discutiendo el diseño en común de cierto modelos, la agencia neoyorquina .citando informantes propios- habla de utilitarios deportivos. Precisamente la categoría que ha causado desastres en GM y Ford Motor (pérdidas por US$ 12.750 millones en 2006).

En medio de tantas especies, las acciones de DM recobraban 3,6% y las de GM; cedían 2,1%. Ahora bien ¿existe salidas para los problemas de Chrysler, si lo de GM no cristaliza?… Algunos han llegado, el viernes, a mencionar el “modelo Iacocca”, cuya claves era el subsidio federal concedido por James Carter en 1978. Pero, hoy, la industria no tiene el poder político de entonces, George W.Bush se licúa y, además, Chrysler ni siquiera es norteamericana.

Las insuficientes economías de escala, el retraso técnico y la iliquidez trazan un panorama parecido al de hace treinta años. En tanto, Daimler-Benz encara la venta de Chrsyler Group. El jueves, medios británicos hablaban de Toyota, que ha destronado del liderazgo mundial a GM. El viernes, ésta aparece al rescate.

En verdad, Lee Iacocca apeló a Carter para evitar la quiebra, pero el entonces mandatario era un demócrata, por ende proclive a esa clase de intervenciones, y el fisco no estaba agobiado por los actuales déficit. Cuando, meses atrás, el trío de Detroit se entrevistó con Bush sólo para descubrir (por si no lo sabía) que el presidente es republicano y de Tejas. O sea, sensible al “lobby” petrolero, pero no al automotor ni, en general, al industrial.

Además, Iacocca tenía lo que les falta a Zetsche y LaSorda: ideas. En aquella oportunidad, lanzó la exitosa línea K-car, junto con un audaz recorte de costos. Pero todo giraba en torno de subsidios federales; sin ellos, habría sido un fracaso, aunque no tan grande como los actuales “utilitarios deportivos” que nadie les compra a DaimlerChrysler, GM (Richard Wagoner) ni Ford Motor (Alan Mulally). Ero una de las versiones más fuertes del viernes pivoteaba justamente en esas lujosas camionetas todo terreno.

Por supuesto, la opción Iacocca tal vez cuajase en un congreso controlado por demócratas. Pero a éstos les basta y sobra, por ahora, su puja con Bush en torno de Irak y otras aventuras bélicas. Naturalmente, gente de United Auto Workers ha sugerido a contactos demócratas contemplar una solución estilo 1978.

En el extremo opuesto, Wall Street no veía mal una venta de Chrysler. Según apunta Ronald Tadross (Bank of America), “la empresa vale apenas US$ 5.000 millones. Es un bocado apetitoso, máxime recordando que Daimler pagó en 1998 una exorbitancia, 36.000 millones”. Aun así ¿quién se tentaría? Para Stefano Aversa (consultoría sectorial AlixPartners), “el candidato adecuado era Nissan-Renault. Su presidente, Carlos Ghosn, ha dicho varias veces que quiere aumentar capacidad instalada en Estados Unidos-Canadá”.

Otros imaginaban que Volkswagen tenía la gama perfecta para complementarse con Chrysler, pero es alemana y el fracaso de Daimler –que puede liquidar su cúpula- pesará mucho en términos psicológicos. Tampoco cabía descartar especuladores como One Equity Partners, fondo manejado por Jacob Nasser, ex CEO de Ford.

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