Energía y combustibles: F&A en plena licuación

En energía e hidrocarburos, las fusiones y adquisiciones (F&A) alrededor del mundo han cedido más de 70%, tomando valor de activos. Así lo revela PricewaterhouseCoopers (PwC).

8 septiembre, 2003

Según investigaciones hechas por la consultora PwC para el “Financial Times”, durante el primer semestre de este año la capitalización bursátil total –es decir, la cotización de los paquetes objetos de F&A- se desplomó de US$ 53.700 (igual lapso de 2002) a 15.200 millones. Ello significa 71,7% de depreciación.

Parte del deterioro se debe a presiones políticas y regulatorias, reales o potenciales. El retroceso regional más amplio se da en Europa –incluyendo el este-, donde el valor de F&A se desplomó de US$ 42.500 a 5.200 millones. O sea, 87,8% entre las primeras mitades de 2002 y 2003.

El panorama no es claro por dos razones. Una, que la propia información mezcla paquetes directamente involucrados en F&A y activos totales. Segunda, que los montos de hace un año estaban inflados por la misma ola de F&A (similar situación se daba en telecomunicaciones y vanguardia tecnológica entre 2001 y 2002).

La brecha europea, por tanto, refleja una “manía de F&A” provocada por la liberalización y la privatización operadas en el sector desde 2000. Tal fue el grado de consolidación que, dentro y fuera de la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la UE, Bruselas), llegó a temerse que los antiguos monopolios o semimonopolios estatales se convirtieran en un “oligopolio privado paneuropeo de electricidad e hidrocarburos”.

En ese plano, la operación más controvertida fue cuando Eon –una de las compañías principales de Alemania-, tomó el control de Ruhrgas, máximo importador y distribuidor mayorista en la Unión Europea. Más tarde, una oferta hostil (US$ 17.000 millones) de Iberdola -segunda compañía eléctrica en España- por Gas Natural, primera en su segmento, fue rechazada por las autoridades del sector.

También pesaron en el mercado las pobres ventas de grupos energéticos estadounidenses que habían protagonizado –durante los 90- su propia y sobrevaluada “manía de F&A”. De ahí que, este año, la operación más importante (las norteamericanas Aquila y First Energy compraron la británica Midland) no pase de US$ 1.820 millones.

Según investigaciones hechas por la consultora PwC para el “Financial Times”, durante el primer semestre de este año la capitalización bursátil total –es decir, la cotización de los paquetes objetos de F&A- se desplomó de US$ 53.700 (igual lapso de 2002) a 15.200 millones. Ello significa 71,7% de depreciación.

Parte del deterioro se debe a presiones políticas y regulatorias, reales o potenciales. El retroceso regional más amplio se da en Europa –incluyendo el este-, donde el valor de F&A se desplomó de US$ 42.500 a 5.200 millones. O sea, 87,8% entre las primeras mitades de 2002 y 2003.

El panorama no es claro por dos razones. Una, que la propia información mezcla paquetes directamente involucrados en F&A y activos totales. Segunda, que los montos de hace un año estaban inflados por la misma ola de F&A (similar situación se daba en telecomunicaciones y vanguardia tecnológica entre 2001 y 2002).

La brecha europea, por tanto, refleja una “manía de F&A” provocada por la liberalización y la privatización operadas en el sector desde 2000. Tal fue el grado de consolidación que, dentro y fuera de la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la UE, Bruselas), llegó a temerse que los antiguos monopolios o semimonopolios estatales se convirtieran en un “oligopolio privado paneuropeo de electricidad e hidrocarburos”.

En ese plano, la operación más controvertida fue cuando Eon –una de las compañías principales de Alemania-, tomó el control de Ruhrgas, máximo importador y distribuidor mayorista en la Unión Europea. Más tarde, una oferta hostil (US$ 17.000 millones) de Iberdola -segunda compañía eléctrica en España- por Gas Natural, primera en su segmento, fue rechazada por las autoridades del sector.

También pesaron en el mercado las pobres ventas de grupos energéticos estadounidenses que habían protagonizado –durante los 90- su propia y sobrevaluada “manía de F&A”. De ahí que, este año, la operación más importante (las norteamericanas Aquila y First Energy compraron la británica Midland) no pase de US$ 1.820 millones.

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