EMI rechaza una oferta de Warner por US$ 4.100 millones
El británico EMI Group, tercera compañìa mundial de música grabada, no aceptó un intento de toma por parte de Warner Music Group. La calificó de demasiado baja. De todos modos, la propuesta no era vinculante.
La empresa norteamericana ofrecía 260 peniques por papel. En verdad, ello suponía una prima de 10,3% sobre el cierre del viernes 2. Por cierto, en julio ambas empresas desistieron de una compra cruzada –o sea, una fusión- por US$ 4.600 millones.
En ese momento, EMI y Warner temían que la transacción fuese bloqueada por la autoridad antimonopólica de Bruselas (la holandesa Neelie Kroes). Desde entonces, los ingresos de ambas compañías vienen cayendo, víctimas de la piratería. Aparte, Norah Jones, una estrella declinante (Robbie Williams) y una banda pasatista (“My chemical romance”) venden mal.
Una empresa combinada controlarìa 25% del mercado global, quedando por encima de Sony BMG y Vivendi-Universal (matrimonios, también). En diciempre, por otra parte, un fondo de capital privado (Permira Advisers), dedicado a compras apalancadas, fracasó en la toma de EMI, porque ofrecía poco.
El actual panorama sectorial es preocupante. El mercado norteamericano (Estados Unidos-Canadá) para compactos y DVD se ha contraído 20% en 2006 y sigue haciéndolo este año. Así admitió en febrero EMI, citando estadísticas de Nielsen SoundScan. Esto no encaja con el rechazo de la nueva oferta, que varios analistas estiman elevada. Máxime luego de que el grupo inglés despidiese dos ejecutivos de la división musical, precisamente porque las ventas por fiestas habian sido un fracaso.
Warner, conducida por un hombre de asbestos (Edgar Bronfman), admitiò hace cuatro semanas que sus ventas de música grabada habían cedido 13% durante el último trimestre de 2006. Como en el otro caso, la demanda de novedades fue decepcionante: nombres como Madonna –no aporta nada nuevoi desde hace años- , James Blunt o Enya ya no seducen al público del “pop” comercial.
La empresa norteamericana ofrecía 260 peniques por papel. En verdad, ello suponía una prima de 10,3% sobre el cierre del viernes 2. Por cierto, en julio ambas empresas desistieron de una compra cruzada –o sea, una fusión- por US$ 4.600 millones.
En ese momento, EMI y Warner temían que la transacción fuese bloqueada por la autoridad antimonopólica de Bruselas (la holandesa Neelie Kroes). Desde entonces, los ingresos de ambas compañías vienen cayendo, víctimas de la piratería. Aparte, Norah Jones, una estrella declinante (Robbie Williams) y una banda pasatista (“My chemical romance”) venden mal.
Una empresa combinada controlarìa 25% del mercado global, quedando por encima de Sony BMG y Vivendi-Universal (matrimonios, también). En diciempre, por otra parte, un fondo de capital privado (Permira Advisers), dedicado a compras apalancadas, fracasó en la toma de EMI, porque ofrecía poco.
El actual panorama sectorial es preocupante. El mercado norteamericano (Estados Unidos-Canadá) para compactos y DVD se ha contraído 20% en 2006 y sigue haciéndolo este año. Así admitió en febrero EMI, citando estadísticas de Nielsen SoundScan. Esto no encaja con el rechazo de la nueva oferta, que varios analistas estiman elevada. Máxime luego de que el grupo inglés despidiese dos ejecutivos de la división musical, precisamente porque las ventas por fiestas habian sido un fracaso.
Warner, conducida por un hombre de asbestos (Edgar Bronfman), admitiò hace cuatro semanas que sus ventas de música grabada habían cedido 13% durante el último trimestre de 2006. Como en el otro caso, la demanda de novedades fue decepcionante: nombres como Madonna –no aporta nada nuevoi desde hace años- , James Blunt o Enya ya no seducen al público del “pop” comercial.
