El negocio de las falsificaciones

Con el acceso masivo a tecnología de punta y el crecimiento de las telecomunicaciones, hoy es más fácil que nunca crear y vender productos falsificados a escala global. China es su capital mundial de operaciones.

3 agosto, 2012

<p>En cuarto lugar están los forajidos. A ellos no les importa mucho ni la seguridad ni la salud de los consumidores. Fabrican productos cuya validez es casi imposible de verificar al momento de la compra, como las píldoras o las autopartes. Ellos ponen en la balanza la amenaza de castigos penales contra las grandes ganancias que puede reportar la operación. Son el grupo que mejor gana y su estrategia es producir a pequeña escala (así si su producción es interceptada todavía pueden abastecer la demanda). Las empresas de productos originales deberían invertir en campañas para alertar a los consumidores de estas prácticas.</p>
<p>Por último se encuentran los contrabandistas. Son, hoy en día, la categoría menos común. Ganan dinero evadiendo impuestos en las fronteras. Sus productos no son ilegales –se trata de alcohol o tabaco- pero, por los impuestos ahorrados, pueden lograr un margen de ganancias considerable. Están bien organizados, generalmente, y cuentan con una buena red de distribución.</p>
<p>Como las amenazas son distintas también las medidas que tomen las empresas y las autoridades deberán serlo.  </p>

<p>La falsificaci&oacute;n de productos es un negocio ilegal tan bueno que, se estima, hoy cuesta m&aacute;s un kilo de CDs que un kilo de marihuana. Esto se debe a dos razones: que m&aacute;s personas acceden a la tecnolog&iacute;a necesaria para falsificar de manera profesional y que, aparte, los avances en materia de telecomunicaciones permiten conectar las operaciones de manera tal que se ha vuelto un negocio altamente globalizado. Al ser percibido como un negocio de bajos riesgos y grandes m&aacute;rgenes, las organizaciones criminales usan este dinero para financiar otras operaciones como la venta ilegal de drogas, la trata de personas y el terrorismo.</p>
<p>Cuando una persona se acerca a comprar un DVD en una plaza o una cartera de marca falsa no entiende que est&aacute; violando la ley y que sus acciones tendr&aacute;n consecuencias sociales. Considerado un crimen sin victimas, no hay aqu&iacute; remordimiento alguno. Para revertir esta situaci&oacute;n se necesita un cambio en el comportamiento, m&aacute;s que un endurecimiento de las leyes.</p>
<p><strong>China, capital mundial de la falsificaci&oacute;n</strong></p>
<p>En el libro de Jessica Yi Chieh, &ldquo;<em>Fake Stuff: China and the Rise of Counterfeit Goods&rdquo;</em> (&ldquo;Falsificaciones: El aumento de productos de contrabando en China&rdquo;) se establece c&oacute;mo opera este negocio en el gigante asi&aacute;tico.</p>
<p>El cap&iacute;tulo donde se desarrolla la estructura del negocio de las falsificaciones es de los m&aacute;s informativos del libro. Toma un ejemplo de caso que sirve para ilustrar el fen&oacute;meno: en China los tel&eacute;fonos falsos representan 30% del mercado; en India, tambi&eacute;n. &iquest;Por qu&eacute; tienen una penetraci&oacute;n tan grande? Porque dejan m&aacute;rgenes de ganancia mucho m&aacute;s altos. No tienen que pagar ni el desarrollo ni las pruebas del producto, ni los impuestos, ni la publicidad. El abaratamiento de los costos de fabricaci&oacute;n de chips hizo posible la falsificaci&oacute;n de todo tipo de productos electr&oacute;nicos, como televisiones y computadoras. El gobierno ni castiga ni impulsa esta industria que en China se conoce como Shanzhai (Copy): por un lado est&aacute;n quienes desean prohibirla, como actividad ilegal que infringe derechos de autor, y otros que desean estimularla, como el coraz&oacute;n del crecimiento actual de China.</p>
<p>El mercado es, tambi&eacute;n, ambivalente: China es el segundo mercado mundial tanto para productos de lujo originales como para las copias. Como las copias son tan buenas, a veces es dif&iacute;cil distinguirlas. Por otro lado, el n&uacute;mero de art&iacute;culos confiscados en los aeropuertos palidece ante el tama&ntilde;o real del contrabando: de los 500.000 tel&eacute;fonos confiscados en Honk Kong en 2009, entraron 10 millones. El problema de las falsificaciones chinas es tan grande que ya ha traspasado la frontera: en Nueva York casi 81% de los productos confiscados son de ese pa&iacute;s.</p>
<p>Hay un costado democr&aacute;tico en la cuesti&oacute;n. Muchos a favor de las falsificaciones dicen que, de otra manera, muchos productos nunca llegar&iacute;an al p&uacute;blico de China, el sudeste asi&aacute;tico y &Aacute;frica.</p>
<p><strong>Cinco categor&iacute;as de falsificadores</strong></p>
<p>En un ensayo de la Universidad de Saint Gallen en Zurich — &ldquo;<em>How Companies Can Battle Five Types of Counterfeiters&rdquo; -</em>- de Thorsten Staake, Frederic Thiesse y Elgar Fleish establecieron cinco categor&iacute;as de falsificadores.</p>
<p>Los primeros son los Separadores (del ingl&eacute;s &ldquo;<em>disaggregators</em>&rdquo;, que separan el producto de sus cualidades intr&iacute;nsecas). Este grupo trata de explotar el nombre de la marca vendiendo productos de calidad mediocre a consumidores que saben que est&aacute;n comprando productos falsos. Ofrecen el nombre de la marca sin la calidad o las funcionalidades. Generalmente se vende a una fracci&oacute;n del precio y, por lo tanto, dependen de intermediarios para colocar sus productos en mercados extranjeros. Esto reduce el margen.</p>
<p>Los <em>i</em><em>mitadores</em>, por contrario, tratan de copiar exactamente al producto original de la marca: en el nombre y en la funcionalidad. Sirven, primero, a sus mercados naturales &ndash; econom&iacute;as relativamente j&oacute;venes que tienen protecciones menos r&iacute;gidas a la propiedad intelectual- y sacan ideas de dise&ntilde;os y patentes de otros pa&iacute;ses para no pagar costos de desarrollo. Son la amenaza m&aacute;s real porque sus productos de calidad se convierten en una competencia genuina al original.</p>
<p>Por otro lado est&aacute;n los e<em>stafadores</em>. Producen art&iacute;culos de buena apariencia pero sin la calidad. Simplemente no funcionan bien. A veces los estafadores se infiltran en las compa&ntilde;&iacute;as originales por eso las marcas, cada vez m&aacute;s, toman disposiciones para evitar las filtraciones de seguridad. Estos productos, despu&eacute;s de todo, pueden atacar las finanzas de las empresas.</p>
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