EE.UU.: algunas empresas compensan vendiendo más afuera

Mientras la segunda economía mundial se acerca a lo que varios definen como “substancial desaceleración”, parte del sector privado busca salidas en el exterior. Algunos creen que esto morigeraría una eventual recesión.

21 noviembre, 2007

En la primera mitad del año, las utilidades de empresas norteamericanas en el país casi no crecieron respecto de igual lapso de 2006. Pero las ganancias en el exterior aumentaron 22%. Esto lo señala un estudio de Moody’s Economy.com, sitio estadigráfico de la hoy castigada calificadora homónima.

Por ejemplo, Caterpillar -equipos de construcción- informa que sus ventas en Estados Unidos-Canadá cedieron 11% en el tercer trimestre, debido al retroceso inmobiliario. Pero, en igual período, sus ventas subieron 20% en Latinoamérica y casi 33% en la Unión Europea, Levante y Asia oriental. De ahí que los ingresos mundiales se incrementaran 9%.

En el plano minorista, las ventas de la cadena McDonalds crecieron en Levante, Asia oriental y la Unión Europea 2,5 más que en EE.UU.-Canadá. Pero la firma no informó sobre evolución en Latinoamerica ni dio cifras concretas.

Este cuadro lleva a excesos de optimisno, claro. “Entre las treinta economías mayores del mundo, sólo dos (Dinamarca, Japón) no están en expansión”, sostiene la National Association of Manufacturer. A su juicio, “la economía global seguirá fuerte en 2008”. Parece que “global” excluye América anglosajona.

No obstante, Moody’s misma aclara que la firmeza exterior quizá no dure lo bastante para compensar a largo plazo las vulnerabilidades en Estados Unidos. Si bien algunas economías han avanzado al doble del ritmo norteamericano o mucho más, el peso de la carga recae en China, Rusia e India, en tanto otros países muestran signos de debilitamiento.

Por ejemplo, los exportadores de la UE afrontan hoy los efectos de un euro que ha aumentado de US$ 1,29 a 1,48 en cuanto va del año. Eso implica 14,7% de avance en menos de once meses. El dólar bajo y la menor demanda de importaciones en EE.UU. afecta ya a plantas en la UE, Latinoamérica, Asia oriental y meridional.

Algunos románticos, estilo Robert Barbera, sostienen que las necesidades de economías en veloz crecimiento son tales que pueden compensar retrocesos en paìse centrales. “Basta recordar que un tercio de chinos e indios ha saltado del siglo VI al XXI en quince años”, proclama este analista bursátil. Por el contrario, varios colegas suyos afirman que el mundo seguirá durante un tiempo condicionado a EE.UU., la UE y Japón.

En la primera mitad del año, las utilidades de empresas norteamericanas en el país casi no crecieron respecto de igual lapso de 2006. Pero las ganancias en el exterior aumentaron 22%. Esto lo señala un estudio de Moody’s Economy.com, sitio estadigráfico de la hoy castigada calificadora homónima.

Por ejemplo, Caterpillar -equipos de construcción- informa que sus ventas en Estados Unidos-Canadá cedieron 11% en el tercer trimestre, debido al retroceso inmobiliario. Pero, en igual período, sus ventas subieron 20% en Latinoamérica y casi 33% en la Unión Europea, Levante y Asia oriental. De ahí que los ingresos mundiales se incrementaran 9%.

En el plano minorista, las ventas de la cadena McDonalds crecieron en Levante, Asia oriental y la Unión Europea 2,5 más que en EE.UU.-Canadá. Pero la firma no informó sobre evolución en Latinoamerica ni dio cifras concretas.

Este cuadro lleva a excesos de optimisno, claro. “Entre las treinta economías mayores del mundo, sólo dos (Dinamarca, Japón) no están en expansión”, sostiene la National Association of Manufacturer. A su juicio, “la economía global seguirá fuerte en 2008”. Parece que “global” excluye América anglosajona.

No obstante, Moody’s misma aclara que la firmeza exterior quizá no dure lo bastante para compensar a largo plazo las vulnerabilidades en Estados Unidos. Si bien algunas economías han avanzado al doble del ritmo norteamericano o mucho más, el peso de la carga recae en China, Rusia e India, en tanto otros países muestran signos de debilitamiento.

Por ejemplo, los exportadores de la UE afrontan hoy los efectos de un euro que ha aumentado de US$ 1,29 a 1,48 en cuanto va del año. Eso implica 14,7% de avance en menos de once meses. El dólar bajo y la menor demanda de importaciones en EE.UU. afecta ya a plantas en la UE, Latinoamérica, Asia oriental y meridional.

Algunos románticos, estilo Robert Barbera, sostienen que las necesidades de economías en veloz crecimiento son tales que pueden compensar retrocesos en paìse centrales. “Basta recordar que un tercio de chinos e indios ha saltado del siglo VI al XXI en quince años”, proclama este analista bursátil. Por el contrario, varios colegas suyos afirman que el mundo seguirá durante un tiempo condicionado a EE.UU., la UE y Japón.

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