Echaron al CEO de Putnam Investments

Lawrence Lasser, que llevó Putnam Investments al quinto puesto entre los administradores de fondos, fue despedido como presidente ejecutivo. Hasta ahora, es la mayor baja en el complejo escándalo con fondos mutuales.

3 noviembre, 2003

La caída del CEO, con 33 años de antigüedad en la firma, causó
un terremoto en un sector que representa US$ 7 billones. Ahora, la incógnita
es cuántos clientes grandes seguirá perdiendo la administradora,
que aún maneja unos US$ 268.000 millones.

“Conductas como la de Lasser no tienen cabida en Putnam”, dijo anoche
Jeffrey Greenberg, CEO de la matriz, el grupo asegurador Marsh & McLennan
Companies. “Adoptaremos medidas para que esto no se repita”, añadió.
Pocos lo toman al pie de la letra.

El fin del ex CEO fue inevitable cuando ya seis estados de la Unión habían
retirado fondos jubilatorios por unos US$ 4.300 millones. De inmediato, el lugar
de Lasser -quien había cobrado US$ 163 millones por seis años de
labor- fue cubierto con Charles Haldeman.

Entretanto, Putnam misma afronta procesos penales en Connecticut y Nueva York.
El domingo, los fiscales del primer estado allanaron la firma y secuestraron archivos
personales de Lasser. Poco después, sus colegas neoyorquinos pedían
copias.

Día a día aparecen más pruebas de abusos sistemáticos
en la compra y venta de cuotas-partes en fondos mutuales por parte de grandes
operadores. Algunas financieras las ofrecen como “productos” -otro sinsentido-
a ciertos clientes privilegiados, por lo común fondos de riesgo (operadores
volátiles y poco escrupulosos, expertos en derivativos).

Eso significa abuso de confianza cometido por el negocio en desmedro de decenas
de millones de ahorristas e inversores particulares. Además, se infringe
la ley que veda transacciones luego del cierre. Tampoco es ético elegir
el momento para negociar (“market timing“), aprovechando los
altibajos de una acción o papel según cada huso horario.

La caída del CEO, con 33 años de antigüedad en la firma, causó
un terremoto en un sector que representa US$ 7 billones. Ahora, la incógnita
es cuántos clientes grandes seguirá perdiendo la administradora,
que aún maneja unos US$ 268.000 millones.

“Conductas como la de Lasser no tienen cabida en Putnam”, dijo anoche
Jeffrey Greenberg, CEO de la matriz, el grupo asegurador Marsh & McLennan
Companies. “Adoptaremos medidas para que esto no se repita”, añadió.
Pocos lo toman al pie de la letra.

El fin del ex CEO fue inevitable cuando ya seis estados de la Unión habían
retirado fondos jubilatorios por unos US$ 4.300 millones. De inmediato, el lugar
de Lasser -quien había cobrado US$ 163 millones por seis años de
labor- fue cubierto con Charles Haldeman.

Entretanto, Putnam misma afronta procesos penales en Connecticut y Nueva York.
El domingo, los fiscales del primer estado allanaron la firma y secuestraron archivos
personales de Lasser. Poco después, sus colegas neoyorquinos pedían
copias.

Día a día aparecen más pruebas de abusos sistemáticos
en la compra y venta de cuotas-partes en fondos mutuales por parte de grandes
operadores. Algunas financieras las ofrecen como “productos” -otro sinsentido-
a ciertos clientes privilegiados, por lo común fondos de riesgo (operadores
volátiles y poco escrupulosos, expertos en derivativos).

Eso significa abuso de confianza cometido por el negocio en desmedro de decenas
de millones de ahorristas e inversores particulares. Además, se infringe
la ley que veda transacciones luego del cierre. Tampoco es ético elegir
el momento para negociar (“market timing“), aprovechando los
altibajos de una acción o papel según cada huso horario.

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