Delphi, ahora acusada de irregularidades contables

La mayor proveedora de autopartes en Estados Unidos ha sido demandada por dos fondos de pensión estatales del país y dos europeos. La empresa, con complicidad de un banco y dos firmas, había inflado el valor en libros de sus inventarios.

5 octubre, 2005

El maquillaje contable involucra venta de existencias sin valor real, al cerrar cada trimestre, para asentar lo supuestamente recaudado como ingresos y flujo de caja. Eso determinó que la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores) abriese un sumario. Lo mismo hizo el departamento de Justicia.

La demanda de los damnificados sostiene que Alan Dawes, director financiero de Delphi al tiempo de los hechos, y otros ejecutivos superiores arreglaron transacciones por US$ 1.440 millones. En ellas, la compañía aparecía vendiendo bienes (en realidad, chatarra) para “mejorar” utilidades, durante sus propia crisis financiera, posterior a haberse separado de General Motors. Esos trucos le permitieron a Delphi cubrir o exceder sus propias metas de ganancias durante diecinueve trimestres (cuatro años y tres meses).

Una acción conjunta fue radicada días atrás ante un tribunal federal de circuito (Manhattan sur). La suscriben el fondo jubilatorio de docentes universitarios de Oklahoma (una cartera de US$ 7.000 millones), el de empleados públicos de Mississippi (US$ 16.000 millones en gestión), el de funcionarios y universidades de Holanda (US$ 178.000 millones) y la administradora austríaca de fondos Kapitalanlage (US$ 40.000 millones en activos). La demanda menciona maniobras en 1999/2002.

El maquillaje contable involucra venta de existencias sin valor real, al cerrar cada trimestre, para asentar lo supuestamente recaudado como ingresos y flujo de caja. Eso determinó que la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores) abriese un sumario. Lo mismo hizo el departamento de Justicia.

La demanda de los damnificados sostiene que Alan Dawes, director financiero de Delphi al tiempo de los hechos, y otros ejecutivos superiores arreglaron transacciones por US$ 1.440 millones. En ellas, la compañía aparecía vendiendo bienes (en realidad, chatarra) para “mejorar” utilidades, durante sus propia crisis financiera, posterior a haberse separado de General Motors. Esos trucos le permitieron a Delphi cubrir o exceder sus propias metas de ganancias durante diecinueve trimestres (cuatro años y tres meses).

Una acción conjunta fue radicada días atrás ante un tribunal federal de circuito (Manhattan sur). La suscriben el fondo jubilatorio de docentes universitarios de Oklahoma (una cartera de US$ 7.000 millones), el de empleados públicos de Mississippi (US$ 16.000 millones en gestión), el de funcionarios y universidades de Holanda (US$ 178.000 millones) y la administradora austríaca de fondos Kapitalanlage (US$ 40.000 millones en activos). La demanda menciona maniobras en 1999/2002.

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