Declina UPS, mientras ascienden sus competidores globales

Por casi cien años, United Parcel Service integraba la vida cotidiana en EE.UU. Hoy, sus vehículos castaños se ven cada día menos en ciudades, pueblos y rutas, desplazados por el violeta y blanco de FedEx o el amarillo rabioso de DHL.

27 enero, 2005

Algunos analistas creen que la declinante participación de UPS en el mercado norteamericano determinó los malos números del IV trimestre. “Brown” (marrón o castaño), como se la llama a la compañía -hasta tiene una comedia familiar por TV- igual les debe explicaciones concretas a accionistas e inversores.

Según JPMorgan, la parte de la firma de correos en su mercado ha cedido de 48 a 47% durante 2004. En tanto, la de FedEx pasaba de 29 a 31%. DHL, propiedad de Deutsche Post (el correo alemán), que tiene 7%, podría alcanzar 18% en 2006, estima JPM, merced a una expansión en la cual invirtió US$ 1.200 millones.

La América septentrional es apenas un campo de batalla en la creciente guerra global entre los tres máximos servicios de correos. UPS y FedEx quieren quebrar la hegemonía de DHL en la Unión Europea y alrededores. Mientras tanto, el trío trata de hacer pie en un mercado chino que se agranda: 9.500.000 km2 y 1.300 millones de habitantes en una geografía compleja y aún no dominada del todo por el sector urbano.

Este viernes, los accionistas de UPS tratarán de descubrir si el IV trimestre fue apenas un tropiezo o, por contrario, apunta a un ulterior retroceso. Los papeles de la compañía han bajado casi 10% desde que se anticipó, el martes, el último trimestral de 2004. La dirección responsabilizó del revés al mal tiempo en EE.UU. durante las fiestas, temporada clave para ese negocio.

Pero, el miércoles, Federal Express exhibía “intensa actividad” en igual período y refirmaba ambiciosas metas financieras para este año. Por ende, los analistas señalaron que los problemas de Brown podrían ser más profundos. A juicio de la consultora AG Edwards, por ejemplo, UPS “experimenta fallas en su nueva tecnología para flujo de piezas que, se supone, tornaría más eficaz su red. Por el contrario, ha empeorado las cosas”.

No obstante, SJ Consulting cree que hay un exceso de pesimismo. A su criterio, era inevitable que UPS perdiese participación en el mercado norteamericano por el avance de FedEx y DHL. Pero esos expertos pronostican que habrá negocios suficientes para los tres, aunque en escala mundial. O sea, SJ acaba diciendo lo mismo que JPM y Edwards, sólo que con una interpretación sesgada en favor de UPS.

De todas maneras, la reciente adquisición de Menlo Worldwide Forwarding, por parte de UPS, indica hasta qué punto los correos se diversifican e incursionan en una logística más amplia. También FedEx se ha expandido a fletes de gran volumen.

El juego internacional tiende a complicarse. Aparte de UPS, FedEx y DHL, la holandesa TNT y la británica Exel operan en ese planol. Pero los escépticos dudan de que el crecimiento global sea lo bastante rápido como para que UPS neutralice su vulnerabilidad local. Ocurre que el área EE.UU.-Canadá todavía aporta 75% de las ventas.

Así, la firma de valores Bear Stearns sostenía, hace poco, que UPS no había reaccionado con suficiente rapidez al desplazamiento industrial hacia China y otros países de bajos salarios. Eso la deja con excesiva infraestructura y altos costos en el mercado norteamericano, de lento crecimiento, y con escasa capacidad en plazas muy expansivas.

Algunos analistas creen que la declinante participación de UPS en el mercado norteamericano determinó los malos números del IV trimestre. “Brown” (marrón o castaño), como se la llama a la compañía -hasta tiene una comedia familiar por TV- igual les debe explicaciones concretas a accionistas e inversores.

Según JPMorgan, la parte de la firma de correos en su mercado ha cedido de 48 a 47% durante 2004. En tanto, la de FedEx pasaba de 29 a 31%. DHL, propiedad de Deutsche Post (el correo alemán), que tiene 7%, podría alcanzar 18% en 2006, estima JPM, merced a una expansión en la cual invirtió US$ 1.200 millones.

La América septentrional es apenas un campo de batalla en la creciente guerra global entre los tres máximos servicios de correos. UPS y FedEx quieren quebrar la hegemonía de DHL en la Unión Europea y alrededores. Mientras tanto, el trío trata de hacer pie en un mercado chino que se agranda: 9.500.000 km2 y 1.300 millones de habitantes en una geografía compleja y aún no dominada del todo por el sector urbano.

Este viernes, los accionistas de UPS tratarán de descubrir si el IV trimestre fue apenas un tropiezo o, por contrario, apunta a un ulterior retroceso. Los papeles de la compañía han bajado casi 10% desde que se anticipó, el martes, el último trimestral de 2004. La dirección responsabilizó del revés al mal tiempo en EE.UU. durante las fiestas, temporada clave para ese negocio.

Pero, el miércoles, Federal Express exhibía “intensa actividad” en igual período y refirmaba ambiciosas metas financieras para este año. Por ende, los analistas señalaron que los problemas de Brown podrían ser más profundos. A juicio de la consultora AG Edwards, por ejemplo, UPS “experimenta fallas en su nueva tecnología para flujo de piezas que, se supone, tornaría más eficaz su red. Por el contrario, ha empeorado las cosas”.

No obstante, SJ Consulting cree que hay un exceso de pesimismo. A su criterio, era inevitable que UPS perdiese participación en el mercado norteamericano por el avance de FedEx y DHL. Pero esos expertos pronostican que habrá negocios suficientes para los tres, aunque en escala mundial. O sea, SJ acaba diciendo lo mismo que JPM y Edwards, sólo que con una interpretación sesgada en favor de UPS.

De todas maneras, la reciente adquisición de Menlo Worldwide Forwarding, por parte de UPS, indica hasta qué punto los correos se diversifican e incursionan en una logística más amplia. También FedEx se ha expandido a fletes de gran volumen.

El juego internacional tiende a complicarse. Aparte de UPS, FedEx y DHL, la holandesa TNT y la británica Exel operan en ese planol. Pero los escépticos dudan de que el crecimiento global sea lo bastante rápido como para que UPS neutralice su vulnerabilidad local. Ocurre que el área EE.UU.-Canadá todavía aporta 75% de las ventas.

Así, la firma de valores Bear Stearns sostenía, hace poco, que UPS no había reaccionado con suficiente rapidez al desplazamiento industrial hacia China y otros países de bajos salarios. Eso la deja con excesiva infraestructura y altos costos en el mercado norteamericano, de lento crecimiento, y con escasa capacidad en plazas muy expansivas.

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