De pronto, Qwest ofrece otra enormidad por MCI

No importa que Qwest Communicactions haya salido de la bancarrota maltrecha y debiendo US$ 8.000 milllones. Como ahora suma 9.750 millones, su oferta parece superior a los US$ 7.600 millones de la sólida Verizon Communications.

25 abril, 2005

La batalla no sólo recrudece sino que, ávidos de vender rápido al mejor precios posible, varios grandes accionistas de Mobile Comunications International (MCI, ex WorldCom) quizás estén por empujarr a la eventual compradora y su adquirida por la barranca da la insolvencia.

La junta directiva de MCI, por vez primera en una lucha que dura dos meses, se pasa al bando de Qwest y le da oportunidad de arrebatarle la presa a Verizon, un gigante en su sector. Pero esta firma lleva las de ganar en los planos jurídico y financiero. Aunque su propuesta, ya aceptada en firme por Michael Capellas y la cúpula de MCI, sea de “sólo” 23,10 la acción, 30% inferior a la rival.

No hay analista que no desconfíe de Qwest y sus intenciones reales. La más débil y pequeñas de ambas contendientes elevó el viernes a US$ 30 por acción su oferta, que totaliza así unos US$ 9.750 millones. Para un paquete cuya capitalización bursátil no llega ni al valor cotizado por Verizon. En verdad, Qwest se limitó a cumplir nuevas y oportunistas exigencias de MCI, planteadas a mediados de mes.

Ahora, Verizon tiene hasta el miércoles 4 de mayo para responder. No obstante, aun sin hacerlo tiene la opción de pedir que una asamblea de accionistas de MCI vote entre ambas propuestas. No ya sólo los directores ni algunos accionistas influyentes y codiciosos. Por otyra parte, el derecho de completar el acuerdo de fusión le cabe a Verizon, no de MCI.

Quizá por eso Capellas, más experto en vender empresas que en mantenerlas, esté jugando al extremo. Todo esto encierra una ironía: hace de uno a dos años, tanto Qwest como MCI estaban envueltas en escándalos, bancarrotas y severos problemas tanto regulatorios como judiciales. Entonces ¿por qué disputarse tanto los devaluados activos de MCI?…

Simple: porque la entonces mayor proveedora de servicios inalámbricos a empresas, AT&T Wireless, fue tomada en febrero por SBC Communications. Entonces, la segunda del mismo segmento (MCI) pasó a ser clave de liderazgo para Verizon y de subssistencia para Qwest. El trasfondo del asunto remite a una de las ya habituales “fiebres consolidantes”, al parecer lo único que se le ocurre a cualquier management para retener o aumentar ingresos.

Algunos expertos estiman que Verizon elevará su oferta, aunque no al nivel de Qwest. La cuestión sigue siendo la misma: Capellas prefería Verizon porque es mucho más solvente, pero algunos accionistas (entre ellos, el audaz mejicano Carlos Slim Helú) quisieran vender ya al precio más alto posible. Aunque después zozobren tanto Qwest como MCI y, a la postre, no puedan pagar esos desorbitados US$ 9.750 millones ni mucho menos. En ese caso, Verizon comprará los despojos al precio que mejor le venga.

La batalla no sólo recrudece sino que, ávidos de vender rápido al mejor precios posible, varios grandes accionistas de Mobile Comunications International (MCI, ex WorldCom) quizás estén por empujarr a la eventual compradora y su adquirida por la barranca da la insolvencia.

La junta directiva de MCI, por vez primera en una lucha que dura dos meses, se pasa al bando de Qwest y le da oportunidad de arrebatarle la presa a Verizon, un gigante en su sector. Pero esta firma lleva las de ganar en los planos jurídico y financiero. Aunque su propuesta, ya aceptada en firme por Michael Capellas y la cúpula de MCI, sea de “sólo” 23,10 la acción, 30% inferior a la rival.

No hay analista que no desconfíe de Qwest y sus intenciones reales. La más débil y pequeñas de ambas contendientes elevó el viernes a US$ 30 por acción su oferta, que totaliza así unos US$ 9.750 millones. Para un paquete cuya capitalización bursátil no llega ni al valor cotizado por Verizon. En verdad, Qwest se limitó a cumplir nuevas y oportunistas exigencias de MCI, planteadas a mediados de mes.

Ahora, Verizon tiene hasta el miércoles 4 de mayo para responder. No obstante, aun sin hacerlo tiene la opción de pedir que una asamblea de accionistas de MCI vote entre ambas propuestas. No ya sólo los directores ni algunos accionistas influyentes y codiciosos. Por otyra parte, el derecho de completar el acuerdo de fusión le cabe a Verizon, no de MCI.

Quizá por eso Capellas, más experto en vender empresas que en mantenerlas, esté jugando al extremo. Todo esto encierra una ironía: hace de uno a dos años, tanto Qwest como MCI estaban envueltas en escándalos, bancarrotas y severos problemas tanto regulatorios como judiciales. Entonces ¿por qué disputarse tanto los devaluados activos de MCI?…

Simple: porque la entonces mayor proveedora de servicios inalámbricos a empresas, AT&T Wireless, fue tomada en febrero por SBC Communications. Entonces, la segunda del mismo segmento (MCI) pasó a ser clave de liderazgo para Verizon y de subssistencia para Qwest. El trasfondo del asunto remite a una de las ya habituales “fiebres consolidantes”, al parecer lo único que se le ocurre a cualquier management para retener o aumentar ingresos.

Algunos expertos estiman que Verizon elevará su oferta, aunque no al nivel de Qwest. La cuestión sigue siendo la misma: Capellas prefería Verizon porque es mucho más solvente, pero algunos accionistas (entre ellos, el audaz mejicano Carlos Slim Helú) quisieran vender ya al precio más alto posible. Aunque después zozobren tanto Qwest como MCI y, a la postre, no puedan pagar esos desorbitados US$ 9.750 millones ni mucho menos. En ese caso, Verizon comprará los despojos al precio que mejor le venga.

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