Cuatro accidentes crean dudas sobre aerolíneas baratas

En pocos días, cuatro aviones se vinieron abajo y costaron 350 vidas. Las naves pertenecían a líneas de bajo precio, productos de la derregulación global y de servicios convencionales por demás caros.

24 agosto, 2005

Los casos más recientes afectan a la chipriota Helios –cuyo isotipo es un sol micénico, símbolo de desgracia- y la peruana Tans. Poco antes, hubo desastres en la colombiana West Caribbean y la ¿italiana? Tuninter. De inmediato, los poderosos “lobbies” de las grandes empresas (vía alianzas de marketing) salieron a cargar las tintas, aunque no sin razones.

Mientras siguen las investigaciones, que abarcan también accidentes con naves chicas, empiezan a circulare preguntas “políticas”. Por ejemplo, ¿las rebajas se obtienen en desmedro de la seguridad? ¿qué tipo de supervisión estatal u orgánica se ejerce sobre el segmento? ¿quién son los responsables en definitiva, las aerolíneas o los entes de control?

Desde mediados de los 90, por cierto, ha habido un notable aumento de compañías, tanto convencionales como a descuento. Hacia 2004, la Organización Internacional de Aviación Civil (OIAC) contabilizaba unas novecientas líneas, o sea 150 más que en 1995. Por supuesto, el aumento de prestadoras elevó también la cantidad de accidentes: casi 850 personas perecieron en cuanto va de 2005, contra 430 en todo 2004. Así señala la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

En otro plano, el negocio de vuelos baratos involucra a veces máquinas bastante viejas o mal mantenidas. Así ocurrió en el caso West Caribbean y su birreactor MD 82 que cayó sobre Venezuela o el ATR72 de Tuninter (se vino abajo en Palermo, Sicilia). No obstante, autoridades francesas de control en el Caribe habían revisado dos veces este año ese MD 82. Pero la aerolínea está en bancarrota y fue denunciada catorce veces –desde julio de 2004- por incidentes de seguridad.

Por supuesto, hay una cantidad de aerolíneas de bajo precio que no han tenidos problemas. En especial las más grandes. Verbigracia, Ryannair, Gol o Air Madrid. Aun así, el caso Tuninter reactualizó temores en torno de ese segmento del negocio y el papel de los supervisores (según señalaba este sitio, hace dos semanas).

Por de pronto, circula ya por Internet una “lista negra” de compañías inseguras originada en Estados Unidos. Los entes controladores de Italia, Austria y Francia han tratado de bloquearla, porque les huele a campaña de grandes aerolíneas norteamericanas, algunas en concurso o cerca de la bancarrota. No obstante, un vocero del Ente nazionale per aerolinee commerciali (Enac) admite que los accidentes citados en esa nómina realmente ocurrieron y que los Balcanes, el Mediterráneo oriental y el Caribe son “casi agujeros negros en materia regulatoria”.

Los casos más recientes afectan a la chipriota Helios –cuyo isotipo es un sol micénico, símbolo de desgracia- y la peruana Tans. Poco antes, hubo desastres en la colombiana West Caribbean y la ¿italiana? Tuninter. De inmediato, los poderosos “lobbies” de las grandes empresas (vía alianzas de marketing) salieron a cargar las tintas, aunque no sin razones.

Mientras siguen las investigaciones, que abarcan también accidentes con naves chicas, empiezan a circulare preguntas “políticas”. Por ejemplo, ¿las rebajas se obtienen en desmedro de la seguridad? ¿qué tipo de supervisión estatal u orgánica se ejerce sobre el segmento? ¿quién son los responsables en definitiva, las aerolíneas o los entes de control?

Desde mediados de los 90, por cierto, ha habido un notable aumento de compañías, tanto convencionales como a descuento. Hacia 2004, la Organización Internacional de Aviación Civil (OIAC) contabilizaba unas novecientas líneas, o sea 150 más que en 1995. Por supuesto, el aumento de prestadoras elevó también la cantidad de accidentes: casi 850 personas perecieron en cuanto va de 2005, contra 430 en todo 2004. Así señala la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

En otro plano, el negocio de vuelos baratos involucra a veces máquinas bastante viejas o mal mantenidas. Así ocurrió en el caso West Caribbean y su birreactor MD 82 que cayó sobre Venezuela o el ATR72 de Tuninter (se vino abajo en Palermo, Sicilia). No obstante, autoridades francesas de control en el Caribe habían revisado dos veces este año ese MD 82. Pero la aerolínea está en bancarrota y fue denunciada catorce veces –desde julio de 2004- por incidentes de seguridad.

Por supuesto, hay una cantidad de aerolíneas de bajo precio que no han tenidos problemas. En especial las más grandes. Verbigracia, Ryannair, Gol o Air Madrid. Aun así, el caso Tuninter reactualizó temores en torno de ese segmento del negocio y el papel de los supervisores (según señalaba este sitio, hace dos semanas).

Por de pronto, circula ya por Internet una “lista negra” de compañías inseguras originada en Estados Unidos. Los entes controladores de Italia, Austria y Francia han tratado de bloquearla, porque les huele a campaña de grandes aerolíneas norteamericanas, algunas en concurso o cerca de la bancarrota. No obstante, un vocero del Ente nazionale per aerolinee commerciali (Enac) admite que los accidentes citados en esa nómina realmente ocurrieron y que los Balcanes, el Mediterráneo oriental y el Caribe son “casi agujeros negros en materia regulatoria”.

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