Cisneros Group le presenta batalla a Rupert Murdoch

Una subsidiaria del grupo venezolano le inició demanda a News Corporation y su unidad satelital en Estados Unidos, DirectTV Group. El objeto es bloquear la fusión de sus activos comunes en Latinoamérica.

22 octubre, 2004

La filial de Cisneros, que tiene 14% en la división regional de DirecTV, afirma que el acuerdo anunciado días atrás subvalúa groseramente aquellos activos. El objeto de la maniobra sería beneficiar a News Corp. y sus socios latinoamericanos en el servicio satelital. La demanda se radicó en Miami y solicita bloquear el convenio en forma preventiva.

La acción enfrenta a Cisneros, una de las compañías más fuertes de la región (medios, cerveza), con el magnate australiano Rupert Murdoch y sus hijos, casi tan peligrosos como él. Este grupo posee la cadena ultraconservadora Fox, estudios de cine y activos satelitales en todo el mundo. De paso, la acción reabre un debate en Wall Street: ¿la estrategia de News Corp. atiende o no los intereses de DirecTV?

Desde fines de 2003, cuando Murdoch adquirió 34% de DirecTV y obtuvo el control efectivo de la firma, la nueva cúpula viene aumentando gastos en forma acelerada, con la idea de captar la mayor cantidad posible de abonados. Esto comporta ventajas inmediatas para News Corp., que proyecta lanzar varios cables vía DirecTV, pero está perjudicando los resultados de esta empresa.

Un alto funcionario de DirecTV, aludiendo a la demanda, dijo que “las transacciones donde nos hemos involucrado son equitativas y satisfacen requisitos legales y condiciones pactadas con los socios latinoamericanos”. Lo mismo señalaron voceros de News Corp. Pero ambos admitieron que no habían visto el acuerdo objetado.

Por el contrario, los venezolanos insisten en que el convenio “es profundamente inicuo” hacia ellos y la filial latinoamericana de DirectTV. Esta compañía era 86% propiedad de la matriz norteamericana y 14% lo tenía Darlene Investments (controlada por Cisneros). Murdoch entonces se asoció con varias empresas de la región al mismo tiempo, entre ellas Televisa en Méjico y Globo en Brasil, para operar Sky como servicio separado. Acto seguido, DirecTV tomó las participaciones de News Corp. en Sky, por US$ 496 millones en efectivo.

DirecTV salió del proceso controlando todos los servicios, salvo en Méjico, donde Televisa retiene el timón. Por eso, DirecTV aceptó cerrar operaciones y vender la lista de abonados a Sky México. Pero lo que despertó las iras de Emilio Cisneros es una valuación a su juicio exigua de los activos latinoamericanos de DirecTV. “Eso les permitió definir los porcentajes que recibirían los socios de News Corp.”, afirma la demanda.

El grupo venezolano agrega que una valuación de JP Morgan, empleada en las negociaciones con el directorio de DirecTV, asignada US$ 217 millones a DirecTV Latin America. “Pero otras fuentes justiprecian los mismos activos entre US$ 1.000 y 1.900 millones” De ser cierto, eso sería escandaloso. “JP Morgan –añade la presentación- recibió instrucciones para presumir que los activos en Brasil y Méjico carecían de valor”.

JP Morgan no quiere comentar sobre el tema, pero la demanda la pone en línea de fuego, por ser instrumento aparente “para infringir acuerdos de no competencia y exclusividad con los coinversores”.

La filial de Cisneros, que tiene 14% en la división regional de DirecTV, afirma que el acuerdo anunciado días atrás subvalúa groseramente aquellos activos. El objeto de la maniobra sería beneficiar a News Corp. y sus socios latinoamericanos en el servicio satelital. La demanda se radicó en Miami y solicita bloquear el convenio en forma preventiva.

La acción enfrenta a Cisneros, una de las compañías más fuertes de la región (medios, cerveza), con el magnate australiano Rupert Murdoch y sus hijos, casi tan peligrosos como él. Este grupo posee la cadena ultraconservadora Fox, estudios de cine y activos satelitales en todo el mundo. De paso, la acción reabre un debate en Wall Street: ¿la estrategia de News Corp. atiende o no los intereses de DirecTV?

Desde fines de 2003, cuando Murdoch adquirió 34% de DirecTV y obtuvo el control efectivo de la firma, la nueva cúpula viene aumentando gastos en forma acelerada, con la idea de captar la mayor cantidad posible de abonados. Esto comporta ventajas inmediatas para News Corp., que proyecta lanzar varios cables vía DirecTV, pero está perjudicando los resultados de esta empresa.

Un alto funcionario de DirecTV, aludiendo a la demanda, dijo que “las transacciones donde nos hemos involucrado son equitativas y satisfacen requisitos legales y condiciones pactadas con los socios latinoamericanos”. Lo mismo señalaron voceros de News Corp. Pero ambos admitieron que no habían visto el acuerdo objetado.

Por el contrario, los venezolanos insisten en que el convenio “es profundamente inicuo” hacia ellos y la filial latinoamericana de DirectTV. Esta compañía era 86% propiedad de la matriz norteamericana y 14% lo tenía Darlene Investments (controlada por Cisneros). Murdoch entonces se asoció con varias empresas de la región al mismo tiempo, entre ellas Televisa en Méjico y Globo en Brasil, para operar Sky como servicio separado. Acto seguido, DirecTV tomó las participaciones de News Corp. en Sky, por US$ 496 millones en efectivo.

DirecTV salió del proceso controlando todos los servicios, salvo en Méjico, donde Televisa retiene el timón. Por eso, DirecTV aceptó cerrar operaciones y vender la lista de abonados a Sky México. Pero lo que despertó las iras de Emilio Cisneros es una valuación a su juicio exigua de los activos latinoamericanos de DirecTV. “Eso les permitió definir los porcentajes que recibirían los socios de News Corp.”, afirma la demanda.

El grupo venezolano agrega que una valuación de JP Morgan, empleada en las negociaciones con el directorio de DirecTV, asignada US$ 217 millones a DirecTV Latin America. “Pero otras fuentes justiprecian los mismos activos entre US$ 1.000 y 1.900 millones” De ser cierto, eso sería escandaloso. “JP Morgan –añade la presentación- recibió instrucciones para presumir que los activos en Brasil y Méjico carecían de valor”.

JP Morgan no quiere comentar sobre el tema, pero la demanda la pone en línea de fuego, por ser instrumento aparente “para infringir acuerdos de no competencia y exclusividad con los coinversores”.

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