Calpine Corporation ya debe pagar todo al contado

Las acciones de la mayor compañía eléctrica independiente de Estados Unidos han sido excluidas del panel principal en Nueva York y cotizan en “lista rosa”, porque su precio es demasiado bajo. Mientras, la firma se ha quedado sin crédito.

7 diciembre, 2005

El martes, los papeles de la empresa tocaban un piso de 23,4 centavos y el volumen operado sumaba 34 millones. Al pasar a la categoría CPNL.PK (substándard), crean serias expectativas de bancarrota. La propia Calpine admitió, días atrás, que estudiaba acogerse al tìtulo XI de la ley federal para concursos y quiebras.

El desbarranque se aceleró hace dos semanas, pero la crisis venía gestándose desde 2001. Una combinación de dificultades crediticias y mercado energético débil (resultado de la crisis sufrida por California, sede de Calpine, en 2000-1) agravó la situación creada por el colapso de Enron. Ambas firmas se sobrexpandieron en los años 90 y acumularon deudas astronómicas.

En el caso de Calpine, el rojo alcanza US$ 17.000 millones y deriva del mismo error cometido por Enron: tratar de dominar un mercado característico de bajos costos. Cuando se decidió vender activos para reducir pasivos, ya era muy tarde y el proceso marchó con extrema lentitud.

El lunes, Calpine apeló al tribunal superior de Delaware (“off shore” interno), para que anulase una sentencia de primera instancia que la obligaba a pagar US$ 311.800.000 el contado por compras de combustibles para sus plantas. Ello significa que la firma ya no tiene crédito entre los proveedores petroleros.

Entretanto, Bank of New York y Wilmington Trust, fideicomisarios de bonistas –o sea, tenedores de deuda-, hacían congelar las ventas de activos por dudas sobre el destino de esos ingresos. El matete leguleyo se complicó por una demanda de Calpine contra ambas entidades.

El martes, los papeles de la empresa tocaban un piso de 23,4 centavos y el volumen operado sumaba 34 millones. Al pasar a la categoría CPNL.PK (substándard), crean serias expectativas de bancarrota. La propia Calpine admitió, días atrás, que estudiaba acogerse al tìtulo XI de la ley federal para concursos y quiebras.

El desbarranque se aceleró hace dos semanas, pero la crisis venía gestándose desde 2001. Una combinación de dificultades crediticias y mercado energético débil (resultado de la crisis sufrida por California, sede de Calpine, en 2000-1) agravó la situación creada por el colapso de Enron. Ambas firmas se sobrexpandieron en los años 90 y acumularon deudas astronómicas.

En el caso de Calpine, el rojo alcanza US$ 17.000 millones y deriva del mismo error cometido por Enron: tratar de dominar un mercado característico de bajos costos. Cuando se decidió vender activos para reducir pasivos, ya era muy tarde y el proceso marchó con extrema lentitud.

El lunes, Calpine apeló al tribunal superior de Delaware (“off shore” interno), para que anulase una sentencia de primera instancia que la obligaba a pagar US$ 311.800.000 el contado por compras de combustibles para sus plantas. Ello significa que la firma ya no tiene crédito entre los proveedores petroleros.

Entretanto, Bank of New York y Wilmington Trust, fideicomisarios de bonistas –o sea, tenedores de deuda-, hacían congelar las ventas de activos por dudas sobre el destino de esos ingresos. El matete leguleyo se complicó por una demanda de Calpine contra ambas entidades.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades