British Petroleum quiso vender yacimientos rusos a China
Una empresa conjunta, donde participa BP, anunció días atrás que vendía varios campos a Sinopec. Hubiera sido la primera transferencia de activos petroleros rusos a China. Pero intervino Rósñeft.
En cuestión de horas, la compañía controlada por el estado moscovita salió a ejercer una opción para comprar 51% de esos yacimientos, dejando en minoría a Sinopec. Por consiguiente, la mayoría de activos otrora pertenecientes a BP y su socia (TNK), pasarán a Rósñeft, con lo cual aumenta el control estatal sobre el sector hidrocarburos,
Hasta ahora, las firmas involucradas no han revelado el precio de la operación ni el valor de los yacimientos, una cuenca ubicada cerca de 950 kilómetros el este del Kremlin. Tiempo antes, la sociedad TNK-BP estimaba la segunda cifra en cerca de US$ 3.000 millones. Naturalmente, ejecutivos de esta compañía descartaron la idea de que la vuelta de tuerca haya sido impuesta desde el gobierno ruso.
Pero, a poco de formarse el emprendimiento conjunto (2003), cambiaron los vientos en Moscú y ahora corren en favor del control estatal, no ya de la inversión extranjera. El lunes, Robert Dudley –director ejecutivo de TNK-BP- sostuvo que esos campos ya no encajaban en la cartera de la firma y sería puestos en venta.
Desde iniciada la explotación en la zona (conocida por Urdmurtñeft), en 1973, más o menos 1.400 millones de barriles de crudos han sido extraídos. Las estimaciones corrientes de reservas cubicadas y estimadas ascienden a 995 millones de barriles, contra 2.000 millones hace treinta años. Por ende, más de la mitad ya ha sido explotada.
Al momento de subscribir un arreglo secreto con TNK-BP, Sinopec, la mayor refinería petroquímica china, estaba perfectamente al tanto de lo que planeaba Rósñeft. Ahora, acaba de firmar con ésta un memorando de entendimiento y cooperación, público y más genérico. La empresa estatal tiene el objeto de convertirse en la mayor productora nacional de crudos y llegar a dos millones de barriles diarios para 2010 (ésa es la actual demanda china total, de paso).
En cuestión de horas, la compañía controlada por el estado moscovita salió a ejercer una opción para comprar 51% de esos yacimientos, dejando en minoría a Sinopec. Por consiguiente, la mayoría de activos otrora pertenecientes a BP y su socia (TNK), pasarán a Rósñeft, con lo cual aumenta el control estatal sobre el sector hidrocarburos,
Hasta ahora, las firmas involucradas no han revelado el precio de la operación ni el valor de los yacimientos, una cuenca ubicada cerca de 950 kilómetros el este del Kremlin. Tiempo antes, la sociedad TNK-BP estimaba la segunda cifra en cerca de US$ 3.000 millones. Naturalmente, ejecutivos de esta compañía descartaron la idea de que la vuelta de tuerca haya sido impuesta desde el gobierno ruso.
Pero, a poco de formarse el emprendimiento conjunto (2003), cambiaron los vientos en Moscú y ahora corren en favor del control estatal, no ya de la inversión extranjera. El lunes, Robert Dudley –director ejecutivo de TNK-BP- sostuvo que esos campos ya no encajaban en la cartera de la firma y sería puestos en venta.
Desde iniciada la explotación en la zona (conocida por Urdmurtñeft), en 1973, más o menos 1.400 millones de barriles de crudos han sido extraídos. Las estimaciones corrientes de reservas cubicadas y estimadas ascienden a 995 millones de barriles, contra 2.000 millones hace treinta años. Por ende, más de la mitad ya ha sido explotada.
Al momento de subscribir un arreglo secreto con TNK-BP, Sinopec, la mayor refinería petroquímica china, estaba perfectamente al tanto de lo que planeaba Rósñeft. Ahora, acaba de firmar con ésta un memorando de entendimiento y cooperación, público y más genérico. La empresa estatal tiene el objeto de convertirse en la mayor productora nacional de crudos y llegar a dos millones de barriles diarios para 2010 (ésa es la actual demanda china total, de paso).
