Brasil sospecha maniobras ilegales entre Enron y AES

El ministerio brasileño de Energía investigará denuncias periodísticas sobre colusión entre AES y Enron para digitar un concurso de ofertas en 1998. Esto agravará la situación de AES en el socio dominante del Mercosur.

23 mayo, 2003

Ya antes de surgir sospechas en torno de una licitación hecha hace cinco
años, AES tenía dificultades para retener el control de Eletropaulo
Metropolitana (la eléctrica de San Pablo), porque no pudo cubrir en plazo
con el servicio de una deuda por US$ 1.200 millones con en Banco Nacional de Desenvolvimento
(BND). Por de pronto, las revelaciones sobre maniobras en 1998 -no salieron en
la prensa local, muy adicta al mundillo empresario, sino en el “Financial
Times”– pueden impulsar una propuesta surgida dentro del banco: quitar a
AES el manejo de Eletropaulo.

Todavía no se sabe exactamente si se transgredieron leyes o normas y,
conociendo la nueva tónica conservadora del gobierno federal -más
los nexos entre el gobierno estadual con el poderoso sector privado paulista-,
no parece probable que se abran investigaciones o se actúe contra AES.
No obstante, la denuncia londinense tiene una peligrosa carga política.
De acuerdo con el FT, horas antes de aquella subasta, AES (en nombre de inversores
locales y extranjeros), hizo un pacto con Enron asegurándole lucrativos
contratos si no intervenía en la inminente venta por licitación
de Eletropaulo. El grupo acaudillado por AES obtuvo la empresa a un precio muy
bajo, US$ 1.780 millones.

Pero, al parecer, Enron ya había desistido del concurso y AES lo ignoraba.
Así lo confirmó al “Wall Street Journal” gente allegada
a la firma tejana. Los tres ejecutivos de AES mencionados por el FT (Thomas
Tribone, Luiz David Travesso, Oscar Preto) negaron toda participación
en aquel pacto, la empresa no respondió consultas y su acción
cayó 6,5% en Wall Street.

Ya antes de surgir sospechas en torno de una licitación hecha hace cinco
años, AES tenía dificultades para retener el control de Eletropaulo
Metropolitana (la eléctrica de San Pablo), porque no pudo cubrir en plazo
con el servicio de una deuda por US$ 1.200 millones con en Banco Nacional de Desenvolvimento
(BND). Por de pronto, las revelaciones sobre maniobras en 1998 -no salieron en
la prensa local, muy adicta al mundillo empresario, sino en el “Financial
Times”– pueden impulsar una propuesta surgida dentro del banco: quitar a
AES el manejo de Eletropaulo.

Todavía no se sabe exactamente si se transgredieron leyes o normas y,
conociendo la nueva tónica conservadora del gobierno federal -más
los nexos entre el gobierno estadual con el poderoso sector privado paulista-,
no parece probable que se abran investigaciones o se actúe contra AES.
No obstante, la denuncia londinense tiene una peligrosa carga política.
De acuerdo con el FT, horas antes de aquella subasta, AES (en nombre de inversores
locales y extranjeros), hizo un pacto con Enron asegurándole lucrativos
contratos si no intervenía en la inminente venta por licitación
de Eletropaulo. El grupo acaudillado por AES obtuvo la empresa a un precio muy
bajo, US$ 1.780 millones.

Pero, al parecer, Enron ya había desistido del concurso y AES lo ignoraba.
Así lo confirmó al “Wall Street Journal” gente allegada
a la firma tejana. Los tres ejecutivos de AES mencionados por el FT (Thomas
Tribone, Luiz David Travesso, Oscar Preto) negaron toda participación
en aquel pacto, la empresa no respondió consultas y su acción
cayó 6,5% en Wall Street.

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