Boeing: inesperada renuncia del directivo máximo

A poco de ser separados dos altos funcionarios –uno de ellos iba a sucederlo-, sorpresivamente renunció Philip Condit. Esto afectó a la acción de Boeing en Wall Street. La junta directiva aceptó de inmediato la dimisión.

1 diciembre, 2003

La decisión de Condit se anunció justo una semana después del despido de Michael Sears como director financiero. A su vez, su desplazamiento de debió a maniobras irregulares para obtener contratos del Pentágono a expensas de su competidora, Lockheed.

También apeló a recursos poco éticos para gestionar un importante contrato –luego fallido- con la Fuerza Aérea. En este caso, incorporó a Boeing una ex funcionaria de Defensa relacionada con el tema. Además, trató de ocultar el hecho durante una investigación interna.

Sears era CEO de McDonnell Douglas antes de que Boeing la absorbiese. De acuerdo con expertos sectoriales, los problemas de Boeing empezaron con esa toma, porque incorporó un equipo ejecutivo de McDD, orientado a maximizar ganancias y no a innovar. Precisamente, el retroceso de Boeing ante Airbus se atribuye al retraso relativo de sus aviones comerciales.

La junta directiva explicó la renuncia en forma poco agraciada: “Se necesita una nueva estructura de liderazgo en la empresa”. Esto no cayó bien en la bolsa, claro. “Cuando suceden esas cosas, antes de emitir un comunicado es preciso tener ya la sucesión organizada”, comentaron por lo menos cuatro analistas de Wall Street.

Como solución de emergencia, la empreesa separó las funciones de CEO; pero con escasa claridad. Henry Stonecipher (jubilado como vice) será “presidente y CEO”. Lewis Platt, hasta ahora director, será “presidenmte no ejecutivo”. Nedie entiende bien estas designaciones.

La decisión de Condit se anunció justo una semana después del despido de Michael Sears como director financiero. A su vez, su desplazamiento de debió a maniobras irregulares para obtener contratos del Pentágono a expensas de su competidora, Lockheed.

También apeló a recursos poco éticos para gestionar un importante contrato –luego fallido- con la Fuerza Aérea. En este caso, incorporó a Boeing una ex funcionaria de Defensa relacionada con el tema. Además, trató de ocultar el hecho durante una investigación interna.

Sears era CEO de McDonnell Douglas antes de que Boeing la absorbiese. De acuerdo con expertos sectoriales, los problemas de Boeing empezaron con esa toma, porque incorporó un equipo ejecutivo de McDD, orientado a maximizar ganancias y no a innovar. Precisamente, el retroceso de Boeing ante Airbus se atribuye al retraso relativo de sus aviones comerciales.

La junta directiva explicó la renuncia en forma poco agraciada: “Se necesita una nueva estructura de liderazgo en la empresa”. Esto no cayó bien en la bolsa, claro. “Cuando suceden esas cosas, antes de emitir un comunicado es preciso tener ya la sucesión organizada”, comentaron por lo menos cuatro analistas de Wall Street.

Como solución de emergencia, la empreesa separó las funciones de CEO; pero con escasa claridad. Henry Stonecipher (jubilado como vice) será “presidente y CEO”. Lewis Platt, hasta ahora director, será “presidenmte no ejecutivo”. Nedie entiende bien estas designaciones.

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