Bayer no comercializará maíz transgénico en Gran Bretaña

Bayer Cropscience ha desistido de vender en Gran Bretaña el único maíz transgénico aprobado para cultivar en buena parte del mundo. Motivo: la secretaría de Ambiente imponía condiciones “económicamente inviables”.

1 abril, 2004

La firma biotecnológica alemana no ofrecerá la variedad Chardon LL, a causa de exigencias planteadas por la titular de esa cartera, Margaret Beckett. En realidad, el producto había sido retocado en 1999, con vistas a facilitar su aprobación en el Reino Unido. Pero, a medida como la controversia con Beckett se prolongaba, el Chardon LL iba perdiendo ventajas sobre variedades rivales.

En un comunicado, el grupo Bayer advierte que el régimen británico para organismos genéticamente modificados (OGM) es demasiado duro y puede comprometer la adopción de esta tecnologías. “Hacen falta nuevas normas, que permitan sembrar OGM en ese país, en vez de desalentarlos”.

Por su parte, el departamento de Alimentación y Asuntos Rurales se negó a pedir disculpas, por que “existe un régimen estricto para OGM, válido para toda la Unión Europea”. La decisión de Bayer abarca otros mercados europeos pero, en el caso británico, significa que no se cultivarán OGM por lo menos hasta 2008. Para entonces, se espera aprobación para oleaginosos transgénicas.

Chardon LL superó varias pruebas y, finalmente, fue autorizado porque se demostró que causaba menos perjuicios a la vida animal que las variedades convencionales. Pero, dentro y fuera de Gran Bretaña, todavía no hay acuerdo sobre cómo regular la mezcla OGM con variedades comunes y neutralizar la contaminación vía polen transgénico.

Monsanto, competidor norteamericano de Bayer, también tiene problemas. En su caso, está haciendo esfuerzos para superar inconvenientes asociados al azúcar de remolachas genéticamente modificadas.

La firma biotecnológica alemana no ofrecerá la variedad Chardon LL, a causa de exigencias planteadas por la titular de esa cartera, Margaret Beckett. En realidad, el producto había sido retocado en 1999, con vistas a facilitar su aprobación en el Reino Unido. Pero, a medida como la controversia con Beckett se prolongaba, el Chardon LL iba perdiendo ventajas sobre variedades rivales.

En un comunicado, el grupo Bayer advierte que el régimen británico para organismos genéticamente modificados (OGM) es demasiado duro y puede comprometer la adopción de esta tecnologías. “Hacen falta nuevas normas, que permitan sembrar OGM en ese país, en vez de desalentarlos”.

Por su parte, el departamento de Alimentación y Asuntos Rurales se negó a pedir disculpas, por que “existe un régimen estricto para OGM, válido para toda la Unión Europea”. La decisión de Bayer abarca otros mercados europeos pero, en el caso británico, significa que no se cultivarán OGM por lo menos hasta 2008. Para entonces, se espera aprobación para oleaginosos transgénicas.

Chardon LL superó varias pruebas y, finalmente, fue autorizado porque se demostró que causaba menos perjuicios a la vida animal que las variedades convencionales. Pero, dentro y fuera de Gran Bretaña, todavía no hay acuerdo sobre cómo regular la mezcla OGM con variedades comunes y neutralizar la contaminación vía polen transgénico.

Monsanto, competidor norteamericano de Bayer, también tiene problemas. En su caso, está haciendo esfuerzos para superar inconvenientes asociados al azúcar de remolachas genéticamente modificadas.

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