Aviones: EE.UU. demandará a la Unión Europea ante la OMC

El gobierno de George W.Bush accionará ante la Organización Mundial de Comercio contra la UE y los subsidios a Airbus. Esto revive una disputa cuya escala podría ser la mayor afrontada hasta hoy por la entidad.

1 junio, 2005

El asunto se centra en los miles de millones en subvenciones y créditos blandos otorgados a Boeing por Washington y a Airbus por Bruselas. Tras meses de idas y vueltas, las negociaciones se interrumpieron a causa de una propuesta de la Comisión Europea: reducir subsidos, pero no eliminarlos a todos.

Robert Portman, nuevo representa comercial viajero de Estados Unidos, señaló que pedirá a la OMC formar un panel de arbitraje con facultades decisorias. Poco antes, el funcionario tuvo un desencuentro telefónico con Peter Mandelson, comisionado de comercio en la UE, a quien luego el gobierno norteamericano reprendió en duros términos.

Richard Mills, vocero de Portman, acusó a la CE de “jugar la carta de los medios, divulgando prematuramemte la contraoferta hecha a Washington”. Los norteamericanos, a su vez, quieren que –durante las negociaciones directas entre ambas empresas- , los europeos respeten un acuerdo previo y suspendan todos los subsidios a Airbus.

La objeto formal de las conversaciones, iniciada en enero, era terminar con la ayuda gubernamental a ambas fabricantes de aviones civiles grandes. También se buscaba “un marco de competencia justa” en el desarrollo y la producción de esas máquinas.

La semana pasada, la CE ofreció un compromiso incial, en cuanto a reducir más o menos un tercio de los mil millones en subsidios para financiar el prototipo A350 de Airbus. A cambio, EE.UU,. haría lo mismo rtespecto de Boeing. Portman replicó que ambos lados habían convenido la suspensión total de subsidios y califico de “desafortunada” la contrapropuesta europea.

Mandelson declaró, entonces, que la decisión norteamericana era “sorprendente y frustrante”. En ese punto, el martes, Bruselas estaba a punto de radicar su propia demnada contra Washigton ante la OMC.

En un clima tenso, la Casa Blanca y Boeing insistian en que la CE suspendiese todo nuevo subsidio para un avión que competirá directamente con el 787t en el mercado de naves de larga y media distancia (pasajeros y carga). Pero, en tanto Boeing se centra en esos modelos, el gobierno trata de que la CE directamente acabe con los US$ 40.000 millones en asistencia a Airbus, vía créditos baratos.

Mandelson y los suyos, en cambio, afirman que Washington ha pagado a Boeing “masivos subsidios ilegales que perjudican a Airbus. Por ejemplo, ventajas impositivas y subsidios para investigación y desarrollo”. En realidad, la guerra data de 1992, cuando ambos gobiernos resolvieron apoyar a sus respectivas industrias de aviación. Desde entonces, Airbus desplazó a Boeing como líder en la actividad. Pero, en los últimos meses, la firma estadounidnese ha obtenido una serie de pedido grandes de 787, lo cual presiona sobre Airbus para salir con el prototipo A350.

El poderoso “lobby” de Boeing en la Casa Blanca, vía el presidente Richard Cheney, se aseguró tiempo atrás de que Bush siguiera su línea. Así, en octubre el presidente anunció que protegería a la empresa de “la competencia desleal de Airbus”. A pesar de tantas salvas, varios analistas especializados –a ambas orillas del Atlántico- estiman que ni EE.UU. ni la UE quieren que la OMC directamemte prohíba todos los subdidios y las prebendas. En particular, las que hacen a I&D.

El asunto se centra en los miles de millones en subvenciones y créditos blandos otorgados a Boeing por Washington y a Airbus por Bruselas. Tras meses de idas y vueltas, las negociaciones se interrumpieron a causa de una propuesta de la Comisión Europea: reducir subsidos, pero no eliminarlos a todos.

Robert Portman, nuevo representa comercial viajero de Estados Unidos, señaló que pedirá a la OMC formar un panel de arbitraje con facultades decisorias. Poco antes, el funcionario tuvo un desencuentro telefónico con Peter Mandelson, comisionado de comercio en la UE, a quien luego el gobierno norteamericano reprendió en duros términos.

Richard Mills, vocero de Portman, acusó a la CE de “jugar la carta de los medios, divulgando prematuramemte la contraoferta hecha a Washington”. Los norteamericanos, a su vez, quieren que –durante las negociaciones directas entre ambas empresas- , los europeos respeten un acuerdo previo y suspendan todos los subsidios a Airbus.

La objeto formal de las conversaciones, iniciada en enero, era terminar con la ayuda gubernamental a ambas fabricantes de aviones civiles grandes. También se buscaba “un marco de competencia justa” en el desarrollo y la producción de esas máquinas.

La semana pasada, la CE ofreció un compromiso incial, en cuanto a reducir más o menos un tercio de los mil millones en subsidios para financiar el prototipo A350 de Airbus. A cambio, EE.UU,. haría lo mismo rtespecto de Boeing. Portman replicó que ambos lados habían convenido la suspensión total de subsidios y califico de “desafortunada” la contrapropuesta europea.

Mandelson declaró, entonces, que la decisión norteamericana era “sorprendente y frustrante”. En ese punto, el martes, Bruselas estaba a punto de radicar su propia demnada contra Washigton ante la OMC.

En un clima tenso, la Casa Blanca y Boeing insistian en que la CE suspendiese todo nuevo subsidio para un avión que competirá directamente con el 787t en el mercado de naves de larga y media distancia (pasajeros y carga). Pero, en tanto Boeing se centra en esos modelos, el gobierno trata de que la CE directamente acabe con los US$ 40.000 millones en asistencia a Airbus, vía créditos baratos.

Mandelson y los suyos, en cambio, afirman que Washington ha pagado a Boeing “masivos subsidios ilegales que perjudican a Airbus. Por ejemplo, ventajas impositivas y subsidios para investigación y desarrollo”. En realidad, la guerra data de 1992, cuando ambos gobiernos resolvieron apoyar a sus respectivas industrias de aviación. Desde entonces, Airbus desplazó a Boeing como líder en la actividad. Pero, en los últimos meses, la firma estadounidnese ha obtenido una serie de pedido grandes de 787, lo cual presiona sobre Airbus para salir con el prototipo A350.

El poderoso “lobby” de Boeing en la Casa Blanca, vía el presidente Richard Cheney, se aseguró tiempo atrás de que Bush siguiera su línea. Así, en octubre el presidente anunció que protegería a la empresa de “la competencia desleal de Airbus”. A pesar de tantas salvas, varios analistas especializados –a ambas orillas del Atlántico- estiman que ni EE.UU. ni la UE quieren que la OMC directamemte prohíba todos los subdidios y las prebendas. En particular, las que hacen a I&D.

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