Australia: Alstom se aleja de TAV

El gobierno australiano se niega a financiar el proyecto del Tren de Alta Velocidad (TAV), por este motivo, la firma francesa rescindirá el contrato por el cual obtuvo la licencia para operarlo.

12 diciembre, 2000

(EFE).- La negativa del gobierno australiano a financiar con dinero público el proyecto de Tren de Alta Velocidad (TAV) entre Camberra y Sydney obligará a la empresa francesa Alstom, que consiguió la concesión por 35 años, a renunciar a ese proyecto.

El Ejecutivo australiano debe anunciar hoy (martes 12) que renuncia a apoyar financieramente esa línea, con un costo estimado de 732 millones de euros (US$ 832 millones), lo que podría obligar a renunciar a Alstom y a su socio Leighton, con el que habían constituido a partes iguales el consorcio Speedrail, informó hoy Les Echos.

El diario económico destacó que la participación pública, que debía ascender a unos 610 millones de euros (US$ 693 millones), era “indispensable para asegurar la validez del proyecto”.

El proyecto de TAV entre la capital australiana y la mayor ciudad del país tenía como objetivo contribuir a acabar con la saturación del tráfico aéreo en sus dos aeropuertos y el consorcio Speedrail, que consiguió el contrato de concesión de la línea en agosto de 1998, ha invertido hasta ahora unos 15,2 millones de euros.

Entre las razones para la renuncia del gobierno a financiar esa infraestructura, Les Echos citó la necesidad de nuevos esfuerzos a los contribuyentes cuando se acercan las elecciones legislativas o la preferencia de invertir en la mejora del aeropuerto de Sydney.

(EFE).- La negativa del gobierno australiano a financiar con dinero público el proyecto de Tren de Alta Velocidad (TAV) entre Camberra y Sydney obligará a la empresa francesa Alstom, que consiguió la concesión por 35 años, a renunciar a ese proyecto.

El Ejecutivo australiano debe anunciar hoy (martes 12) que renuncia a apoyar financieramente esa línea, con un costo estimado de 732 millones de euros (US$ 832 millones), lo que podría obligar a renunciar a Alstom y a su socio Leighton, con el que habían constituido a partes iguales el consorcio Speedrail, informó hoy Les Echos.

El diario económico destacó que la participación pública, que debía ascender a unos 610 millones de euros (US$ 693 millones), era “indispensable para asegurar la validez del proyecto”.

El proyecto de TAV entre la capital australiana y la mayor ciudad del país tenía como objetivo contribuir a acabar con la saturación del tráfico aéreo en sus dos aeropuertos y el consorcio Speedrail, que consiguió el contrato de concesión de la línea en agosto de 1998, ha invertido hasta ahora unos 15,2 millones de euros.

Entre las razones para la renuncia del gobierno a financiar esa infraestructura, Les Echos citó la necesidad de nuevos esfuerzos a los contribuyentes cuando se acercan las elecciones legislativas o la preferencia de invertir en la mejora del aeropuerto de Sydney.

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