Auditoría y consultoría: la proyectada partición de EY

La fragmentación de la firma contable en un negocio de auditoría y otro de consultoría va a necesitar un reacomodamiento de muchos intereses cruzados.

22 junio, 2022

De concretarse, sería la revolución más grande de las últimas décadas para una de las Big Four.

The World Entrepreneur of the Year, el evento que organiza EY todos los años en Monte Carlo, Mónaco, estuvo dominado esta vez por un anuncio que hiciera la empresa pocos días antes.

Michael O’Dwyer, corresponsal del Financial Times ante esa reunión anual, relata que más allá del motivo central del acontecimiento — los grandes emprendedores — el tema que más ocupó a los asistentes fue la novedad anunciada por EY, que está considerando separar su brazo de auditoría de su brazo de consultoría. De concretarse, sería la revolución más grande de las últimas décadas para una de las Big Four firmas contables, dice O’Dwyer.

La fragmentación liberaría al negocio de consultoría, que ofrece servicios de asesoramiento y orientación para transacciones, de las garras de la división auditoría. Los clientes de auditoría de EY como Amazon y Google, que actualmente están excluidas del negocio de asesoramiento por la posibilidad de conflicto de interés, automáticamente se convertirían en clientes potenciales del lucrativo trabajo de consultoría.

Pero si los líderes globales de EY deciden seguir adelante con la separación, van a tener que conseguir el respaldo de las firmas miembro del grupo desparramadas por todo el mundo. Alinear los intereses de 13.000 socios en todo el mundo va a ser una tarea monumental.

“El primer grupo a convencer es el de los auditores. La separación crearía un negocio aburrido y de poco crecimiento junto al negocio de consultoría de gran crecimiento”, dijo un socio de una firma rival. Los ingresos del brazo auditor de EY crecieron 27% entre 2012 y 2021, frente a 93% de crecimiento para el resto del negocio.

El negocio de consultoría de EY generó el año pasado ingresos por US$ 26.400 millones, mientras el de auditorías, US$ 13.600 millones. El margen de ganancia de los auditores está creciendo, pero los rivales de EY sugieren que la firma podría tener dificultades para aumentar su participación en el mercado aunque la separación destrabe a nuevos clientes.

Los socios de auditoría también van a ptryrnfrt que les aseguren que una práctica más reducida va a contar con el dinero suficiente para igualar la inversión de sus rivales en tecnología de auditoría, que por lo general recibe financiamiento del negocio de consultoría.

Por su parte, una ruptura en EY permitiría al negocio de consultoría, además de apuntarle a los actuales clientes de auditoría de la firma, conseguir también contratos de tercerización para brindar a las compañías servicios diarios en áreas como TI o gestión de datos.

También podría ofrecer esos servicios a través de alianzas con proveedores de tecnología como Amazon, Google, Oracle y Salesforce, actualmente algo difícil por el rol que tiene EY como auditor de los grupos tecnológicos.

Una salida a bolsa o la venta de una participación en el negocio de consultoría sería como un regalo del cielo a los socios de EY, como ocurrió con la OPI de Goldman Sachs en 1999. Pero no va a ser fácil convencer a los colegas más jóvenes de que tal cosa no va a significar cerrarles la puerta a la posibilidad de que consigan una participación en las ganancias, dijo un socio de una firma rival.

Las rivales

A pesar del riesgo que entraña otorgar a EY la ventaje del primer movimiento, el resto de las Big Four dice que no la van a imitar. Según personas cercanas al tema, los consultores de Deloitte han estado analizando el efecto que la fragmentación de EY tendría en el negocio y que hubo una conversación entre la firma y Goldman Sachs. Pero en un informe dado a conocer a los medios, Deloitte negó estar analizando la separación de sus negocios de auditoría y no auditoría y afirmó que sigue comprometida con su modelo de negocios.

KPMG dice que no ha hablado con banqueros sobre esa opción y que no tiene planes de hacerlo porque cree que la combinación de ambos negocios “es la mejor manera de servir a los clientes, cumplir con los estándares de calidad y ofrecer oportunidades a nuestro personal”. PwC ha dicho que no tiene planes de cambiar de rumbo.

Mientras las rivales observan, las firmas nacionales miembros de EY tendrán que recurrir a una votación para decidir si ratifican o vetan la separación. Para los socios la decisión dependerá de la realpolitik de operar en una red global de firmas dominadas por las prácticas más grandes, especialmente Estados Unidos y Gran Bretaña.

EY dice que si una firma vota en contra de la partición no podrá ser obligada a aceptar el plan. Como dicho plan de separación todavía no ha sido decidido, es prematuro decir cuántas firmas miembro tendrán que respaldarlo.

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