Arrecia la ofensiva de General Motors contra el grupo Fiat

Suspendidos los contactos entre Robert Wagoner (presidente ejecutivo de GM) y Sergio Marchionne (Fiat SpA), Detroit depreció nuevamente a Fiat Auto. También redujo su parte en ese paquete, de 20 a 10%. Ahora le toca el turno a Turín.

14 enero, 2005

El propio Wagoner sinceró la crisis en una reunión con analistas bursátiles estadounidenses en Dearborn, Michigan, “patria” de la mayor automotriz del mundo. De paso, confirmó haber suspendido reuniones con Marchionne. Por el contrario, programa un encuentro con Luca Cordero Montezemolo, director de la Ferrari y, a juicio de RW, más idóneo que Marchionne para sentarse en el sillón que han ocupado sucesivamente los hermanos Giovanni y Umberto Agnelli.

Poco antes, el CEO de GM había discutido la situación con John Devine (vicepresidente y director financiero) y Fritz Hendersohn, a cargo de la divisón europea. En contraste, Marchionne deliberaba, en Ginebra, con el directorio de SGS, una financiera suiza de donde él mismo proviene.

Este fin semana, Montezemolo (jefe de Confindustria, la UIA italiana) citó a Marchionne para analizar el problema. Ocurre que, desde el lunes 24, Fiat SpA tiene derecho a ejercer la opción de venta del paquete Fiat Auto. Esto es, la contracara de la opción de compra (por 80% del total, en su caso) tomada en 2000 por GM, que Wagoner no desea ejercer y Turín quiere imponerle.

Pero la partida de póquer no termina y, desde el viernes 14, se juega a distancia. Así lo demuestran las declaraciones de Wagoner desde Michigan (depreciación de Fiat Auto, interrupción de contactos personales, conversaciones con Montezemolo) y las movidas de Marchionne (reuniones en Suiza, conversaciones con el exitoso jefe de la Ferrari). El costado financiero es claro: GM ha devaluado indirectamente el paquete íntegro de Fiat Auto, que fue licuándose desde los US$2.400 millones de 2002 hasta los actuales 220 millones: 90,8%.

El propio Wagoner sinceró la crisis en una reunión con analistas bursátiles estadounidenses en Dearborn, Michigan, “patria” de la mayor automotriz del mundo. De paso, confirmó haber suspendido reuniones con Marchionne. Por el contrario, programa un encuentro con Luca Cordero Montezemolo, director de la Ferrari y, a juicio de RW, más idóneo que Marchionne para sentarse en el sillón que han ocupado sucesivamente los hermanos Giovanni y Umberto Agnelli.

Poco antes, el CEO de GM había discutido la situación con John Devine (vicepresidente y director financiero) y Fritz Hendersohn, a cargo de la divisón europea. En contraste, Marchionne deliberaba, en Ginebra, con el directorio de SGS, una financiera suiza de donde él mismo proviene.

Este fin semana, Montezemolo (jefe de Confindustria, la UIA italiana) citó a Marchionne para analizar el problema. Ocurre que, desde el lunes 24, Fiat SpA tiene derecho a ejercer la opción de venta del paquete Fiat Auto. Esto es, la contracara de la opción de compra (por 80% del total, en su caso) tomada en 2000 por GM, que Wagoner no desea ejercer y Turín quiere imponerle.

Pero la partida de póquer no termina y, desde el viernes 14, se juega a distancia. Así lo demuestran las declaraciones de Wagoner desde Michigan (depreciación de Fiat Auto, interrupción de contactos personales, conversaciones con Montezemolo) y las movidas de Marchionne (reuniones en Suiza, conversaciones con el exitoso jefe de la Ferrari). El costado financiero es claro: GM ha devaluado indirectamente el paquete íntegro de Fiat Auto, que fue licuándose desde los US$2.400 millones de 2002 hasta los actuales 220 millones: 90,8%.

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