Aplauden la decisión de admitir que hay aftosa

Los productores agropecuarios argentinos se mostraron conformes con la decisión de reconocer la existencia de focos de aftosa en el país por parte del gobierno. “Si decimos la verdad la actitud del mundo va a ser distinta”, explicaron.

14 marzo, 2001

(EFE).- Los líderes de las cámaras agropecuarias argentinas, que agrupan a los productores del sector, sintieron alivio después de que el gobierno admitiera públicamente, aunque de forma tardía, la existencia de un foco de fiebre aftosa en el país.

“Estábamos totalmente desprotegidos. Por decreto se dijo que acá no había más aftosa. Si decimos la verdad, la actitud del mundo va a ser distinta. Tenemos que ser más serios”, dijo el presidente de las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Manuel Cabanellas.

“Había que asumir la situación de una buena vez, dejar la política para otro momento y empezar a ser creíbles”, agregó el dirigente.

Los productores argentinos, de cuyo seno surgieron meses atrás las primeras denuncias sobre la presencia de ganado vacuno con fiebre aftosa, temían que si el país seguía ocultando el problema podía recibir drásticas sanciones internacionales y hasta poner en riesgo los mercados conseguidos.

“Nosotros habíamos llamado a las autoridades a decir la verdad”, señaló a su turno el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi.

El gobierno de Fernando de la Rúa reconoció este martes a través de un comunicado oficial la existencia de “un foco de aftosa” en el país.

El brote se ha detectado en una zona de la provincia de Buenos Aires, de acuerdo con un informe del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).

El informe admite también que hay “sospechas” de otros focos, debido a que se ha observado “sintomatología clínica de la enfermedad en bovinos”.

Las autoridades argentinas llevaban meses negando la existencia de focos de fiebre aftosa en su territorio, a pesar de que la prensa local llegó a difundir fotografías de vacas con síntomas claros de ese mal.

El foco fue detectado en la región pampeana de la provincia de Buenos Aires, en el partido de Rivadavia, unos 480 kilómetros al oeste de la capital del país.

“Ante esta situación -añadió el SENASA- se han tomado las medidas preventivas que establece la Organización Internacional de Epizootias (OIE) y se continuará garantizando la sanidad de los productos que actualmente se certifican”.

“En consecuencia, se restringirá la certificación a los destinos para los cuales esta situación epidemiológica sea una limitación y para los productos que impliquen riesgos de propagación de esta enfermedad”, aseguró el comunicado oficial.

El pasado lunes, el gobierno decidió suspender la emisión de certificados para la exportación de carnes hacia mercados considerados “libres de aftosa”, entre los cuales figuran Estados Unidos, Canadá y Chile.

Sin embargo, en esa ocasión las autoridades señalaron que se trataba de una medida “cautelar” tomada ante las “sospechas” de focos de aftosa que todavía no habían sido confirmados por las pruebas de laboratorio.

La fiebre aftosa crea llagas en el hocico y las pezuñas del ganado, y puede llevar a la muerte a las reses por inanición, pero no afecta al consumo humano.

La Argentina, el cuarto exportador mundial de carne, tiene unos 50 millones de cabezas de vacuno, y anualmente se faenan cerca de diez millones.

80% de la carne se utiliza en el mercado local, y el resto se exporta.

El pasado 2 de marzo, el Gobierno anunció que vacunaría con dosis doble contra la fiebre aftosa a trece millones de cabezas de ganado, aunque entonces no había reconocido la existencia de ese mal en el ganado local.

En mayo de 2000, y después de treinta años esperando esa decisión, la Argentina fue declarada zona libre de aftosa sin vacunación por la Organización Internacional de Epizootias.

(EFE).- Los líderes de las cámaras agropecuarias argentinas, que agrupan a los productores del sector, sintieron alivio después de que el gobierno admitiera públicamente, aunque de forma tardía, la existencia de un foco de fiebre aftosa en el país.

“Estábamos totalmente desprotegidos. Por decreto se dijo que acá no había más aftosa. Si decimos la verdad, la actitud del mundo va a ser distinta. Tenemos que ser más serios”, dijo el presidente de las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Manuel Cabanellas.

“Había que asumir la situación de una buena vez, dejar la política para otro momento y empezar a ser creíbles”, agregó el dirigente.

Los productores argentinos, de cuyo seno surgieron meses atrás las primeras denuncias sobre la presencia de ganado vacuno con fiebre aftosa, temían que si el país seguía ocultando el problema podía recibir drásticas sanciones internacionales y hasta poner en riesgo los mercados conseguidos.

“Nosotros habíamos llamado a las autoridades a decir la verdad”, señaló a su turno el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi.

El gobierno de Fernando de la Rúa reconoció este martes a través de un comunicado oficial la existencia de “un foco de aftosa” en el país.

El brote se ha detectado en una zona de la provincia de Buenos Aires, de acuerdo con un informe del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).

El informe admite también que hay “sospechas” de otros focos, debido a que se ha observado “sintomatología clínica de la enfermedad en bovinos”.

Las autoridades argentinas llevaban meses negando la existencia de focos de fiebre aftosa en su territorio, a pesar de que la prensa local llegó a difundir fotografías de vacas con síntomas claros de ese mal.

El foco fue detectado en la región pampeana de la provincia de Buenos Aires, en el partido de Rivadavia, unos 480 kilómetros al oeste de la capital del país.

“Ante esta situación -añadió el SENASA- se han tomado las medidas preventivas que establece la Organización Internacional de Epizootias (OIE) y se continuará garantizando la sanidad de los productos que actualmente se certifican”.

“En consecuencia, se restringirá la certificación a los destinos para los cuales esta situación epidemiológica sea una limitación y para los productos que impliquen riesgos de propagación de esta enfermedad”, aseguró el comunicado oficial.

El pasado lunes, el gobierno decidió suspender la emisión de certificados para la exportación de carnes hacia mercados considerados “libres de aftosa”, entre los cuales figuran Estados Unidos, Canadá y Chile.

Sin embargo, en esa ocasión las autoridades señalaron que se trataba de una medida “cautelar” tomada ante las “sospechas” de focos de aftosa que todavía no habían sido confirmados por las pruebas de laboratorio.

La fiebre aftosa crea llagas en el hocico y las pezuñas del ganado, y puede llevar a la muerte a las reses por inanición, pero no afecta al consumo humano.

La Argentina, el cuarto exportador mundial de carne, tiene unos 50 millones de cabezas de vacuno, y anualmente se faenan cerca de diez millones.

80% de la carne se utiliza en el mercado local, y el resto se exporta.

El pasado 2 de marzo, el Gobierno anunció que vacunaría con dosis doble contra la fiebre aftosa a trece millones de cabezas de ganado, aunque entonces no había reconocido la existencia de ese mal en el ganado local.

En mayo de 2000, y después de treinta años esperando esa decisión, la Argentina fue declarada zona libre de aftosa sin vacunación por la Organización Internacional de Epizootias.

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