Anadarko toma Kerr-McGee y Western Gas por US$ 21.000 millones

Anadarko Petroleom pagará todo en efectivo. Absorber Kerr-McGee y Western Gas & Resources más que dobla sus ventas. También genera la mayor firma independientes de crudos y gas en Estados Unidos.

24 junio, 2006

La adquirente abonará US$ 70,50 por acción de Kerr-McGee y 61 por la de Western Gas. Eso representa generosas primas de 40% en el primer caso, 49% en el segundo, sobre los precios de mercado al viernes 23. La operación cayóo mal en Wall Street.

A tal punto que, cerrando la semana, los papeles de Anadarko sufrieron la peor caída en cuatro años y los bonos también perdieron amplio terreno. Los operadores temen que James Hackett, presidente ejecutivo de la compradora, está pagando en exceso o tomando demasiada deuda para financiar la aventura.

Si prospera, esta fusión expande el compromiso de Hackett con la región de las montañas Rocosas. La zona será este año la mayor fuente de gas natural en el país y otorgará a Anadarko un papel más relevante en el golfo de Méjico, centro de una dura batalla política por subsidios abusivos al negocio petrolero mar afuera.

“Es en verdad una gran apuesta en la región”, señala Douglas Hohertz, analista que maneja una cartera en el Mitchell Group (Houston). “Ya pesaban en las montañas y ahora pesarán mucho más”. Su fondo tiene papeles de Anadarko y Kerr-McGee.

Lo curioso es que cuando, a fin de 2003, Hackett ingresó a la empresa –proveniente de Devon Energy-, Anadarko eras firme candidata a se adquirida. Luego dio vuelta las cosas, ayudado por el auge de precios para hidrocarburos y una ola de F&A en el sector. Sólo en cuanto va de este año, esas F&A acumulan US$ 78.000 millones, 15% más que en igual lapso de 2005.

“Suponíamos todavía que Anadarko estaba negociando discretamente venderse a otra firma. Pero, cuando se llega a su presente tamaño, eso es muy difícil”. Así señala Robert Godoff, de Loomis Sayles (Boston), una cartera de US$ 70.000 millones.

Kerr-McGee viene de días movidos. El año pasado su valor bursátil subió 57%, luego de que el megaespeculador Carl Icahn la obligase a recomprar US$ 4.000 millones en acciones y vender activos. Eso la llevó a liquidar su negocio químico y yacimientos decadentes. Pero todo esto tornó a la empresa tentadora para otros (como señaló Hackett).

Kerr-McGee fue pioneras en explotar hidrocarburos aguas muy afuera en el golfo de Méjico, a partir de 1947. Western Gas viene ampliando actividades en las Rocosas desde 1995, donde se ubican todas sus reservas cubicadas. Ahora, Anadarko paga US$ 16.400 millones por Kerr-McGee y 4.700 millones por WG. Además, asume deudas por 2.200 millones.

La fusión, entonces, convierte Anadarko en la más grande entre las petroleras independientes del país. Es decir, las compañías que no refinan o craquean crudos ni procesan gas natural. El trío implicó en 2005 ventas conjuntas por US$ 17.000 millones, contra 10.700 millones de Devon, que queda relegada a segundo puesto.

La adquirente abonará US$ 70,50 por acción de Kerr-McGee y 61 por la de Western Gas. Eso representa generosas primas de 40% en el primer caso, 49% en el segundo, sobre los precios de mercado al viernes 23. La operación cayóo mal en Wall Street.

A tal punto que, cerrando la semana, los papeles de Anadarko sufrieron la peor caída en cuatro años y los bonos también perdieron amplio terreno. Los operadores temen que James Hackett, presidente ejecutivo de la compradora, está pagando en exceso o tomando demasiada deuda para financiar la aventura.

Si prospera, esta fusión expande el compromiso de Hackett con la región de las montañas Rocosas. La zona será este año la mayor fuente de gas natural en el país y otorgará a Anadarko un papel más relevante en el golfo de Méjico, centro de una dura batalla política por subsidios abusivos al negocio petrolero mar afuera.

“Es en verdad una gran apuesta en la región”, señala Douglas Hohertz, analista que maneja una cartera en el Mitchell Group (Houston). “Ya pesaban en las montañas y ahora pesarán mucho más”. Su fondo tiene papeles de Anadarko y Kerr-McGee.

Lo curioso es que cuando, a fin de 2003, Hackett ingresó a la empresa –proveniente de Devon Energy-, Anadarko eras firme candidata a se adquirida. Luego dio vuelta las cosas, ayudado por el auge de precios para hidrocarburos y una ola de F&A en el sector. Sólo en cuanto va de este año, esas F&A acumulan US$ 78.000 millones, 15% más que en igual lapso de 2005.

“Suponíamos todavía que Anadarko estaba negociando discretamente venderse a otra firma. Pero, cuando se llega a su presente tamaño, eso es muy difícil”. Así señala Robert Godoff, de Loomis Sayles (Boston), una cartera de US$ 70.000 millones.

Kerr-McGee viene de días movidos. El año pasado su valor bursátil subió 57%, luego de que el megaespeculador Carl Icahn la obligase a recomprar US$ 4.000 millones en acciones y vender activos. Eso la llevó a liquidar su negocio químico y yacimientos decadentes. Pero todo esto tornó a la empresa tentadora para otros (como señaló Hackett).

Kerr-McGee fue pioneras en explotar hidrocarburos aguas muy afuera en el golfo de Méjico, a partir de 1947. Western Gas viene ampliando actividades en las Rocosas desde 1995, donde se ubican todas sus reservas cubicadas. Ahora, Anadarko paga US$ 16.400 millones por Kerr-McGee y 4.700 millones por WG. Además, asume deudas por 2.200 millones.

La fusión, entonces, convierte Anadarko en la más grande entre las petroleras independientes del país. Es decir, las compañías que no refinan o craquean crudos ni procesan gas natural. El trío implicó en 2005 ventas conjuntas por US$ 17.000 millones, contra 10.700 millones de Devon, que queda relegada a segundo puesto.

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